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Cicatrices y amargura 2: Roces

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Annotation

Roces Sinopsis. Para Lucyan, demostrar sus emociones sinceras nunca fue un código abierto que él entendiera. Sepultarlas bajo candado fue su única alternativa para mantenerlas controladas, lo que consistió en que olvidara cómo expresarlas de modo genuino con sus propias palabras para demostrar lo que sentía. Para poder demostrarle a Sophie el significado de lo que ella vale para él, necesitará aprenderlo nuevamente…, o en su defecto recurrir a otra forma de expresarlo, mientras lidia con los desazones amargos de su pasado y ambos atraviesan por altibajos continuos, conforme van apareciendo nuevas capas por descubrir acerca de su impredecible personalidad tan tempestuosa. Las asperezas con su familia, la rivalidad contra Sebas y el temor de perder a Sophie, harán de su calma un campo minado, tambaleando la estabilidad entre ellos, lo que podría dar paso a una resolución que los distancie, cuando Sophie reciba una oportunidad única, que pueda ocasionar brechas y abrir un abismo muy grande entre los dos. Tendrán que afrontar asperezas con su familia y una caótica rivalidad contra pretendientes que buscan robarle el cariño de ella, en un triángulo de dudas y los posibles desacuerdos que puedan generar roces ásperos entre Lucyan y su familia, abriendo cada vez más la distancia entre ambos mundos, conjunto a sus arrebatos con Sophie y una posible disputa contra la ilustre casa Novak.

Chapter 1

Prólogo El sonido de cada disparo precedía al de cada lata siendo agujerada y caer derribada tras que el impacto las lanzara un par de zancadas cuando la bala las perforaba. Doce disparos seguidos, haciendo pausa solo para volver a cargar y disparar de nuevo, a cada una la derribó con un solo tiro. Lucyan, quien para ese entonces tenía nueve años, observaba sentado desde la cerca de madera en el borde de la hacienda, cómo su abuelo apuntaba y disparaba sin fallar una sola, a casi cien metros de distancia de ellos con un rifle sin mira. Ese fin de semana como muchos otros lo había pasado allí con él mientras sus padres estaban de visita por la temporada, lo cual le permitía pasar los días libres en la hacienda. Theodore Novak tenía un matiz descolorido de cabellos, en intervalos de algunas canas y mechones de color casi grisáceo. Los ojos de su abuelo eran iguales a los de él, solo que el punto de tono cobrizo era más claro en los de su abuelo. Él podría haber representado lo que debía haberse interpretado como un héroe para su nieto. Era una persona apacible y gentil, muy apreciado en la comunidad. —Ahora te toca —comentó al erguirse de donde estaba apoyando los codos, a un lado de Lucyan en la cerca mientras dejaba el rifle a un costado y tomaba otro de menor tamaño y calibre—, éste es más apropiado para tí, prepararé el blanco para que intentes hacerlo. ¿Crees manejarlo? —De acuerdo —contestó con una voz rasposa y apagada, mientras observaba el rifle y lo sujetaba. Miró con algo de intriga hacia la lejana cerca donde estaban las latas y no creyó que pueda lograr hacerlo. Su abuelo entendió su mirada de duda cuando lo notó observando hacia la cerca. —Descuida no será tan lejos, intentarás de más cerca. No cuento con que logres eso al primer intento, harás algo un poco más sencillo. —Su abuelo escogió un tronco caído que estaba a solo quince metros de ellos y pisó con su talón para señalarle—. Pondremos aquí el blanco…, y a lo que le vas a dar es… Lucyan miró a su abuelo pensar un poco mientras buscaba qué podía usar. Él mientras tanto se detuvo a observar el rifle que tenía en sus manos, era la primera vez que dispararía uno, había visto a su abuelo hacerlo docenas de veces, pero Lucyan estaba lejos de ser como él. «Nunca he disparado...» pensó con distracción al ver hacia el tronco donde su abuelo dijo que pondría su blanco. —Usaremos éstas —habló su abuelo llamando su atención hacia él, al voltear se dio cuenta que traía algunas rosas recién cortadas en la mano, *p*n*s estaban floreciendo. Por reacción inmediata, Lucyan puso expresión de alarma, abriendo un poco amplios los ojos antes de comentarle. —Pero esas son… —intentó decir, pero su abuelo se mostraba nervioso y solo le señaló que no fuera a mencionar el hecho, se apuntó el dedo indice frente a su quijada, haciendo un gesto de que no lo diga, cuando lo hizo se detuvo a ver hacia los lados y detrás antes de seguir caminando. —Les dispararás a una de estas y veremos qué tal. —Lucyan asintió y luego de que su abuelo pusiera las rosas en las latas huecas, y las dejara sobre el tronco, regresó para enseñarle cómo debía hacerlo—. Te lo mostraré una vez más, observa. Lucyan observó a su abuelo levantar su rifle y apuntar, con un pequeño respiro se quedó inmóvil y disparó, la bala rasgó los pétalos de la rosa y solo una pequeña parte quedó unida al tallo, lo demás había sido convertido en trozos. Con la segunda fue lo mismo, y de la tercera solo quedó la mitad abierta en el centro. »Ahora intenta hacerlo tú. —Su abuelo le explicó cómo debía apuntar y sujetar el rifle mientras Lucyan prestaba atención a sus consejos, miraba hacia el tallo de la rosa que le había disparado antes. Sobraba decir que el primer disparo no logró darle, la bala pasó de largo a un costado del tronco, pero ante la recomendación de su abuelo, volvió a disparar una vez más y hacer un nuevo intento. Theodore se acercó para ver de más cerca y al poco rato regresó con los tallos de las rosas y a la que le había apuntado Lucyan. —Nada mal para la primera vez que disparas —comentó enseñando el ligero roce que la bala le hizo a los pétalos de la rosa por un costado. *p*n*s si se veía, pero al menos era algo. Lucyan volvió a sentarse en la cerca mientras sostenía la rosa en sus manos y su abuelo guardaba el rifle, y además estaba por tirar al cesto de basura los tallos que habían quedado de las otras. —No se lo digas a Gretel, se enojará mucho conmigo si lo descubre… —puntuó observando los trozos de las rosas en sus manos. Lucyan asintió en silencio antes de seguir mirando la rosa que sostenía, pero al volver a mirar hacia el frente su expresión cambió y se veía tenso, sin decir nada, volteó a un costado para evitar dirigir sus ojos hacia quien estaba ante ellos. Su abuelo pudo notar que se había puesto extraño sin razón aparente y casi se quedó rígido también, anticipando la respuesta. »Ella está… —murmuró encogiéndose un poco y bajando ligeramente la cabeza antes de voltear y ver allí a la madrina de Lucyan, ante ellos dos, estaba cruzada de brazos mientras alzaba una ceja, Theodore sonrió un poco inquieto al verla haciendo la mueca de reproche que le mostraba. Gretel Grigore aún conservaba algunos mechones de color escaso en esas fechas, su larga melena ya estaba casi gris en su totalidad excepto por esas furtivas franjas de tono más oscuro. Miró hacia las rosas en mano de el abuelo de Lucyan haciendo que él se pusiera nervioso cuando devolvió su mirada hacia él y golpeteaba la punta del pie en el suelo. —¿Me creerías que Lucyan pudo rozar una? —murmuró desviando el tema, pero de nada le sirvió, esa mirada de enojo la conocía a la perfección. Ella se dejó las manos en la cadera antes de alzar el brazo y apuntar hacia la casa poco después sin decir nada. Los miró a ambos del mismo modo, dando a entender que era para los dos esa mueca. Se giró para irse caminando mientras Theodore Novak dejaba ir un suspiro y sonreía resignado antes de encogerse de hombros y señalarle a Lucyan que fueran. —No le vuelvas a enseñar a robar mis rosas, utiliza otro blanco cuando le enseñes a disparar —comentaba Gretel minutos después mientras estaban en el jardín y Theodore plantaba nuevos arbustos rosales para compensar por las rosas que había cortado, era el castigo que ella les había puesto. Lucyan llegó poco después con la ropa que su madrina le había hecho poner, un pantalón de jardinería con tirantes color marrón claro y una camisa de botones roja a cuadros, además de un sombrero para el sol igual que el que su abuelo tenía puesto. Poco después de haber terminado con eso, Gretel había regresado y traía una jarra con jugo de naranja para ellos mientras les permitía una pausa a lo que el abuelo de Lucyan aprovechó para que conversaran y tratar de que ella bajara las tensiones de su enfado. Ella solo respiró y miró hacia Theodore, entornando un poco el semblante hacia él. —Ya, pero no uses nada del jardín como blanco. —El abuelo de Lucyan hizo una ligera mueca de sonrisa incómoda. —De acuerdo, de acuerdo, eso fue mi culpa. —Miró hacia Lucyan de reojo con una curvatura leve en la comisura de los labios—. Pero no estuvo mal ese intento. *** Años más tarde… —Algún día vas a maravillar a muchas personas con tu talento. —Theodore observaba a su nieto de doce años ahora mientras estaba practicando en el piano en el salón de la casa, el primer verano que comenzaría a pasarlo allí desde que sus padres decidieron que le permitían quedarse allí más tiempo. Lucyan estaba abstraído por completo en la melodía que estaba interpretando y tras unos minutos su abuelo decidió dejarlo a solas para que continuara. Al avanzar por el pasillo, se detuvo unos instantes para toser un poco y respirar luego de hacerlo, antes de inhalar y volver a estar calmado. *** Ahora con poco más de dieciséis años, Lucyan estaba de pie en la habitación principal, con la ropa empapada y el gesto truncado en una expresión lóbrega y distante, observando cómo cubrían a su abuelo con una sábana blanca, encima de la cama en la que acababa de fallecer momentos antes. En la habitación también estaban algunas criadas de la casa y cerca de él estaba su madrina observando en silencio, su abuelo había cerrado por última vez sus ojos antes de que Lucyan pudiera llegar, para cuando finalmente logró hacerlo ya era muy tarde. No decía nada, solo estaba estático y en silencio sintiendo culpa, no importó cuanto corrió para llegar, había llegado tarde y su abuelo había dejado esa vida antes de que él pudiera estar allí. Para cuando realizaban el funeral la tarde siguiente, Lucyan estuvo observando la fotografía de su abuelo sobre el ataúd, desde el día anterior había estado mudo, no salieron palabras de su boca en ese momento, solo era uno más en silencio. Después de que dieran la despedida en el cementerio y viera descender el ataúd, se quedó por más tiempo hasta que ya solo estaban unos pocos allí, se dio la vuelta y emprendió su camino en silencio, alejándose sin mirar atrás. Los pocos presentes que aún estaban no le dijeron nada para detenerlo y solo lo dejaron marchar sin interrumpirlo. Horas más tarde. En la misma pradera donde su abuelo le había enseñado a disparar, había ido a sentarse sobre una roca que estaba al costado de un cedro, la lluvia lo estaba empapando y los mechones de cabello mojado le cubrían la frente. Miraba hacia la distante nada, sujetando sus brazos con sus manos, poco a poco fue haciendo presión en sus dedos al sentir cómo emergía silenciosamente un agudo dolor desde su pecho y se afianzaba un nudo en su garganta. Observó las gotas cayendo a la pradera antes de cerrar sus ojos para evitar una lágrima y apretar su mandíbula con fuerza. Ahogó un murmullo y reprimió su rabia en ese momento, se culpaba por no haber llegado a tiempo y hacía más y más presión en sus dientes tensando la mandíbula, aferrándose con fuerza a sus brazos, bajó la cabeza y la apoyó sobre sus rodillas, dejando que sus brazos lo rodearan. No llegó a darse cuenta de la presencia de una persona que estaba observándolo silenciosamente, bajo la lluvia había otra persona, una misteriosa espectadora con su vestido empapado, viendo desde detrás de un árbol cómo él estaba quieto sobre la roca, en tanto ella solo se limitaba a ver por entre los mechones de su largo cabello oscuro, mojado por las gotas. Al paso de unos días, Lucyan volvió a ir frente a la tumba de su abuelo, se quedó allí solo por largas horas, dejando ir el tiempo en silencio, acompañado por su soledad únicamente. Sus ojos mostraban cansancio y se podía notar ojeras debajo de ellos, a partir de ese momento su mirada se había vuelto más fría. Era como si algo imprescindible se hubiera roto dentro de él y solo quedara la amargura con la cual había estado viviendo desde siempre. El sonido de pasos justo detrás suyo, fue seguido por una persona que llegaba hasta él y le envolvía con delicadeza los brazos desde su espalda, para dejarlos aferrados a su pecho mientras apoyaba la frente entre sus omóplatos. Layla estaba parada detrás de él, mantenía la mirada agachada mientras presionaba su frente en la espalda de Lucyan y solo estaba allí en silencio, aferrando sus manos a él, sintiendo cómo estaba todavía inmóvil, observando la lápida frente a ellos.

Chapter 2

Capítulo 1 Sábado, 21 de Noviembre. Los padres de Layla, vestían elegantemente, algo que ya Sophie se esperaba de personas de su clase social. Debía admitir que eran tan formales como le había dicho ella, en cuanto los vieron al entrar se mostraron muy ansiosos por recibirlos así como también por conocerla luego de saludar a Lucyan y a Lily. Se sentía incómodamente abrumada por el despliegue de formalidad y sus modales para todo desde que los habían recibido minutos atrás e incluyendo cada detalle. Habían estado platicando un poco con Lucyan, acerca de su tiempo viviendo en un lugar distante, también por preguntarle a su hija cómo le fue en los días que estuvo por los alrededores. Eran personas bastante mesuradas según ella, habían tratado de actuar con la más precavida de las delicadezas en lo posible al comentar su pésame hacia Lucyan y trataron de no hacer hincapié al comentarlo con ella tampoco. Durante al menos quince minutos estuvieron en pláticas

Heroes

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