Enamorandome del Diablo 2
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Annotation
Maritza Ferrer ha perdido al gran amor de su vida Maximiliano Duncan, alias el Diablo, el hombre con quien firmo un acuerdo matrimonial para salvar a su familia. Ahora deberá salir adelante sola, con el apoyo de los pocos que quedan a su lado. Por mala suerte del destino el abogado que da lectura al testamento, se une a su suegra y cuñado dejándola sin un centavo. Es allí cuando su ingenio y astucia lograran que renazca de las cenizas, para dos años más tarde convertirse en un verdugo empresarial. ¿Pero qué pasara cuando una nota de prensa vuelque su mundo de cabeza? ¿Acaso todo lo que había creído era una mentira? ¿Podría el Diablo estar vivo? ¿O simplemente alguien le estaba jugando Una broma?
Chapter 1
Max:
Estaba afligido, toda esta situación con mi hijo me tenía triste, preocupado, sabía que podía sucederle, si Gabriela lo había secuestrado, todo indicaba que no sobreviviría y ese simple pensamiento me hacía querer morir.
Por otro lado estaba Maritza intentando huir de mí, cosa que me parecía ridíc*l*, si quería dejarme, solo tenía que decirlo, me acerque para que me viera y supiera que la tenía precisada, así que busque sacarle conversación si iba a dejarme este era el momento, pero solo dijimos unas que otras palabras, y se marchó.
Me acerque Jack quien sonreí enormemente.
—¿Qué ocurre? — Pregunte ansioso
—Si no me equivoco he localizado el paradero de tu hijo, dentro de unas pocas horas lo sabremos, pero Max, debes tener calma, hay algo en todo esto que no me cuadra, han dejado demasiado errores y evidencias, la persona que esta de todo esto sabe perfectamente lo que está haciendo, podría jurar que es de la familia.
—Eso es imposible, mi abuelo no es capaz de hacerme eso, además no tengo más familia, Gabriela y mis hermanos están bajo nuestro radar, de Marcelino no sé nada, pero no creo que Dimitri lo dejara vivo, mi padre no tiene suficiente cerebro.
—Entonces seguiré investigando —afirmo Jack
Estaba por darme un baño cuando recibí una llamada de Maritza, algo en mi cuerpo se activó.
Ella gritaba como loca, pidiendo auxilio, mi cuerpo entro en revolución, Salí disparado hacia donde estaba el equipo.
— ¡Jack! Localiza el auto de Maritza, alguien la está persiguiendo.
Todo el equipo se activó, buscando por el GPS, no colgaba la llamada, pero pude escuchar un estruendo horrible.
—Maritza ¿Qué paso? ¡Háblame! —grite desesperado, pero no obtuve respuesta
—Max, tengo la dirección—grito Jack
—Vamos en mi auto—Dije saliendo del salón, pero mi amigo me detuvo.
—Vamos en moto, se activó una alarma de emergencia vehicular, alguien ha tenido un accidente.
Sentí el susto instalo en mi estómago, mi esposa, no podía perderla
— ¡Dios mío! —Exclamé— ¡Tenemos que llegar rápido!
Salimos corriendo de la casa, subimos a nuestras motos y aceleramos al máximo hacia la dirección indicada por Jack. Todo mi ser estaba en estado de alerta, temiendo lo peor.
Llegamos al lugar y encontramos el auto de Maritza destrozado contra un poste. Mi corazón se paralizó. Corrimos hacia el coche y lo que vimos fue devastador.
Maritza tenía los ojos abiertos, intentaba hablarme, pero su cuerpo estaba ensangrentada y atrapada dentro del vehíc*l*. Una mezcla de rabia y desesperación se apoderó de mí. Jack y yo hicimos todo lo posible para liberarla, pero fue un proceso lento y angustiante.
Luego de varios minutos los bomberos llegaron, finalmente, lograron sacarla del auto y la colocamos en el suelo. Sentí un alivio momentáneo al ver que aún respiraba, pero su aspecto era terrible. No podía dejar de temer lo peor.
— ¡Maritza, despierta! —Le supliqué—Por favor, no me dejes.
Mis lágrimas comenzaron a caer mientras la sostenía en mis brazos. Jack llamó a una ambulancia y esperamos agonizantes los interminables minutos hasta que llegaron.
Maritza fue llevada de urgencia al hospital, y yo fui tras ella en la moto de Jack. En el camino, las palabras de mi amigo resonaban en mi cabeza
—Hay algo en todo esto que no me cuadra.
Si había alguien detrás del accidente de Maritza, alguien que quería lastimarla, esa persona era mucho más peligrosa de lo que habíamos imaginado. Todo se estaba volviendo más oscuro y peligroso de lo que habíamos pensado. No podía dejar de preguntarme quién podía ser capaz de tanto mal, y si podríamos enfrentarlo a tiempo para salvar a mi familia.
Me encontraba en un estado de angustia desgarradora mientras aguardaba en el sala de espera del hospital. Cada minuto se sentía como una eternidad y no podía dejar de reproducir en mi mente el momento del accidente una y otra vez. Sentía una ira arrolladora hacia aquel o aquellos responsables de este acto atroz.
Jack estaba a mi lado, tratando de mantenerme tranquilo mientras esperábamos noticias. La incertidumbre se apoderaba de mí y me sentía impotente ante la situación. ¿Cómo pudimos llegar a esto? ¿Cómo sería capaz alguien de hacerle esto a Maritza? Estas preguntas retumbaban en mi cabeza, pero no encontraba respuestas.
Finalmente, un médico se acercó hacia nosotros con una expresión sombría en su rostro. Mi corazón latía tan fuerte que pensé que iba a estallar en cualquier momento.
—Lo siento mucho —dijo el médico—. Maritza ha sufrido graves heridas y su estado es crítico. Estamos haciendo todo lo posible para estabilizarla, pero necesitamos tiempo para evaluar la extensión de sus lesiones.
Mis piernas se sintieron débiles y temblorosas. Me agarré a Jack para evitar desplomarme en el suelo. El dolor y la desesperación me golpearon con tanta fuerza que me costaba respirar. No podía permitirme perderla. No podía permitir que mi familia fuera destrozada de esta manera.
Pasaron horas interminables de espera y desesperación antes de que finalmente pudieran llevarme a ver a Maritza. El olor a desinfectante y el sonido de las máquinas médicas llenaban la habitación mientras me acerqué a su lado. Su cuerpo estaba cubierto de vendajes y tubos, y su rostro estaba pálido y lleno de dolor.
—Maritza, mi amor —susurré con voz entrecortada—. Por favor, lucha. No puedo imaginar mi vida sin ti. Eres mi ancla, mi razón de ser. Necesito que vuelvas a mí.
Me aferré a su mano con fuerza, sintiendo su pulso débil bajo mis dedos. Cerré los ojos y comencé a rezar en silencio, esperando un milagro. Prometí hacer cualquier cosa para protegerla y asegurarme de que estuviera a salvo.
Para cuando Salí de la habitación mi abuelo me esperaba en la sala de esperas, al verme vino a mí, con cara de preocupado.
—Maximiliano ¿Qué ha pasado? ¿Qué es todo esto? —pregunto serio, sabía que mi abuelo se había ofrecido a ayudarme, y lo rechace
—Abuelo—exclame, mientras lloraba en su hombro—se me esta muriendo, mi hijo desparecido, no quiero vivir más.
—Silencio, muchacho te dije que te ayudaría, eres un testarudo, encontrare a mi nieto y traeré los mejores médicos, nunca te he defraudado, no lo hare ahora, aprovéchame mientras siga respirando
Mi abuelo me abrazó fuertemente, sus palabras me dieron un poco de esperanza en medio de la desesperación que sentía. Aunque seguía llorando, sentí un poco de alivio al saber que no estaba solo en esta situación tan difícil.
Después de unos minutos, pude calmarme lo suficiente como para explicarle a mi abuelo lo que había sucedido. Le conté sobre lo que habíamos descubierto sobre la extraña desaparición de mi hijo y cómo me sentía impotente al no tener ninguna pista para encontrarlo. La angustia, la incertidumbre y el dolor me estaban consumiendo, y temía que no pudiera soportarlo por mucho más tiempo.
Mi abuelo escuchó atentamente mientras me acariciaba el cabello con ternura. Con su mirada llena de determinación, me prometió que haría todo lo que estuviera a su alcance para encontrar a su nieto. No importaba cuánto tiempo le llevara ni cuántos obstáculos se encontrara en el camino, él no iba a descansar hasta que mi hijo estuviera a salvo.
Su determinación me dio fuerzas. A pesar de todo el dolor y la tristeza que sentía, sabía que no podía rendirme. Tenía que seguir adelante por mi hijo, por mi familia. Mi abuelo me recordó que la vida era una lucha constante, llena de altibajos, pero que siempre había una luz al final del túnel.
Los días pasaron lentamente y la lucha de Maritza por su vida parecía interminable, igual que la nuestra por recuperar a Nicolás. Los médicos seguían haciendo todo lo posible para estabilizarla, pero el proceso era doloroso y lleno de incertidumbre. Jack continuaba investigando en busca de pistas sobre quién podía estar detrás de este terrible suceso.
Una tarde, mientras me encontraba sentado junto a la cama de Maritza, sumido en pensamientos oscuros, algo llamó mi atención. Un resplandor en el suelo debajo de la cama. Me incliné para ver qué era y encontré un objeto metálico. Lo recogí y me di cuenta de que era un pendiente. Un pendiente idéntico al que Maritza solía llevar puesto.
El corazón comenzó a latir con fuerza en mi pecho mientras la conexión se hizo evidente. Alguien había estado en esta habitación, alguien que conocía a Maritza lo suficiente como para reconocer su joya característica. La rabia y la determinación se apoderaron de mí. No importaba quién o qué se interpusiera en mi camino, iba a encontrar al culpable y hacerle pagar por lo que había hecho.
Comencé a investigar por mí mismo, revisando meticulosamente cada detalle del accidente, cada pista que Jack y yo habíamos encontrado hasta el momento. Me sumergí en un mundo peligroso y clandestino, siguiendo pistas y enfrentándome a personas sombrías.
A medida que profundizaba cada vez más, descubrí una red de corrupción y traición que me dejó boquiabierto. Personas que pensé que eran leales a mí estaban involucradas en un juego en el que el dinero y el poder eran las únicas reglas.
Con cada paso que daba, me acercaba más a la verdad. Pero también me enfrentaba a mayores peligros. Amenazas anónimas, encuentros clandestinos en callejones oscuros y una sensación constante de ser observado se convirtieron en mi nueva normalidad.
Sin embargo, no me detuve. No podía permitir que el miedo me venciera. Cada día, mi amor y mi deseo de proteger a Maritza me impulsaban a seguir adelante. Cada pequeña victoria en mi búsqueda me daba más fuerzas para enfrentar mis miedos y luchar por la justicia.
Mientras tanto, en el hospital, Maritza luchaba valientemente por su vida. Aunque seguía en un estado crítico, su fuerza y determinación nunca flaquearon. Su amor p*r n**str* familia y su deseo de estar con nosotros se reflejaban en cada latido de su corazón.
Finalmente, llegó el día en que logré juntar todas las piezas del rompecabezas. Revelé la horrible verdad detrás del accidente de Maritza y descubrí quién había estado detrás de todo. Era alguien a quien nunca hubiera imaginado, alguien cercano a nosotros, alguien que traicionó nuestra confianza de la manera más vil, alguien que estuvo siempre en mi vida, dándome lo mejor, comía y dormía en mi casa, no entendía cuál era la razón para hacerme todo esto.
Quise enfrentar a esa persona y acabar todo de una vez pero Jack prefirió ser astuto y más aun con la evidencia en mano, fui directamente a la policía, dispuesto a poner fin a esta pesadilla de una vez por todas. Sabía que aún había un largo camino por delante, pero estaba decidido a enfrentar la verdad y asegurarme de que esta persona pagara por sus acciones.
La batalla no había terminado, pero me sentía más fuerte y más decidido que nunca. Con cada paso que daba en busca de justicia, tenía la esperanza de que todo se resolviera y pudiera reunir a mi familia nuevamente. No descansaría hasta que mi hijo estuviera a salvo y Maritza se recuperara por completo.
La oscuridad y el peligro seguían acechando en cada rincón, pero mi determinación nunca vacilaba. La vida nos puso a prueba de una manera inimaginable, pero estábamos dispuestos a luchar p*r n**str* felicidad y por poner fin a esta pesadilla de una vez por todas.
Chapter 2
Mi cabeza dolía muchísimo; me sentía un poco mareada. Mi pecho ardía horrible. A veces siento que me falta el aire, pero no sabía dónde estaba. Camino por un sendero luminoso lleno de hermosos girasoles, camino y camino y no se acaba la carretera, no llego a ningún lado. ¿Qué me había ocurrido? Los recuerdos llegan a mi mente. Amílcar había acabado con mi vida, ¿pero qué había pasado con Max? ¿Qué pasó con mi hijo? Llevo un hermoso vestido blanco largo y una especie de corona hecha de girasoles, ¿quién me había vestido? ¿Por qué la corona? Decido no seguir caminando, me siento en el suelo. Unas gotas comienzan a caer. ¡PERFECTO! Ahora sí estaba completa.
No me queda de otra, así que dejo que el agua caiga por mi cuerpo. Siento cada gota correr por mi cuerpo, lavando mi piel y, sobre todo, mi alma.
Esta lluvia era como una especie de lluvia reparadora. Me acurruco en el suelo. Estoy muy triste. No sé qué sentir ni qué pensar. Extraño mucho a mi querido hij