Lunas Sangrientas en el Delta
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La historia comienza en el crucero "La Estrella Azul", donde se celebraba la fiesta de las flores. Entre los pasajeros se encontraba la familia del Monte, compuesta por una pareja y sus dos hijos adolescentes, quienes eran hombres lobos. En una noche de luna llena, son encerrados en una jaula por orden del capitán para proteger al resto de los pasajeros. Sin embargo, logran liberarse y desatan una masacre a bordo del crucero, que termina en llamas y desaparece en el océano. Un buzo logra escapar del crucero, pero es mordido por uno de los lobos. Naufraga y es rescatado por un buque mercante, pero durante la siguiente luna llena se convierte en un hombre lobo, propagando el virus de la licantropía en la costa. Pronto, se forman centenares de hombres lobos en la ciudad. En la ciudad de Malga, en el Delta Amacuro, un fraile franciscano evangeliza a tribus indígenas cuando son atacados por leones salvajes. Los mellizos Gabriel y Gabiana, líderes de una ciudad perdida y legendaria, de hombres lobos blancos llamada Orama, salvan al fraile y lo llevan a su ciudad en lo interno de la jungla. Orama es una antigua civilización rodeada de mitos y leyendas, que ha atraído a numerosas expediciones que han desaparecido misteriosamente. Mientras tanto, en Malga, el gobernador es atacado por un antiguo socio pirata que busca su parte del tesoro robado en un naufragio. El gobernador es rescatado por sus hijos mellizos, Alexis y Alexa, quienes son ninjas entrenados por su madre de origen chino. El capitán pirata crea un ejército de hombres lobos controlados por un silbato mágico y secuestra al fraile, además de atacar la casa del gobernador. El fraile utiliza un cuerno mágico otorgado por Gabiana para pedir ayuda a los lobos blancos de Orama. Los cuales acuden en su rescate, desatando una épica batalla entre licántropos y hombres lobos blancos. En medio de la confrontación, surge un amor apasionado entre los mellizos de ambas familias. A pesar de las diferencias y las circunstancias adversas, se unen como una fuerza única contra la maldad y la avaricia. Juntos, luchan por proteger a la humanidad y restaurar el equilibrio entre los seres humanos y los seres sobrenaturales en las selvas del Delta Amacuro. ¿Será que lograrán vencer al capitán pirata y liberar al fraile? ¿Podrán los hombres lobos blancos de Orama derrotar al ejército de hombres lobos controlados por el silbato mágico? ¿Qué pasará con el amor verdadero entre los mellizos de ambas familias? ¿Podrán realizarlo a pesar de sus diferencias? Descúbrelo en "Lunas Sangrientas del Delta", una historia llena de intriga, acción y romance que te mantendrá al borde de tu asiento hasta la última página. Sumérgete en el mundo de los hombres lobos, los mitos y las leyendas, y acompaña a estos valientes personajes en su lucha por el amor y la supervivencia en un entorno lleno de peligros y secretos.
CAPITULO 1 El crucero en alta mar
Era un día soleado, el crucero La Estrella Azul se encontraba anclado en alta mar, en ocasión de la celebración de la feria de las flores, los pasajeros estaban emocionados por la festividad, donde se entregarían premios a los arreglos más destacados entre los invitados
La tripulación había decorado el barco con vistosos arreglos florales, creando una atmósfera festiva con mucha alegría. La música sonaba a todo volúmen, la gente bailaba y disfrutaba de deliciosos cócteles y la comida gourmet servida en el bufet, para deleitar los más finos paladares con la comida francesa
Jhon Smith, pasajero y amigo del Capitán Marcos Alameda, capitán del barco, no se interesaba por las festividades, prefirió dedicar su tiempo a su deporte favorito, la pesca
– Mi estimado Capitán me gustaría pescar un poco en estas aguas quietas y remansas, para ello necesito que me autorice para bajar un bote al agua, que se encontrará atado a mismo barco -
- Es peligroso, aunque yo sé que eres un buzo experimentado, bajarás solo- se quedó pensando y dijo -Acepto si guardas todas las medidas de seguridad, te colocarás salva vida con arnés y no entrarás al agua por ningún concepto – expresó el buen capitán
-Es una promesa mi capi, solo utilizaré mi caña de pescar y mi arpón –
Jhon se colocó su traje de buzo, y bajó a la superficie del mar sobre el bote, que se encontraba amarrado a la embarcación mediante un mecate de nylon a unos metros de distancia.
Entre tanto en el camarote 45 que ocupa la familia Del Monte
– Papá quiero asistir a la fiesta, van a dar hasta premios… además quiero estar con la chavita del camarote 30-- dice uno de los jóvenes
-- Claro que no. Eso es imposible, esta noche tenemos luna llena, tu madre y yo, junto con uds. dos, iremos a las jaulas que nos ha preparado el Capitán, esa fue la condición para tomar este crucero ¿Lo recuerdan? y se acabó la discusión – responde el padre molesto
Ya daban las seis de la tarde y el ardiente sol comenzaba a ocultarse
-Familia del Monte… por favor acompáñenos, venimos a buscarlos - dicen los grumetes enviados por el Capitán, que los conducirían a unas jaulas de barrotes de acero, ubicadas en el fondo de la gran embarcación
Los cuatro miembros de la familia del Monte, entran en la jaula y son esposados a los barrotes, luego cierran la puerta reforzada de acero con llave. A alejarse los grumetes comentan
-¿Sabes que está sucediendo con esas personas? ¿Por qué el Capitán es tan cruel? me dio lástima con la señora y la muchacha ¿Que habrán hecho para merecer este castigo? - pregunta un grumete al otro
A media noche cuando la celebración estaba en su máxima esplendor, la familia del Monte sufría una transformación por la acción de la Luna llena, convirtiéndose en hombres lobos feroces, eran licántropos, según la tradición popular, se convierten en lobos las noches de plenilunio.
Pero el grumete cometió el error de esposar dos de ellos a la misma barra, por lo que tuvieron fuerza suficiente para despegarlas y soltarse, como bestias salvajes se dirigieron a la puerta, golpeándola fuertemente, pero a pesar de su gran fuerza no pudieron abrirla
No pasó así con la escotilla y la carcasa del barco, por donde pudieron salir, trepando por el lateral de la nave, llegaron a la cubierta del barco y de allí al primer nivel inferior donde se realizaba la fiesta.
Al verlos la gente corrían en todas las direcciones llenos de pánico, mientras los lobos desgarraban sus tráqueas causándoles las muertes inmediatas
La tripulación con armas de fuego, descargaron sus municiones sobre los licántropos, sin producirles ninguna herida importante, luego probaron con la lanza llamas sin perturbarles el fuego. El capitán entendió que ya no se podría hacer más nada, que todos perecerían, solo quedaba evitar que alguna persona infestada por el virus sobreviviera y llegara a tierra firma
Subió a la cubierta y derramó los toneles de lubricantes y combustibles sobre el barco, tomo una luz de vengala de auxilio y la encendió, en eso vio las amarras del bote de su amigo Jhon Smith y recordó que estaba pescando, corrió al borde y soltó las amarras.
Desde allí le grito –¡Vete! ¡Aléjate del barco! ¡Huye! aquí todos moriremos-
Jhon lo veía y lo escuchaba muy lejos, los gritos y la bulla que oía los relacionaba con la fiesta
-Creo que escuche mal… dice que me vaya. Y para donde pretende que me vaya en mar abierto, que le estará pasando a mi amigo – piensa Jhon
De pronto ve desde su bote a uno de los licántropos atacar al Capitán mordiéndolo en el cuello, mientras tenia encendida en su mano la vengala, que, al caer al piso, el barco se prendió en llamas. Jhon se asustó y entendió en ese momento lo que su amigo le gritaba
Tomó el remo y comenzó a alejarse del barco a toda prisa, pero el licántropo lo había visto, este tomó impulso y se lanzó sobre el bote de John, cayendo al centro, partiendo la pequeña embarcación en dos partes.
El Licántropo se hundió en el agua, pero salió a flote con gran fuerza a la superficie para atacar a Jhon, pero este reaccionó recibiéndolo con el arpón, que se introdujo por un ojo, entrando al cerebro, causándole la muerte de inmediato
Como pudo, Jhon tomó las tablas del bote y las unió utilizando el nylon de su caña de pescar construyendo una balsa, mientras observaba, que ya no se oían gritos en el barco, este era consumido por las llamas.
Las lágrimas corrían por sus mejillas, había perdido a todos sus amigos con los que había abordado ese barco, todos estaban muertos, excepto él, el único sobreviviente
Se quedó allí hasta que el barco desapareció en las aguas. Los vientos comenzaron a soplar fuerte y las olas se volvieron cada vez más altas, batalló por sobrevivir con el inclemente clima hasta que el cansancio lo venció y se quedó dormido, naufragando entre la marea por varios días
Entre tanto a varios de kilómetros de allí, en tierra firme una leyenda vibra en las inmediaciones de Palenque. El joven fraile que escucha a la gente en el puerto hablar le comenta a Fray Toc
-La gente comenta que se halla inmerso en las vastedades de una jungla cuya densidad impenetrable prohíbe al viajero aventurarse en su interior, al menos si ama la vida y espera salir indemne de una odisea condenada al fracaso, un macizo que, oculto tras la borrascosa espesura del follaje tropical, esconde la clave para descifrar uno de los misterios más profundos legados por las civilizaciones mesoamericanas: la enigmática ciudad perdida de Orama –
--Si, ya he escuchado esa leyenda tan interesante, nos han llegado escasas pero sustanciosas noticias de la naturaleza de este enclave primogénito, desvanecido en las intimidades más recónditas de la selva…– responde Fray Toc
Ellos se refieren a Palenque, se dice que fue una de las joyas de una civilización muy antigua, sede de templos, pirámides e inscripciones que revelan la majestad y la belleza coronada por esta cultura milenaria, continua Fray Toc
-En las narraciones de algunos cronistas españoles he leído que los descendientes de sus antiguos moradores les habían relatado la existencia de un arcano lugar llamado Orama. Los europeos recelaban de estas historias, teñidas de detalles mitológicos que comprometían su veracidad, y durante siglos no les prestaron la debida importancia -
El fraile franciscano, de nombre Toscano Villarreal Segundo, quien todo el mundo conoce como Fray Toc, entregado en cuerpo y alma a la evangelización de los indígenas en una misión encomendada por el mismísimo Papa, empezó a sospechar que las aparentes fabulaciones de los nativos, para sustentar sus afirmaciones, algunos indígenas apelaban a unos jeroglíficos grabados en las escalinatas del Templo de las Inscripciones de Palenque.
Fray Toc era consciente de que muchas de las narraciones transmitidas oralmente de generación en generación remitían en ocasiones a acontecimientos fidedignos, por lo que decidió entrevistarse con algunos ancianos de las tribus para descubrir más sobre Orama.
Todas las voces nativas consultadas coincidían en una aseveración: la llave para escrutar el misterio de la ciudad perdida de Orama yacía en la cima de un macizo hendido en las entrañas de la jungla de Palenque.
Como nadie osaba desplazarse hasta ese lugar oscurecido por leyendas aterradoras, una nube transida de preguntas sin respuesta eclipsaba el relato de los indígenas.
Lo que sí pudo deducir Fray Toc es una idea que aleteaba en todas las afirmaciones reseñadas: Orama había existido mucho antes de que los mayas o los incas colonizaran las selvas, y había alcanzado una grandeza que empequeñecía las glorias más insignes de sus herederos.
Pero ¿quiénes eran realmente los crípticos habitantes de Orama? ¿Cuál era su relación exacta con los mayas? ¿Por qué había sucumbido su civilización si, a tenor de las tradiciones preservadas con desvelo por los propios mayas, su poder no había conocido rival en Mesoamérica, y las esplendorosas culturas que prosperaron muchos siglos después sólo representaban un lívido reflejo de su magnificencia?
CAPITULO 2 La ciudad perdida de Orama
Además, muchos se habían atrevido a surcar las temibles frondosidades de la jungla circundante a Palenque, una cantidad de expediciones simplemente se habían perdido en aquella jungla, era el antecedente de que se encendía una peligrosidad para cualquier aventurero incluyendo a Fray Toc
En esos días, como era su costumbre, Fray Toc en compañía de otros frailes de la misma congregación se dirigieron hacia las tribus indígenas que se encontraban en los alrededores para evangelizarlos, montaron su campamento.
Por un momento el buen fraile se dirigió a su tienda de campaña para buscar unos implementos que requería para sus clases
De pronto oyó unos gruñidos fuertes y luego unos gritos aterradores de personas, se asomó por la hendidura de su tienda, y observó una manada de leones que atacaban a la tribu.
Asustado, salió por la parte trasera de su tienda y corrió a toda velocidad por medio de la jungla, se cayó y se levantó rápidamente, varias veces, hasta llega