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THE BRATVA

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Annotation

Luka Petrov, Markov Korsakov y Vladímir Boryenka son los hijos de los tres cabezas más importantes en el negocio de La Bratva. Uno de ellos deberá tomar puesto de Opekun (heredero al puesto de Pakhan :líder) ¿Qué sucede cuando Luka conoce a Connor? el muchacho que le enseña lo que realmente quiere y por el que comienza a enamorarse, a medida que las vidas de Luka y Connor se van entrelazando de maneras inimaginables también lo harán las de Markov y Akilah (el mejor amigo de Connor) Descubre qué otras parejas se formarán a lo largo de la novela y quién heredará terrible obligación de ser el Pakhan.

Capítulo 1

El dolor le era insoportable, despertó en la mañana con el pijama pegado al cuerpo. Estas heridas tardarían mucho más que las anteriores en sanar. Intentó quitarse la playera lo más lento y suave posible, pero podía sentir todo un cosquilleo en la espalda con cada tirón para retirarla, decidió que tomar una ducha sería más rápido y menos doloroso para eliminar la sangre de las marcas que Viktor le propinó la noche anterior. Envolvió una toalla a la cintura y salió al pasillo nuevamente a su habitación, al llegar pateo una de las cajas vacías de la mudanza.

-El lugar es un m*ld*t* desorden. - Pensó en voz alta mientras tomaba ropa en la valija y se vestía unos jeans oscuros, una remera básica negra algo suelta y comenzaba a guardar toda la ropa en el armario que estaba enfrentado a la cama, para su suerte era muy espacioso y por eso le gustaba, al elegir habitación ya estaba allí cuando se mudaron ya hace unos días, luego de acomodar rápidamente su equipaje en este bajó las escaleras a la sala principal para dirigirse a la cocina donde Viktor le esperaba con el desayuno preparado.

-Buenos días. - Se anunció entrando, al parecer su padre se había despertado con todos los ánimos esta mañana ya que, estaba sonriente escuchando la radio. Se levantó de su silla, para tomar una taza de la lacena y servirle café en lo que se le acercaba conservando esa sonrisa en su cara.

-Buenos días. - volvió a sentarse para seguir la conversación mientras Luka tomaba sorbos cortos del café. - Cuando salgas del instituto quiero que pases por el gimnasio ese del que te hable ¿recuerdas? -Asintió con un movimiento de cabeza acompañado de un ajá. -Bueno ya he hablado con el dueño tu solo pásate para que te de los horarios y todo eso.

Volvió a asentir poniéndose de pie. Era momento de partir a su nuevo instituto y era verdad que no tenía ni la más mínima gana de salir de casa, y ya decir menos tener que pararse delante de la clase.

-Mejor empezar para terminar antes ¿no?

Tomó sus libros, las llaves de la casa y la cazadora que estaba en el espaldar de la silla, una vez listo miró a Viktor que aún no se levantaba de su lugar, este solo le sonrió y tiró un juego de llaves que Luka atrapó exitosamente en el aire.

- ¿y esto? - No pudo evitar preguntar esbozando una sonrisa.

-Pues... ya no necesitaré el auto. - Respondió con cierta seriedad en su rostro, le agradeció encantado pues Luka amaba el auto de su padre y estaba seguro que este lo sabía.

-Ya me voy llegaré tarde. - Salió caminando a lo que ahora sería su auto, pero al verlo aparcado en la entrada y encontrándose el garaje abierto tuvo que mirar dentro de este para calmar la curiosidad y confirmar la sospecha. Allí se encontraba un Bugatti veyron, …ah… pensó ahora entiendo porque me estaba entregando su (mi) Mercedes Benz deportivo, pero claro, tiene esa joya y me da la lata a mí, bueno es una hermosa lata. Subió al auto y se encamino a lo que sería mi nueva tortura.

Al llegar, un edificio de unos tres pisos se levantaba en el centro del gran campo a pocos metros al este se podía ver otra estructura más pequeña. Diviso el aparcamiento para estudiantes y maestros, estacionó el auto y antes de bajar inhaló todo el aire que podía en sus pulmones. Bajaras como quien no quiere la cosa y evita contacto visual pensó por dentro. Un detalle a recalcar sobre Luka es que nunca había asistido a un colegio anteriormente, esta era la primera vez, y se encontraba inquieto por diversas cuestiones y la primera era tener que lidiar con algún adolescente hormonal en busca de pelea.

Bajó del auto y comenzó a caminar en dirección al instituto. Podía sentir algunas miradas de curiosidad, otras de indiferencia, pero no apartó la vista de la entrada. Caminaba por los pasillos hasta encontrar una puerta que anunciaba ser la secretaria. Una mujer pelirroja, tecleaba en la computadora, su cara de frustración indicaba que no era el mejor de sus días.

-Buenos días. – Saludó y antes de que pudiera contestarle siguió. - Soy nuevo en el instituto ¿podría decirme mis horarios? - Y sin que se lo esperara fue dibujando una sonrisa en sus labios, colocando sus codos sobre el escritorio entrelazando los dedos al mismo tiempo que los colocaba debajo de su mentón. Parecía ser todo un encanto dejando atrás a la mujer malhumorada.

-Si cariño, pero antes debes: dirigirte al despacho del director, él te hará unas preguntas, rellenarás unas hojas de datos, te dirá cuál es tu salón de clases Y en que piso. - Se detuvo para hacer una pausa. - Luego vuelve aquí buscaré los horarios de esa clase y listo. - Dijo como si todo lo que acabara de enumerar que hiciera fuera una Azaña sencilla. El sonido del toque de queda sonó despertándolo he indicado a los alumnos el comienzo de un lunes y una semana larga. Si definitivamente no pasaría con la velocidad que me gustaría.

-Eh está bien. – Salió de la secretaria y a unos pocos pasos se encontraba el despacho. Golpeó la puerta y un ¡PASEE! Se escuchó del otro lado permitiéndole entrar. Allí se encontraba un hombre de traje azul marino con su cabello azabache bien peinado hacia un costado con la línea del lado izquierdo, sin apartar la vista de los papeles que leía y firmaba, estiró el brazo cosa que Luka entendió como petición de que tomase asiento. Obedeció a su pedido y el silencio no permitía que el tiempo pasara como es debido. En lo que pareció una hora por fin soltó su bolígrafo y comenzó a prestarle atención.

-Bueno ¿Qué te aqueja? -soltó esbozando una sonrisa.

-Pues... en secretaría me han dicho que me dirigiera aquí...

-Ah tú debes ser Luka ¿verdad? - Dijo interrumpiendo el discurso que el pobre había estado pensando durante todo el silencio anterior.

-sí, Petrov. Luka Petrov.

-Bien Luka necesito que rellenes estas dos hojas con los datos que pide, solo para que nosotros sepamos a quien debemos dirigirnos si surge algún problema en horarios de clases. – El director le alcanzó las hojas indicando con el bolígrafo el lugar a firmar.

Una vez hubo terminado comenzó a preguntar sobre cosas irrelevante que a Luka comenzaba a molestar.

-…y dime Luka ¿Dónde vivías anteriormente? -

-En Volgogrado. - su cara de extrañeza le dio a entender que debía especificar. - Rusia

-Oh claro y ¿vives con tus padres? - Luka Entendió que estas preguntas no eran de curiosidad, sino que necesitaba conocer la situación de cada alumno, aunque sea un poco.

-No, solo con mi padre, mi madre falleció. – contestó sin inmutarse por la respuesta y aunque quisiera no podría, tenía ese "perfecto" desperfecto que a su padre tanto le encantaba, Luka era alguien un tanto tosco y cerrado. Al ver su cara de indiferencia sobre el tema prosiguió.

- ¿Hermanos?

-Sí, Emma. Es un año más chica que yo. - informo, aunque esta vez no pudo ocultar una mueca de disgusto por su pregunta.

- ¿Y ella no iniciará en el instituto? - Preguntó preocupado.

-No ella...no vive con mi padre y conmigo, está viviendo en casa de mis abuelos.

Una llamada interrumpió la nueva pregunta que el director estaba a punto de formular. Colgó el teléfono.

- Vuelvo en un minuto. - Dijo parándose y dejándole solo en la habitación, o eso pensó Luka hasta que alguien salió del armario que se encontraba en una esquina del despacho con una sonrisa victoriosa. Se limito a mirarlo intentando disimular la sonrisa de su rostro ¿quién carajos se esconde en un armario en el despacho del director?

Luka volvió a mirar a frente al notar que este muchacho se dirigía al escritorio y comenzaba a saquear los cajones buscando algo.

- ¡Aquí estás! - Exclamó sacando un cuaderno de los cajones del escritorio del director, acomodó sus rubios cabellos que caían incomodándole. Guardó el cuaderno en su mochila y dirigió su mirada por primera vez a Luka. Este tenía todo lo de un estereotipo, buen físico, una sonrisa perfectamente carismática, y unos ojos azules muy atrayentes. Sí, de seguro el imbécil tiene a media escuela atrás Pensó Luka al tiempo que decidía que el muchacho emanaba egocentrismo.

- ¿Qué miras? -soltó ya con odio al descifrar el tipo de persona que según él era.

Negó varias veces y salió de detrás del escritorio encaminando a la puerta, salió sin que lo pillaran. Unos minutos más tarde el director volvió al despacho con unos papeles.

-Bien aquí tienes tus horarios te ahorré el viaje así ya no tardas más, ya han pasado 30 minutos desde que comenzaron las clases. – El director trato de guiarlo mientras salían del despacho y Luka tomaba los papeles que le extendía.

-Piso 2, salón de biología. Es tu primera clase según los papeles. -Dijo- Pero te acompañaré, necesito hablar con el profesor. -El director Walker tenía cierta amabilidad en el tono de voz que usaba que resultaba... tranquilizador para Luka.

Se encontraban golpeando la puerta cuando el profesor que se hacía llamar Will le dio paso a la clase y ahí estaban de nuevo todas esas miradas que le eran verdaderamente molestas.

El director se retiró y Will tomó lugar detrás de su escritorio.

-Bueno preséntese a la clase. - Genial, solo pensó. Genial. (Nótese el sarcasmo).

-Bueno soy Luka Petrov y tengo 18 años. - El silencio reino y se volvió algo incómodo estar allí parado.

- ¿Listo? - Preguntó burlón el profesor.

- ¿Que más quiere saber? -Inmediatamente se mordió la lengua por haber dicho eso.

-Bueno ¿Qué tal si respondemos las dudas de la clase? - Repito. M**rd* ¿Por qué pregunté eso?

Acto seguido unas que otras manos se levantaron en el salón y el profesor les dio permiso para realizar las preguntas.

Una chica muy linda de una cabellera rubia y una dentadura perfecta que se podía notar por la sonrisa que portaba. Bajó el brazo y preguntó.

- ¿Tienes novia?

Solo se limitó a mirar al profesor que ya tenía la mirada en aquella muchacha por la pregunta tan estúpida que pudo realizar. Antes de que el profesor pudiera hablar, Luka lo miro directamente a los ojos con un deje amenazante que ordenaba que mantuviera su boca cerrada.

- ¿Ya puedo sentarme? - Soltó ignorando completamente la pregunta de la rubia.

-Si tome asiento Sr. Luka. – Agradeció en silencio, pues no estaba seguro de aguantar otra pregunta estúpida.

Tomó el único lugar disponible en el último banco de la segunda fila... la clase se retomó al tiempo que aquel prófugo de la dirección del director se adentró a la clase ignorando al profesor, quien al no poder conseguir la atención del alumno decidió dejarlo pasar y seguir la explicación en la pizarra. Luka intentaba ubicarse en el tema que explicaba el profesor, pero, un ruido constante y sin cese lo obligo a voltear a su derecha.

-Pss, Pss. ey - Era el chico que había visto en la dirección cuyo nombre no sabía y poco le interesaba, cuando notó que obtuvo su atención extendió su mano.

-Hola soy Connor. - Estrechó por cortesía y volvió la vista a la pizarra. Bueno el arte de socializar nuestro Luka no lo domina.

La clase terminó y todos salieron del salón como alma que lleva el diablo, morían de hambre. Cuando Luka llego al comedor del instituto se sorprendió de lo extenso que era, compró lo que iba a almorzar y tomó asiento en una de las mesas desocupadas.

Estaba un poco más tranquilo que hace unas horas por la mañana, pero esa tranquilidad se vio interrumpida cuando una bandeja de pasta callo cerca de su mesa, levantó la vista y pudo ver a dos idiotas repartiéndose puñetazos, uno de los tíos estaba sobre el otro inmovilizando su cuerpo al mismo tiempo que le propinaba golpe tras golpe sin una pisca de remordimiento, cuando lograron separarlos, un profesor tomo al idiota número dos (el que recibía la golpiza) y en un vago intento de detener la sangre que brotaba de su nariz volcó la cabeza de este hacia atrás y lo arrastró fuera del comedor, Connor parecía haber recobrado la cordura y ahora sólo trataba de limpiar la sangre del muchacho de sus nudillos, en ese momento entro el director Walker.

-Sr. Lewis a mi despacho ¡ahora!

Bueno, pequeño show el que montaron. La campana sonó dando fin al descanso, tomó sus cosas y comenzó a caminar mientras revisaba los horarios de las próximas clases cuando una persona corriéndose lo llevo por delante.

-Lo siento, lo siento. - Dijo la chica arrodillada en el suelo juntando unas hojas que se habían caído, Luka intento ayudarla mientras se sobaba la cabeza.

-No te preocupes, no ha sido nada. - En realidad sí que le dolía, pero obviamente no había sido intencional.

-Gracias. – Se puso de pie mientras tomaba las hojas que Luka le extendía.

-Soy Abby. - Dijo acomodando un mechón de su cabello castaño detrás de su oreja.

-Luka. – contestó.

-El chico nuevo, si ya escuché de ti, bueno nos vemos luego. - saludó y se marchó por el pasillo.

¿Se supone que ahora seré el tema de la escuela? Y ¿Qué se supone que escuchó exactamente? Siguió mirando a la muchacha un tanto extrañado, pero ahora la cuestión era encontrar la cancha de beisbol por lo que salió del edificio y tras muchas indicaciones se dirigió a la parte trasera donde divisó en medio de la cancha un hombre de unos 40 años y por lo que acercó a él.

-Llegas tarde. – Aquel profesor tomó su carpeta -Eres Luka ¿verdad? - Preguntó apuntándole con su bolígrafo.

-Si señor.

-Por favor llámame Bill, todos lo hacen. Ten, son las llaves de tu casillero. - extendió su mano para que la tomara- Y no vuelvas a llegar tarde, esta vez pasara pero que no se repita. -

Dentro de los vestidores sus compañeros ya se encontraban vistiendo el uniforme, buscó su casillero y dentro de este se encontraba el uniforme unas mayas blancas y una camiseta verde con el número doce. Los demás ya habían salido a la cancha, asique no tuvo problemas para desvestirse, dadas sus recientes heridas no quería que ajenos lo miraran, además si ya hablaban de él en el instituto no quería imaginar lo que dirían de verlo en ese estado.

Cuando salía de los vestidores el partido de béisbol ya había comenzado. La clase dentro de todo estuvo bien para nuestro querido Luka, sus compañeros eran buenos jugadores. No es que Luka no fuera bueno en el deporte, pero lo suyo eran las peleas, boxeo, MMA. Desde los 16 lo practicaba.

-Bien terminó la práctica por hoy señoritas, los quiero en las duchas. - sonó el silbato del entrenador Bill dando fin a la clase. Mientras Luka respiraba agitado por el último tramo corrido notó a ese chico Connor hablando con el entrenador y juzgando las expresiones de sus rostros parecían discutir, decidió simplemente esquiva la escena y se adentró a los vestidores para tomar una ducha.

En los vestidores solo había diez duchas, por lo que todos estaban esperando a que se desocuparan. Tomó asiento en las bancas y esperó, cuando todos se hubiesen retirado se deshizo de su ropa y se adentró en las duchas. Estaba saliendo mientras secaba su cabello cuando escuchó un fuerte ruido en la parte delantera de los vestidores y luego apareció un Connor muy cabreado, murmuraba improperios y se lo notaba muy alterado, Luka decidió que no era problema suyo por lo que decidió ignorarlo lo miró con indiferencia y se dirigió a su casillero por su ropa.

-Wow… ¿estás bien? – De repente Connor se calmó y preguntó en un tono bastante preocupado.

- ¿Qué? - Antes de que pudiese preguntar a qué se refería, sintió el tacto en su espalda un dedo que se posó cerca de la herida y se deslizó hasta tocar sobre esta. Luka gimió de dolor y se giró rápidamente tomando la muñeca de Connor.

- ¿Qué crees que estás haciendo? -espetó desafiante. Él solo zafó su mano bruscamente y le devolvió la mirada. Caminó en silencio hasta su casillero y sacó su mochila, tomó asiento en el banco saco algodón y alcohol.

-Siéntate. No tengo para vendarte, pero por lo menos puedo limpiar la herida. – Connor miraba al frente, tal vez evitando los ojos de Luka, evitando recibir preguntas o una negativa de parte de este.

Luka se lo pensó al principio, pero bien sabia él que no podía hacerlo por sí mismo y el hospital no era opción. tomó asiento delante de él dándole la espalda sin chitar.

Connor comenzó y Luka solo trataba de despejar la mente para no concentrarse en su dolor. Primero podía sentir un cosquilleo por el algodón y el frío por el alcohol, pero al llegar a la herida pasó a ser un hormigueo intenso y a arder provocándole movimientos en defensa intentando salir de allí.

-Deja de quejarte, *p*n*s te he tocado. - Dijo al momento que volvió a presionar el algodón sobre la herida, mordió su labio para no gritarle todos los insultos en su mente, siguió por unos minutos que Luka sentía como horas.

-Terminé, nenaza. - Esto último lo murmuró mientras se dirigía al cesto para tirar el material usado.

-Mm gracias, supongo. - Dijo parándose para poder vestirse ya que hasta el momento solo traía la toalla amarrada a la cintura.

- Sí no hay problema ¿sabes? Suelo ir por la vida curando a completos extraños. -Bromeo.

- ¿Por eso llevas un botiquín personal? eso lo explica todo. - Dijo sarcástico tratando de seguir el juego.

- ¿Esto? -Dijo guardando la mochila nuevamente en el casillero. - Me lo ha dado Eva la enfermera del colegio, para mi mano. - Alzó la mano para mostrar el vendaje.

-Sí vaya gancho tienes. – Luka lo había visto pelear en el comedor hacia unas horas no le sorprendía, además el negocio familiar le ha dejado los nudillos en peor estado, sacudió la cabeza para alejar aquellos pensamientos, terminó de vestirse y salió rápido de los vestidores saludando *p*n*s con un movimiento de cabeza tras pasar por su lado dejando solo.

Mica-Fuera.

Capítulo 2

Las clases de Luka finalizaban después de practica por lo que se había marchado directamente a casa. fue un día asquerosamente largo. Pensó mientras bajaba del auto. La casa parecía estar vacía a excepción de las voces que provenían del despacho de su padre, subió las escaleras sin darle mucha importancia, dejó la mochila y bajó a la cocina, pero en ese momento salía del despacho Yekov seguido de Viktor.

-Yek cuanto tiempo. - Saludó abrazándolo. Yekov era un buen amigo de su padre y lo consideraba como su tío, era parte de la familia.

- Lo mismo digo muchacho, veo que un poco de aire natal te ha transformado, estás hecho todo un hombre. – Sonrió a gusto con el cumplido. Era verdad que se sentía cambiado tras su viaje a Rusia, más maduro, pero saber que también se le notaba físicamente le agrado. – Mira esos brazos y ¡¡qué alto estás!!

-Gracias. - Sonreía inconscientemente. -Bueno, ¿te quedarás a cenar? - Preguntó desviando la atención se su tío a otro tema.

Heroes

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