Nunca Seré Tuya
- Genre: Werewolf
- Author: Melan pamp
- Chapters: 170
- Status: Completed
- Age Rating: 18+
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- ⭐ 10.0
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Annotation
Después de que Selena se viera obligada a abandonar el reino del Alfa Kian por ser su compañera de segunda oportunidad, juró no volver jamás, dejando atrás a su familia y amigos. Sin otra opción, abandona la manada y tiene que sobrevivir por su cuenta. Sin manada ni familia que la ayuden, empieza de nuevo y construye su vida. Un día, el destino interfiere y los hombres del rey la capturan como enemiga y la meten en la prisión del castillo para torturarla. ¿Podrá escapar sin que el rey se entere de que su compañera ha vuelto a su reino y ocultarle sus secretos? Cuando su vida y la de sus seres queridos dependen de sus secretos. ¿Sigue siendo el rey el compañero despiadado que conoció una noche en la oscuridad o ha cambiado?
CAPÍTULO 1
Selena
El camión se detiene y mi cuerpo rueda hacia otra persona a mi lado, estoy demasiado débil para moverme y *p*n*s puedo abrir los ojos por la hinchazón de mi cara. Al oír unas voces sé que son los hombres del rey y supongo que hemos llegado a su reino.
Las puertas del camión se abren y oigo algunos gritos antes de que los cuerpos sean arrastrados fuera del camión, unas manos vienen y me agarran, levantando mi cuerpo y tirándome al suelo. Me muerdo la lengua para no hacer ningún ruido.
Siento que la sangre me rezuma por la lengua y la escupo delante de mí, con la sangre cayéndome por la mandíbula. Intento asimilar lo que me rodea con los oídos, sé que éramos unas quince personas en el camión y que oí más de un camión cuando llegamos aquí.
—¡Ponte de pie, granuja!—. Un guardia se detiene junto a mi cuerpo y me da una patada en el estómago. Todo el aire abandona mi cuerpo y tengo que agarrarme el estómago con los brazos por el dolor, intentando abrir los ojos miro a mi alrededor y, por el rabillo del ojo, veo a un hombre guapísimo con un traje gris oscuro que se acerca a nosotros. Tengo la sensación de saber quién es.
Tiene tres hombres más a su lado y por el aura que le rodea ya puedo adivinar quién es él y los hombres que están a su lado. Intento incorporarme, me inclino hacia delante y mantengo la cabeza gacha, pase lo que pase, mi verdadera identidad no puede ser revelada.
El hombre se acerca y tengo que mantener el corazón bajo, sé que captarán mi ritmo cardíaco si no lo mantengo estable. Veo sus pies caminar más cerca de donde estoy sentada en el suelo antes de que se detenga un poco delante de nosotros. Respiro despacio y me concentro en mantener la cabeza baja, esperando que no se dé cuenta de mi presencia.
—¿Esto es todo?— Le oigo decir y eso es todo lo que necesito saber, es él. Nunca olvidaré su voz mientras viva... ¡Mi compañero!
—¡Sí, mi rey! —le responde la voz de un guardia.
Manteniendo los ojos clavados en el suelo espero lo que está por venir.
—¡Llevadlos a las mazmorras y empezad a interrogarlos!—. Ordena y los guardias empiezan a arrastrar a la gente por una escalera.
Un par de brazos vienen y me agarran antes de que me arrastren hacia las escaleras, no se detiene y mi cuerpo rebota en cada escalón. Ya estoy muy golpeado y a cada paso que bajo, intento contener mis gemidos. No les daré esa satisfacción.
Al bajar el último escalón, el guardia me arrastra al interior y tengo que intentar respirar a través del mal olor a sangre y fluidos corporales que me llega a la nariz en cuanto entramos en el edificio. El guardia se detiene ante una celda y abre la puerta antes de arrojarme al interior. Caigo al suelo y me golpeo la cabeza contra el duro cemento, sintiendo cómo se me agrieta la cabeza por el impacto y cómo una sustancia caliente me recorre la mejilla. No me queda energía para moverme y mi lobo está aletargado por todo el acónito que nos han dado durante el viaje, no puedo curarme de las heridas y unas manchas negras empiezan a bailar delante de mis ojos. Ahora no lucho contra ello. Solo dejo que la oscuridad me succione y me lleve lejos de este lugar.
Recuerdo el momento en que vi a mi compañero hace tantos años. Seguí un aroma que me hizo agua la boca y me llevó al cementerio. Se hizo más fuerte cuando me adentré un poco más y no pude resistirlo. Fue entonces cuando lo vi. Estaba de pie junto a una tumba nueva de espaldas a mí, no necesité que se diera la vuelta para saber que era mi compañero. Me detuve en seco cuando vi junto a qué tumba estaba.
Maldije a la diosa de la luna en mi cabeza. ¿Qué tan cruel puede ser? Mi compañero es el Rey Alfa... ¡Kian! El rey sobre todos los hombres lobo y acaba de perder a su compañera, dijeron que estaba embarazada y a la semana, no pudo sobrevivir a un embarazo y murió a solo un mes de embarazo. La enterró ayer.
Trato de caminar lentamente hacia atrás sin hacer ningún ruido cuando lo veo tomar una bocanada de aire y lentamente darse la vuelta. Sus ojos se encuentran con los míos y mi respiración se entrecorta. Es tan guapo, alto y muy musculoso. Pelo negro y en la oscuridad puedo ver sus brillantes ojos ámbar. Es impresionantemente guapo.
Las palabras se escapan de mi boca antes de que pueda detenerlas.
— ¡No! —Me ruge, dando largas zancadas hacia mí. Se para justo delante de mí y me da miedo hasta respirar. Me agarra la barbilla con fuerza y me levanta la cabeza para que le mire. Me mira fijamente a los ojos, su tacto me hace saltar chispas y jadeo al sentirlo. —No eres mi pareja. Y nunca lo serás —. Me escupe las palabras.
Está tan enfadado que su aura alfa se le escapa y *p*n*s puedo respirar ya.
—¡Te irás de mi tierra y no volverás jamás! ¡Si vuelves a poner un pie en mis tierras te mataré a ti y a toda tu familia! ¿Entendido?— Dice con tanto odio en su voz.
No puedo moverme, no puedo mirarle a los ojos, el dolor que siento casi me hace caer al suelo. Creo que lo habría hecho si su agarre en mi barbilla no fuera tan fuerte, un gemido sale de mis labios.
—¡He dicho que si entiendes!— Me ladra y una lágrima resbala por mi barbilla, tengo que contener un sollozo del dolor que siento.
Me aprieta la barbilla y lo único que puedo hacer es asentir. Si su mirada pudiera matar, ahora estaría muerta. Me suelta y caigo de rodillas. Intento recomponerme de todo este dolor que siento.
—¡Ahora vete a la m**rd* de mi tierra!— Me grita y su orden alfa me inunda y no puedo hacer otra cosa que obedecer. Me pongo en pie y empiezo a correr.
CAPÍTULO 2
Selena Me despierto sobresaltada por un poco de agua fría que me arrojan, aspiro un poco de aire en mis pulmones e intento mover los brazos y las piernas pero me duelen todas las extremidades del cuerpo. Ahora mismo no soy más que un peso muerto y lo único que puedo hacer es mover los dedos. —¡Levántate, puta canalla!— Oigo que uno de los guardias me grita y aunque quisiera no puedo levantarme. Un pie viene y me golpea en el estómago, el dolor me deja sin aliento y tengo que intentar jadear para respirar. —¡Levántala y llévala a la habitación!—. Oigo otra voz y supongo que me llevarán a una sala de tortura. El guardia se agacha y me levanta, me echa sobre su hombro y no tengo ninguna resistencia en mi cuerpo. Siento como mi sangre baja hasta mi cara y la hinchazón solo hace que me duela más. Me empiezan a latir los oídos y me voy a desmayar si no me bajan pronto. —¡Ponla en la silla y asegúrate de que está bien