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ExclusiveUpdated

Army Dreamers

  • Genre: Romance
  • Author: Mary V.
  • Chapters: 24
  • Status: Ongoing
  • Age Rating: 18+
  • 👁 48
  • 7.5
  • 💬 0

Annotation

Amelie vive en el mundo actual. Sin embargo, luego de un accidente en un viaje de excursión por parte de su escuela, termina despertando en un catre. Al ver la habitación desconocida, se da cuenta que no está en su hogar. Descubre que ha caído dentro de una novela de ficción y no cualquiera, una de ficción donde dos países se encuentran en medio de una guerra. Amelie quien sabe que no puede tener una vida tranquila, está decidida a cambiar el trágico final de aquella novela, donde el personaje principal fallece a manos enemigas. ¿Podrá Amelie cumplir su cometido? Es más ¿de esta forma podrá volver a su hogar?

Prólogo

El líquido caliente se derramaba entre sus manos recorriendo su camino hasta llegar a traspasar su falda. Las lágrimas recorrían su rostro y aquel nudo atravesaba su garganta. Se sentía con una enorme impotencia al no poder hacer nada. A su alrededor no había nadie más que cadáveres que dejaban su rastro de la reciente pelea.

―No puedes morir. Prometiste que no me dejarías sola. ―Lo abrazó contra su pecho sosteniendo la nuca del joven con una de sus manos.  Él, con sus pocas fuerzas alzó su mano tomando la muñeca de la chica. La comisura de su labio se alzó mientras parpadeaba despacio. Ella no podía con ese dolor, no podía dejarlo morir.

―Me temo que ambos hicimos muchas promesas.

―Por eso debes cumplirlas. ―Unió su frente con la de él mientras el llanto de dolor continuaba. Su pecho subía y bajaba con violencia. Él intentó secar sus lágrimas, pero era inútil. Cuando ella abrió sus ojos pudo ver las lágrimas que recorrían su rostro. Pudieron haber hecho muchas cosas juntos pero aquella guerra, esa maldita guerra los había consumido. Habían prometido que no lo haría, pero ahora, era evidente que eso no sucedería.

―Sabes que te amo, ¿verdad Amelie? ―Frunció el entrecejo al escuchar su nombre.

―¿Cómo Amelie? ―Sintió que el cuerpo se desvanecía. Lo sabía, él estaba muerto y ella estaba destruida.

Un fuerte trueno hizo que Amelie abriera los ojos. Sintió sus mejillas húmedas y cuando sus manos acariciaron su rostro vio que había lágrimas. Había llorado. Al mirar al frente vio a muchos de sus compañeros haciendo bromas y charlando como cualquier adolescente lo haría con sus amigos. Se dejó caer de nuevo en el respaldo de su asiento pensando en qué sueño más extraño había tenido. Miró hacia la ventana notando la fuerza de la lluvia. El paisaje era difuso gracias al diluvio, sin embargo, no estaban tan lejos de la ciudad. Pronto estaría en casa. Tomaría algo de chocolate y se iría a ver alguna serie para olvidar esa pesadilla que sintió tan real. Apretó el libro que tenía en su regazo y leyó el título. “Army Dreamers”

―¿Cómo pudo terminar esto así?

―¿Qué? ―Milena, su mejor amiga la miró con confusión. ―Ah, terminaste de leer Army Dreamers.

―¿Por qué no me dijiste que tenía un final tan malo?

―Eso, mi querida amiga, no es malo, tan solo es trágico. ―Amelie bufó y lanzó el libro hacia su mochila.

―Ay no te enojes. ―La tomó del brazo y colocó su mentón sobre su hombro. ―Sé que no es el final feliz al que estás acostumbrada, pero vamos, lucharon por sus derechos, por un pueblo libre y lo consiguieron.

―¿Pero a qué costo?

―Bueno sí, pero son mártires. Zane es un mártir y Agnes… bueno podrá vivir y quién sabe, volver a enamorarse.

―¿Crees que ella querrá volver a enamorarse? ― Milena no miró a su amiga y decidió soltarla y correr hacia donde estaba su novio. Amelie bufó y murmuró “traidora” mientras se acomodaba de nuevo en su asiento. Miró hacia la ventana pensando en la guerra. Era un libro ficticio, pero de seguro, en la vida real habían ocurrido tragedias como aquellas. Por eso odiaba los finales tristes.

Un rayo cayó nuevamente y en el momento en que iluminó el cielo, Amelie pudo ver la mirada de unos ojos verdes observándola. Pegó un salto debido al susto y al ver hacia su lado izquierdo no había nadie, el asiento estaba vacío. Sintió una presión en el pecho y luego miró al frente. Fue entonces cuando todo pasó, el chirrido de las llantas, gritos por todos lados y el bus volcando a la nada.

Amelie abrió los ojos y se levantó sintiendo que su corazón latía con fuerza a mil por hora. Al ver al frente pudo notar que había anochecido y únicamente un candelabro de mano con velas, iluminaba aquella habitación. Era un cuarto pintado de color gris claro por lo que podía observar. Al salir de la cama notó que el piso era de madera.

―Ha despertado. ―Una voz grave la puso en alerta. Un hombre se encontraba sentado en una silla a unos metros de ella. Amelie pudo notar que era un hombre grande. Vestía unos pantalones de tela y una camisa blanca ligeramente desabotonada. Una chaqueta de color oliva oscuro caía sobre sus hombros.

―¿Qui-quién es usted? ―Se levantó de la silla y Amelie se puso pálida. Era un gorila. Amelie, por poco, si llegaba al metro sesenta, ver a aquel enorme hombre causó que sus piernas comenzaran a temblar.

―Una disculpa señorita. ―Se inclinó. ―Soy el teniente general Mason Foster, para servirle. ―¿Teniente general? ¿De qué diablos estaba hablando?

―¿Dónde estoy?

―Se encuentra en mi casa, en la avenida East. ―¿East? ¿Por qué le sonaba aquel nombre?

―¿Qué hago aquí?

―¿No lo recuerda? ― Ella negó meneando la cabeza de un lado a otro. Recordaba su viaje de excursión con sus compañeros y luego los gritos y… un accidente. Habían tenido un accidente, pero qué había pasado.

―Mis compañeros de clase… veníamos en un bus…

―¿Un bus? ―El hombre alzó las cejas y parpadeó varias veces. Por un momento pudo ver que aquel hombre no era tan aterrador como pensaba. El hombre dio un paso hacia delante y ella no pudo evitar retroceder. Él notó que Amelie le tenía miedo. ―Cuando la encontré usted estaba tirada en medio del campo, a las afueras de la ciudad. Creí que estaba muerta, pero tenía pulso. Tuve que traerla antes de que nerathianos la encontraran. ―¿Nerathainos? ¿Cómo que nerathianos?

―¿Ne-nerathianos? Un momento, no me diga, ¿estamos en Myridia? ―El hombre asintió. Amelie sintió que el aire se le escapaba del cuerpo. Sus piernas cedieron y cayó sobre la fría madera. El teniente se acercó a ella preocupado realizando preguntas, pero sus oídos se desconectaron de su cerebro en aquel momento. No podía escuchar nada de lo que pasara a su alrededor. Estaba asimilando que ahora se encontraba atrapada en la novela que tanto la había hecho sufrir. Ahora, ya no estaba en el mundo real.

Capítulo 1

―Será temporal. ―Mason le dejó una bolsa de tela para que guardara la poca ropa que tenía. Amelie la observó mientras escuchaba lo que aquel hombre tenía por decir. ―Si no quieres ir yo…

―Lo haré. ―Amelie tomó la bolsa. ―Es lo menos que puedo hacer. Cuidarme no estaba en tu presupuesto. ―Sonrió de medio lado. Marcos frunció el entrecejo al escuchar aquellas palabras.

―Amelie…

―No es tu culpa. La guerra nos está complicando las cosas. Si puedo ser de ayuda, sabes que haré lo que sea. ―Mason sonrió levemente. Amelie le dio un par de palmadas en el brazo y le devolvió el gesto. Fue entonces cuando el rechinido de las tablas hizo eco en la habitación. Ambos se giraron a ver al intruso y Amelie se encontró con una mirada penumbrosa. Los ojos avellanados de su amigo la veían con decepción.

―No puedo creer que hayas aceptado. Traidora.

―¡Terrance! ―Alzó la voz Mason. Amelie lo detuvo al ver que lo iba a seguir. Le brindó una mirada indicando que ella lo haría.

Heroes

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