La novia inesperada del Alfa

Alfa Atticus

Mi nombre es Alfa Atticus de la manada Greenway en el Valle de Valira. No estoy emparejado, soy un hombre muy ocupado y no tengo el lujo de andar perdiendo el tiempo en búsqueda de mi compañera predestinada. Al elegir una Omega, me aseguro de ofrecerle un trato que no puede rechazar, ser mi juguete sexual exclusivo. No le puedo ofrecer nada más y ella lo entiende.  Soy un hombre lobo, no un bárbaro, me aseguré de que tuviéramos un acuerdo mutuo. En cualquier momento ella tiene que buscar una pareja si quiere tener una familiar. Yo no le puedo dar esa comodidad.

Me gustan las cosas hechas a mi manera, tomar el control y estar en la posición dominante. Suena jodidamente pervertido que me llamen Señor en la cama. Mi loba Omega y yo hemos establecido códigos que sólo entienden los de nuestro mundo kink. Soy un homre paciente pero lujurioso y a mi pequeña corderita, a ella le gusta ser mi sumisa y aprendió de mí todos los detalles que necesita saber. Es más un juego de roles. Puedo confiar en ella y no debe esperar nada más de mí, le dije que no busco pareja. Ya me enamoré una vez y mi corazón sufrió un rechazo, no creo que podría soportarlo otra vez. Mi orgullo no me lo permitiría.

"Ohh, Alfa, por favor", sus gemidos me sacaron de mis pensamientos. 

"Paciencia, muñequita, estás tan bien mojada y lista para mí, ¿no?" 

Saco mis dedos de su c*ñ* que ahora esta bien estirado para penetrar con mi duro miembro. Lanzo un gruñido cuando empujo la punta de mi p*ll* dentro de su canal vaginal pero no le doy tiempo para ajustarse a mi tamaño cuando ya la estoy cogiendo, "Abre bien las piernas, cachorrita, te voy a dar duro y te vas a tragar todos los gemidos, ¿entiendes? La Omega traga saliva entre sollozos, sus resbaladizos pliegues me reciben como la loba cachonda que es. "Sí, eso es, toma mi p*ll*."

Exhalo fuerte, me ajusto encima de ella moviéndome dentro y fuera con rapidez para luego bajar la intensidad, "¿Quien es tu Papi?" Dije con voz profunda y ronca, haciéndola sobresaltar cuando pellizco uno de sus pesones,"Ay, Alfa!" Le di una palmada en su redondo trasero un par de veces con la otra mano, asegurándose de dejar una huella roja en su mejilla inferior izquierda. Fue tan delicioso y tentador hacerlo.Todavía la estoy follando bruscamente por detrás. Deslicé mi mano entre sus piernas, alcanzando su clít*r*s, lo froté con la yema de mis dedos con movimientos circulares haciéndola gemir fuerte. Aceleré mis embestidas. Puedo sentir mis el saco de mis bolas mojándose con sus jugos vaginales.

La habitación se llena de ruidos de golpes de piel con piel. Cuando pienso que va a chillar, tapo su boca con mi mano para amortiguar sus gemidos. "¡Silencio!” Tiré de su collar para mantenerla callada. “Sabes lo que les pasa a las chicas malas, ¿no? Ni un sonido. A menos que quieras ser castigada". Ella asiente una vez en señal de consentimiento. Salgo de ella y ella se queja en señal de protesta. Me reí entre dientes, aún no he terminado con ella. Me levanto de la cama, mis ojos vagan hacia la mesa auxiliar donde tengo todos los juguetes que planeo usar esta noche. Lo kink es lo que me excita. Admiro la escena que tengo ante mí, una hermosa Omega en pose sumisa, con los brazos cruzados detrás de la espalda, el trasero en el aire en plena exhibición esperando lo que voy a hacer a continuación.

Mi pequeña Omega está bien entrenada para entregarse a mí y parece tan jodidamente vulnerable cuando está a mi merced. Estoy planeando jugar con ella un poco más antes de dejarla alcanzar su clímax. Pasé el consolador a lo largo de su entrada resbaladiza, cubriéndolo con sus jugos antes de insertarlo en su agujero trasero. Ella llora de éxtasis.

“Eso es lo que te gusta, ¿eh? ¿Que llene todos los agujeros con mi gran p*ll*?” Le digo en el caparazón de su oreja, haciendo que se le ericen los pelos de la piel. Le doy una palmada en la redondez de sus nalgas una y otra vez, haciéndola llorar más.

 "Déjame mirarte." Llegué a su barbilla y la hice mirarme. Lágrimas espesas ruedan por su rostro manchado de maquillaje. J*d*r, se ve tan s*xy. Mi p*ll* se endurece todavía más al verla tan sumisa y vulnerable. De repente se abre el enlace mental y la voz de mi Beta me interrumpe. 

!Alfa! Te necesitan en el palacio de inmediato. Es el Príncipe otra vez.

'¡Maldita sea! Tienes que estar bromeando. Estoy en medio de algo aquí.

Me temo que lo del príncipe no puede esperar.

¿Qué hizo ahora? ¿Acaso no lo estás vigilando?

Se escapó sin sus guardaespaldas. De nuevo.

¡M**rd*! Ven a recogerme, estoy en el penthouse.

¿Mencioné que también me hago pasar por Duque de Valira? Explicaré esa parte más adelante, ahora mismo me aseguro de que el enlace mental esté cerrado. Anticipando que la noche será larga, decido que es mejor terminar con lo que comencé, tener mi p*ll* dura dentro del húmedo y tierno c*ñ* de mi Omega hasta alcanza mi clímax.  Volví mi atención a ella para notar que se había movido de su lugar.  “¿Con que quieres jugar a ser una chica mala hoy, ¿no es cierto?" 

Ella me mira con ojos llenos de lujuria sabiendo muy bien que la castigaré por no seguir mis instrucciones.

*************

Dos horas después

Está amaneciendo, la humedad de la mañana se resbala por las ventanas de la limusina estacionada en la parte trasera del Ace, un club VIP donde los ricos y poderosos son tratados como celebridades. Estoy esperando que mi Beta Jack y el Príncipe Felipe aparezcan por la salida de emergencia.

Exhalo aliviado al verlos. Aunque Felipe se ve algo pasado de copas. Me preocupaba que sucediera algo malo mientras esperaba. Había dejado de revisar mi teléfono celular hacía unos minutos buscando titulares y lo guardé.

"¿Qué te tomó tanto tiempo?"

"Me ocupé de todo como me pediste. Los gerentes mantendrán la boca cerrada.”  Jack, mi Beta, me guiña un ojo con picardía. 

Genial, espero que eso signifique que no haya filtraciones en las noticias. Una cosa menos de qué preocuparse. "Sebastián, ayuda al príncipe a subir al auto y llévanos directamente al palacio. Necesitamos prepararlo para la apretada agenda de hoy con la reunión del Consejo."

"Sí, Excelencia", inclina la cabeza. No mucho después escuché un fuerte golpe acompañado de maldiciones.

 "¡C*r*j*!" Vas a tener que cambiar al bruto de tu chófer, tío." Felipe hace una mueca de dolor cuando se golpea la cabeza al entrar al auto.

  "Lo siento mucho, Alteza. Tendré más cuidado la próxima vez."

Jack sonríe con malicia. Mi Beta se disculpó con la boca fruncida con una sonrisa de satisfacción. No le agrada el príncipe Felipe y cree que no es más que un niño malcriado. Utilizo el mensaje mental para amonestar.

 Utilizo el canal mental, ¿Qué te pasa? ¿Acaso no ves que no contamos con tiempo que perder?, entiendo que no te guste, pero tenemos una agenda apretada que cumplir.

Sé que lo hizo a propósito. Conozco a Jack, no está contento con que yo esté en el palacio haciéndome pasar por el Duque Paul. Después de hacer esa promesa hace años, estoy obligado a ayudar al próximo Príncipe Heredero a llegar al poder con su nueva esposa. Sólo faltan un par de meses para la boda del Príncipe y podré planear una “jubilación” anticipada a mi villa. Nadie sospechará que realmente he vuelto a mi puesto y deberes Alfa.

Extraño a mis chicas, se queja el c*brón a través del enlace mental. El afortunado b*st*rd* no sólo encontró a su compañera predestinada, sino que también se quedó con la pareja elegida. Ellos solos entienden el lío amoroso en el que están metidos, pero si la Diosa de la Luna lo permitió entonces yo no soy quién para juzgarlos.

 Estoy agradecido de que Jack haya aceptado el desafío y se quede conmigo, lejos de nuestra manada y su familia. Podría haber elegido a uno de mis guerreros de élite para la tarea. Completar esta misión significa la supervivencia de mi manada, ya es demasiado tarde para arrepentirse. Debe darse cuenta de lo importante que es para mí cumplir mi palabra como Alfa y amigo. Hemos logrado mantener ocultas nuestras verdaderas identidades. Con el vínculo mental aún abierto,

 Me has sido leal y has demostrado ser muy ingenioso en esta misión. Como tu Alfa y tu mejor amigo, no agotes mi paciencia.

Cuando en público lo llamo por otro nombre. Me aclaré la garganta, "Sebastián, tenemos que llevarlo a casa de una pieza", le ordené, mis palabras carentes de cualquier emoción pero dichas con toda mi autoridad alfa. Soy muy estricto con las reglas y protocolos, hago las cosas según las reglas. No en vano fui nombrado consejero principal del Príncipe.

"Sí, su Alteza." Aumento mi aura y él se estremece ante el sonido de mi voz. Sólo los hombres lobo pueden sentir el poder de mi aura. No puedo mandar a otras especies tan fácilmente, aunque ellas todavía sienten mi autoridad.

"¿Le abrocho el cinturón de seguridad también?" menciona un exasperado Jack. Está enojado porque ha tenido que hacer de mi chófer y mi asistente. Ahora, tiene que agregar una niñera a la mezcla. Pero proteger al príncipe y garantizar su seguridad era parte del trato. 

"No. Déjalo en paz. Sólo sácanos de aquí". Yo también estoy molesto con toda la situación. Felipe está siendo imprudente al ir de discotecas esta semana. Le doy una rápida mirada al Príncipe; se ve patético y desaliñado después de tanta fiesta.

"Philip, déjame recordarte que siempre se deben seguir los buenos modales. Se espera mucho de ti, joven príncipe. No olvides que todos, especialmente la prensa, esperarán que flaquees". Su cuerpo está tendido en completo desorden en el asiento trasero de la limusina.

"Uf, mi cabeza, ¿por qué sigue dando vueltas? ¿Nos estamos moviendo?" Murmuró. 

Parecía muy ebrio y por un momento pensé que teníamos que detener el auto o bajar la ventanilla para que pudiera tomar un poco de aire fresco. Lo han visto visitando clubes por toda la ciudad durante toda la semana y la próxima boda con Lady Sinclair le está pasando factura. El hombre está pasando por un momento difícil. Si quiere ser el próximo gobernante, tiene que cumplir con el matrimonio arreglado.

"Si no insistieras en salir a discotecas todas las noches como lo has estado haciendo los últimos días y quedarte afuera bebiendo hasta el cierre, no estarías tan enfermo. Tienes que detener a Philip o lo será". Es muy difícil para mí seguir salvando el pellejo. Futuro Príncipe Heredero o no, no puedes hacer lo que quieras sin pensar en las consecuencias. Será mejor que no te comportes como un mocoso la próxima vez.

La gente seguramente empezará a chismorrear, especialmente los paparazzi que lo persiguen esperando que el príncipe real cometa un error en cualquier momento. "Sí, sí, no estoy tan borracho, sólo cansado", dice lentamente, como si el peso de las palabras hiciera difícil hablar.

"¿Por qué no te pierdes un poco y disfrutas de la vida para variar?" Agita las manos en el aire en se molestia. "No necesito que me dé sermones, tío. He tenido mucho de eso toda mi vida".

Le golpeó en la cabeza, sin importarme si tenía resaca. El c*brón se lo merece por acortar la noche con mi morena tentadora.

"¡Oye! ¡Eso duele!

"Al contrario, mi querido sobrino. Es evidente que todavía necesitas mi consejo. Al menos hasta la boda y sientas la cabeza con tu esposa".

Se siente tensa ante la mención de su inminente matrimonio. "¿Recuérdame por qué tengo que casarme con ella?" pregunta, frotándose la cara con una mano. "Sé que vas a decir que Viviane Sinclair es la pareja perfecta. He intentado al menos ser amable con ella, pero esto es ridíc*l*, tío. En pleno Siglo XXI ¿Quién organiza matrimonios arreglados hoy en día?, dijo irritado,  arrugó la nariz y se sopló con el pañuelo.

"¿No te das cuenta de lo afortunado que eres? Te casarás con la heredera de los Sinclair, que llevan un negocio inmobiliario exitoso. Por lo que he oído, ella también es una belleza. Si quieres la corona, tienes que hacer pequeños sacrificios. "Tienes veinticuatro años, Felipe,  tus padres esperan retirarse y necesitan que estés listo para encargarte del principado. El mayor deseo de tus padres es contar con una nueva familia gobernante.”

"Es fácil para ti decirlo. No eres tú quien tiene un matrimonio concertado. De hecho, tío, ¿por qué no te has casado? Mira, ya están pasando tus años de matrimonio ¿Será que tal vez tienes otras preferencias?" 

Felipe enarca las cejas burlonamente y más deceso tengo yo de caerle en la cabeza para hacerle entrar en razón. Lo miro a los ojos y le digo en tono muy serio: "¿Preferirías cambiar de lugar conmigo?" Lo cuestioné, sabiendo muy bien que no permitirá que nadie más se convierta en el próximo gobernante, está demasiado orgulloso de sí mismo. Luego de un silencio incómodo sólo logra agachar la cabeza en señal de derrota.

“Sabes muy bien que me he preparado toda mi vida para esto. No es que tenga otra opción.”

"Pensé que dirías eso."

El resto del camino fue en silencio y sin contratiempos.

Alfa Atticus

Exhalé y volví a desplazarme por mi teléfono en busca de alguna filtración comprometida a los medios. De camino al palacio, saco mi teléfono celular y procedo a hacer algunas llamadas. Necesito idear un nuevo plan para no volver a perder de vista ninguno de los movimientos de Philip. Estoy pensando en algo de alta que pueda equiparnos con una tecnología más robusta y confiable como la seguridad digital. Estoy pensando en algo de muy alta tecnología como la seguridad por autenticación biométrica. Ya implementamos guardias de seguridad, sistemas de control de acceso, cámaras de vigilancia y alarmas, pero el Príncipe demostró ser un bastardo astuto y necesitamos mejorar la seguridad centrándose en su salvaguardia.

No necesita conocer los detalles pero haré que lo rastreen a partir de ahora. Lo primero que debo hacer es programar una reunión con los servicios de seguridad. Alguien debe responder por haberle dejado salir desprotegido del p