
Embarazada del Alfa
- Genre: Werewolf
- Author: Giss Dominguez
- Chapters: 28
- Status: Completed
- Age Rating: 18+
- 👁 293
- ⭐ 5.0
- 💬 12
Annotation
—¡Ya no quiero verte! –exclamó con euforia. Mi sorpresa fue grande, no comprendía la actitud de mi esposo —¡Largo infiel! –exclamó y lo observé con genuino dolor sin comprender sus palabras. —N—no comprendo de qué me hablas –susurré con los ojos cristalinos y él se rió. —¿De verdad? Ahora… necesito que tomes tus cosas. Yo soy el millonario, por lo tanto no tienes nada –comentó con tono frío y lo observé con sorpresa. —E—eric… no puedes… hacerme esto —respondí temblorosa. —¡Te vi con ese hombre! ¡Largo! —¡Es… un malentendido! –grité y él se puso de pie para tomarme del cuell0, lo observé con los ojos cristalinos. —Si no te vas… te obligaré a irte –respondió mostrando sus largas garras y colmillos, asentí. Me alejé llorando para ingresar a mi habitación temblando. Guardé todas mis pertenencias en la maleta y acaricié con tristeza mi vientre, salí corriendo al exterior y me subí a mi auto llorando. —M**rd* –lloré en voz alta, y arranqué el auto sin mirar atrás. El primer día, estaba con Emma, mi mejor amiga. Me había aceptado en su tribu, mis padres murieron cuando era una pequeña niña. Era una Omega débil y desvalida, hasta que el Alfa me encontró. Nuestro amor fue instantánea hasta ese día. Había un Alfa de otra aldea, obsesionado conmigo y con él, constantemente me llegaban amenazas para arrebatarle la vida si yo, no me entregaba a él. En ese día, sostenía un rifle con balas de platas, mientras estábamos en un edificio alto y mi esposo daba una presentación. —Si no te entregas lo mataré –comentó amenazante y con el dolor de mi alma, lo hice llorando. Porque no quería hacerlo, y cuando la puerta fue abierta, vi el dolor y la desepcion en los ojos de mi esposo. Eric Alba, era el Alfa supremo de los Alfas. Mis ojos se cristalizaron, cuando me observó con decepción y dolor. Pero lo hubiera hecho de nuevo, para que él estuviera bien. Quise halarle, pero no me quiso escuchar en ningún instante. Me encuentro en posición fetal, envuelta en una cobija que Emma tejió. Ella está a mi lado con una bandeja de garbanzos y sopa de fideos, intentando levantarme el ánimo. Pero el agujero que siento en el pecho no se cierra. —Amiga… debes comer –comentó señalando mi vientre –por él… o ella. —Lo sé –susurré sentándome y tomando la cuchara con desgano. —Si el no te escucha es un imbécil –respondió y sonreí débilmente. –De verdad… debe estar celoso y enojado. —No Emma. Yo… vi odio en sus ojos, me siento tan triste –susurré y ella me abrazó –este agujero no se quiere ir.
Chapter 1
—¡Ya no quiero verte! –exclamó con euforia. Mi sorpresa fue grande, no comprendía la actitud de mi esposo —¡Largo infiel! –exclamó y lo observé con genuino dolor sin comprender sus palabras.
—N—no comprendo de qué me hablas –susurré con los ojos cristalinos y él se rió.
—¿De verdad? Ahora… necesito que tomes tus cosas. Yo soy el millonario, por lo tanto no tienes nada –comentó con tono frío y lo observé con sorpresa.
—E—eric… no puedes… hacerme esto —respondí temblorosa.
—¡Te vi con ese hombre! ¡Largo!
—¡Es… un malentendido! –grité y él se puso de pie para tomarme del cuell0, lo observé con los ojos cristalinos.
—Si no te vas… te obligaré a irte –respondió mostrando sus largas garras y colmillos, asentí.
Me alejé llorando para ingresar a mi habitación temblando. Guardé todas mis pertenencias en la maleta y acaricié con tristeza mi vientre, salí corriendo al exterior y me subí a mi auto llorando.
—M**rd* –lloré en voz alta, y arranqué el auto sin mirar atrás.
El primer día, estaba con Emma, mi mejor amiga. Me había aceptado en su tribu, mis padres murieron cuando era una pequeña niña. Era una Omega débil y desvalida, hasta que el Alfa me encontró.
Nuestro amor fue instantánea hasta ese día. Había un Alfa de otra aldea, obsesionado conmigo y con él, constantemente me llegaban amenazas para arrebatarle la vida si yo, no me entregaba a él.
En ese día, sostenía un rifle con balas de platas, mientras estábamos en un edificio alto y mi esposo daba una presentación.
—Si no te entregas lo mataré –comentó amenazante y con el dolor de mi alma, lo hice llorando. Porque no quería hacerlo, y cuando la puerta fue abierta, vi el dolor y la desepcion en los ojos de mi esposo.
Eric Alba, era el Alfa supremo de los Alfas. Mis ojos se cristalizaron, cuando me observó con decepción y dolor. Pero lo hubiera hecho de nuevo, para que él estuviera bien. Quise halarle, pero no me quiso escuchar en ningún instante.
Me encuentro en posición fetal, envuelta en una cobija que Emma tejió. Ella está a mi lado con una bandeja de garbanzos y sopa de fideos, intentando levantarme el ánimo. Pero el agujero que siento en el pecho no se cierra.
—Amiga… debes comer –comentó señalando mi vientre –por él… o ella.
—Lo sé –susurré sentándome y tomando la cuchara con desgano.
—Si el no te escucha es un imbécil –respondió y sonreí débilmente. –De verdad… debe estar celoso y enojado.
—No Emma. Yo… vi odio en sus ojos, me siento tan triste –susurré y ella me abrazó –este agujero no se quiere ir.
Un año después…
Sostenía a Camila entre mis brazos. Mi pequeña hija, era la prueba del amor que una vez tuve con Eric. No me había rechazado hasta ahora, sin embargo tenía miedo que eso ocurriera. No sabía que me tocaba el destino y para ser sincera tenía miedo.
Miedo de que las cosas no salieran bien. Había intentando no cruzarme en el camino de mi esposo, durante un año entero. Sin embargo, sabía que en algún instante, me descubriría. Pero debía salir de la aldea, Camila tenía fiebre y no había forma de calmarsela.
Al llegar al hospital de la ciudad, donde nos mezclábamos con humanos, finalmente ingresé con ella en mis brazos. Estaba esperando que nos atendieran, cuando lo vi. Sus ojos azules con el borde gris, me observaron durante varios minutos hasta que bajó la vista hacia mi niña.
Camila, como si entendiera estiró la mano en su dirección; idéntica a él, mi hija era la prueba que el ADN no hacía falta en este caso. Su cabeza estaba adornada de bucles dorados, junto a unos ojos iguales de azules que Eric.
Pero no me detuve a pensar, ni para que me hable, salí corriendo del hospital con los ojos cubiertos en lágrimas. Pude sentir sus pasos detrás de mí, después de todo, un Alfa, era mucho mas rápido que una Omega.
—¡Alto! –exclamó y le hice caso. Al girarme hice una mueca bajando el rostro –ella es…
—Tu hija.
—Es… igual a mí ¿Cómo se te ocurre ocultármela?
—¿Me hubieras creído que era tu hija? –Pregunté y él me observó sin inmutarse —¡Me hubieras acusado que esta bebe era de ese Alfa!
—¡Mentirosa! Eso es lo que eres… no solo te acuestas con otro, sino que… ¡Me ocultas a mi linaje! –exclamó enojado y dio un paso hacia mí. Para mi sorpresa, la arrebató de mis brazos.
—¡Dámela! –Grité desesperada, intenté arrebatársela pero no podía –te lo suplico –comenté poniéndome de rodillas –es lo que más quiero en este mundo.
Pero él, me ignoró, sus manos estaban ocupadas con Camila observándola como si fuera una obra de arte entre sus manos. –Es preciosa –susurró.
—Te lo pido… —comenté temblorosa llorando. Entonces él se hincó de rodillas y me la dio.
—Tiene fiebre, vamos al medico privado –respondió y asentí con una sonrisa triste. Caminamos en silencio, hasta que nos subimos a su auto. Podíamos transformarnos en lobos, pero debía sostener a Camila entre mis brazos.
El camino hacia la casa del Alfa, fue en silencio. Eric no mencionó nada, aunque podía verlo sonreír de vez en cuando hacia Camila. Mi hija no paraba de mirarle, como si supiera una parte de ella que era su padre.
Al llegar a su casa, me quedé quieta. Despues de un año, la casa me parecía tan distante. Luego avancé para seguir a Eric. Atravezamos varios pasillos, hasta dar con la habitación de su medico personal, un omega curandero muy habilidoso.
—Alteza –comentó con respeto, aunque no pudo ocultar la sorpresa de verme –altezas –corrigió.
—Mi hija tiene fiebre –comentó y di un paso adelante, para dársela –curala.
—¿H—hija…? –preguntó y asentí con las mejillas sonrojadas –bien, denme… unos minutos.
Cerró la puerta y me quedé a solas en el pasillo con él. Tragué saliva en seco, y nuestros ojos se encontraron unos minutos, hasta que bajé el rostro.
—¿Estás con él? –preguntó de repente y lo observé sorprendida.
—¿Qué? ¡Claro que no! –exclamé y asintió.
—¿Dónde estábas? Yo… creí que te habias ido con los humanos –respondió y negué.
—¿Estabas… buscándome? –pregunté y él negó.
—¿Buscarte? Nunca desperdiciaría mi tiempo buscando… a una Omega mitad humana –dijo con desdén y lo ignoré.
—Tu hija es mitad… eso tanto que desprecias –dije con un hilo de voz. Nos envolvió en silencio, supuse que era difícil para ambos, utilizar palabras en este momento.
Chapter 2
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Mis ojos se encontraron con los de Eric, pero antes que pudiera decir alguna palabra la puerta se abrió –La niña está bien –comentó el doctor y aliviada ingresé para verla con una sonrisa. Tenía los ojos cerrados, dormía plácidamente –le di para la fiebre.
—Gracias doctor –comenté y él asintió antes de dejarnos solos. Mis ojos se encontraron con aquellos orbes azules, que una vez amé tanto.
—Se quedarán aquí –comentó sin refutar, lo observé con sorpresa sin creer lo que acababa de decir.
—Debes estar bromeando –respondí negando.
—Ella… no puede moverse de aquí –comentó señalando a Camila y negué –Sofía… es por su bien. Mas allá de nuestras dispustas… no quiero perder a mi hija… ¿Cuánto tiempo tiene…?
—Cuando.. me echaste estaba de cuatro meses de embarazo –respondí desviando la mirada y él suspiró mirándome en silencio –tiene siete meses.
—Es preciosa –susurró con una sonrisa y asentí.
—Bien, me quedaré