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Atracción Prohibida.

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Annotation

Desde que termine la universidad, tengo un mejor amigo con el que puedo contar para absolutamente todo. Tenemos bastante confianza y siempre vamos juntos a todos lados. Después de varios años, nuestra amistad sigue intacta, el es jefe de la empresa de su familia. Todo el mundo nos habla diciendo que seriamos la pareja perfecta, pero los dos sabemos que no sería así. Hasta que nos pusieron un reto.

Piloto.

En el día de hoy, la cafetería estaba vacía, solo unos pocos clientes estaban tomando su café matutino. Mi día a día a veces era muy aburrido. Soy abogada, al menos eso es lo que dice mi título universitario. Hice 4 años de carrera para terminar aquí, en una cafetería. El jefe del colegio de abogados donde hice las practicas, considero que me tomo el pelo, me dijo que me llamaría para trabajar porque le gustaba mi entusiasmo, pero adivinen a quien llamo. Por qué a mí no fue.

Lo positivo que me he llevado desde que termine mi carrera, fue el saber que ahora soy abogada por fin, y que me lleve un grupo increíble de amistades que espero que duren para toda la vida. Hay una o dos personas que *p*n*s soporto, pero lo que importa es que los demás ayudan a que sean más soportables. Algo típico de todos los grupos, no siempre es necesario llevarse bien con todo el mundo.

La cafetera estaba rota por décimo cuarta vez en esta semana, se me mancho el pelo de café, otra vez, a veces pienso para que ducharme antes de venir, si ya la cafetera se encarga de ducharme. Tengo toda la ropa manchada de café y lo único que puedo hacer es limpiarla un poco porque tampoco tengo autorización para salir en mi horario laboral, aunque sea para cambiarme de ropa. El delantal del uniforme hacía que las manchas se vieran menos. Así que no importa.

Mi móvil en el bolsillo no paraba de vibrar, sabía quién era, y por eso no respondía. Anoche había quedado con un chico monísimo, pero resulta que lo que tiene de mono, no lo tiene en saber echar un polvo. Fue una pérdida de tiempo total, ese hombre no estaba nada compensado. Saqué mi teléfono y decidí bloquearlo, no quise saber más nada, no paraba.

Lo más gracioso, es que antes de empezar, el muy creado me dice ''no te vayas a enganchar, yo no quiero nada serio''. Y resulta que esta mañana, el que tenía más ganas de tener algo serio era él. Si, yo quiero un novio, pero en ningún momento me replanteaba ni de coña, tener como novio a ese ser. La campanita que sonaba cada vez que se abría la puerta de la cafetería me saco de mis pensamientos de golpe. Un nuevo cliente entro y yo tenía que intentar mi cara de, que asco de vida tengo, a una cara que diga, hoy hace un espléndido día. Cuando miro, veo a un hombre alto, musculoso, moreno, pelo negro, con cara de malote, una barba bien arreglada, y un perfume que echaba para atrás pero que olía increíble. Vestido de esmoquin, cuidando cada detalle de su aspecto.

- ¿Que tal me ves? - Sonríe ampliamente.

Automáticamente cambie mi cara y me relaje al ver que no tenía que fingir que hoy era un día maravilloso. Ya que había la suficiente confianza para mostrarle cuando estaba teniendo un día de m**rd*.

-J*d*r Nat, que mal te veo. - Se me acerca con cara de preocupación.

Este hombre tan inmensamente maravilloso, es mi mejor amigo. Fue uno de los mejores regalos que yo me lleve después de terminar la carrera. La vez que nos conocimos, fue bastante gracioso, fue mi cita la vez que nos conocimos, ya que, mi amiga Amaia iba a quedar con un chico, y como ella no quería quedar sola, hicimos un 2 para 2. Ahí fue cuando conocí a Andrés. Aquel día que conocí a Andrés, nos caímos tan bien, teníamos tantas cosas en común, que no sé cómo se nos olvidó que podíamos tener una mínima posibilidad de ser la pareja perfecta, porque literalmente, somos el uno para el otro. Pero no sé qué paso, que al final, nos quedamos como mejores amigos, y que bien estamos así. Tenemos demasiada confianza, a veces para los demás, parece que somos pareja, pero no, nuestra amistad es mucho mejor que una relación amorosa.

En el día de hoy, el comenzaba como nuevo CEO de la empresa de su familia. Su padre seguiría siendo un alto cargo de la empresa, durante unos años hasta que vea a Andrés preparado 100% de dejarlo solo en la empresa. Pero de momento, el, era el CEO de la empresa más poderosa de abogados. Yo, le tengo una envidia increíble, sus estudios le dieron un alto cargo, y no solo sus estudios, también su gran y poderoso apellido. La familia Montgomery llevaba años en el mundo empresarial, manejaban machismo dinero, y tenían a su cargo la mayoría de las empresas de todos los Ángeles. Y yo, bueno, yo creo que, gracias a dios, tengo buena salud, una familia maravillosa, y afortunadamente el dinero que recibo en esta cafetería, me da perfectamente para vivir yo sola.

Andrés en varias ocasiones me ofreció vivir con él, pero no quiero ser una mantenida, mucho menos, estar en medio de cada vez que se metiera en casa a una super modelo para tirársela, y yo estar en el salón con mi pijama de los Leones tonos, comiendo palomitas o chocolate, una película romántica mientras sueño que algún día mi vida podrá dar un giro de 360 grados, que, a día de hoy, tal y como voy, me siento que estoy en un agujero estancada.

-Llevo un día de m**rd*. - Me apoye en la barra mientras él se sentaba enfrente mía.

- ¿Otra vez la cafetera te baño? - Miro todo el desastre tras la barra, causado por la cafetera. Yo solo asentí con la cabeza mientras cerraba los ojos.

-Mira, y con el chico de anoche, ¿qué tal? -

Le mire con cara de asco, que me analizara, ya que las palabras sobraban después de todo lo que sucedió con aquel. El al ver mi expresión, echo a reír.

-Pero dime que al menos en la cama estuvo de escándalo. -

-Eso fue peor todavía. - Me tape la cara con mis dos manos.

Solo escuchaba la risa de Sebas, le hacía bastante gracia mi desgracia con los hombres, pero el tampoco podía reírse muy alto, porque a él le iba pésimo con las mujeres. Todas las mujeres lo querían por su dinero, o por ser un CEO, pero nunca por su corazón. Resulta que él, tal como es su aspecto, es un malote de primera categoría, parece que te va a romper el corazón en el primer día que pases con él, pero cuando lo conoces, es un hombre encantador, maravilloso, atento, y te hace sentir increíble. No sé cómo será en la cama, yo me rio del diciéndole que seguro la tiene pequeña. Yo le adoro igualmente, y sinceramente, si no fuese mi mejor amigo, yo estaría enamorada de él, porque es literalmente, mi prototipo de hombre, pero para encontrar uno como el... esta complicado parece ser.

-Pero oye, no me has dicho que tal me ves. - Levante mi mirada para verlo, estaba muy atractivo y elegante.

-Estas increíble. - Le sonreí.

-Estoy nervioso por hoy. - Me confiesa.

-Lo vas a hacer genial. - Le tomo la mano. Y el me entrelaza los dedos con los suyos.

- ¿Quieres esta noche maratón de pelis? - Me mira.

-Si por favor...- Suplique.

-Genial. - Se levanta mientras se acomoda el traje. -Te recojo cuando salga reina. - Y me da un beso en la mejilla.

-Adiós bombón. - Sonreí.

Vi como salía de la cafetería y desaparecía de mi vista. A esto me refería con que es un hombre encantador. Me hacía sentir genial y solo somos amigos, no me imagino como novio. Pero ni el, ni yo, queríamos ser así. Solo amigos. Somos bastante cariñosos el uno con el otro, bastantes apelativos cariñosos, e incluso abrazos o besos en la mejilla. Es por eso el motivo que todos se piensan que somos novios. Nuestro grupo de amigos están deseando que algún día vayamos con la noticia de que somos algo más que amigos, pero eso no va a pasar. El día se me hace más lento imposible. Hoy me tocaba cerrar la cafetería a mí, así que me quedaba hasta última hora. Lo peor es que tal vez me quedaba 10 minutos más tarde porque tenía que limpiar para que estuviese limpia para mañana. Lo positivo es que mañana libro. Era lo que me animaba para hacer todas mis tareas más rápido. Una vez cerré la tienda, escuche un coche deportivo que sonaba muchísimo, ese era el auto de Sebas, le encantaba que su coche suene. Sonreí al verlo aparcar delante de la cafetería. Salió del coche y me pidió que le abriese.

- ¿Te ayudo con algo? - Me pregunto.

-Solo sube las sillas encima de la mesa porfa. - Me fui a la parte trasera de la tienda, a c*g*r la fregona con el balde para poder limpiar el suelo.

Pasamos el rato mientras que yo limpiaba, hablando de como había sido su día, me ayudaba a veces escuchar que le iba tan bien, porque sentía que al menos uno de los dos le iban bien las cosas en el sentido del mundo laboral. Me ayudaba a distraerme del mundo en el que estoy.

-Vale a ver, cuéntame con detalles como fueron las cosas con el chico de anoche. - Me mira mientras se cruza de brazos. Cada vez que hacía eso, sus bíceps se notaban mucho más.

-Mira, fue horrible, el chico si era muy guapo y atractivo, tenía eso que a mí me gustaba que parecía un malote, su perfume hola genial, pero era muy parado. Hablaba de que la noche anterior se había tirado a otra, que no le gustaba la exclusividad, y yo a lo, okey vale, yo mentí le dije que tampoco quería exclusividad, mucho menos después de escuchar como hablaba de las mujeres que se tiraba.- Puse mis manos en mi cintura.- Me llevo a su casa, su casa, la organización, un poco extraña, parecía que era la casa de sus padres, peor no se veía nada de ellos, el cuarto estaba llenos de posters de motero, pero no tenía moto, él se movía en bicicleta, de ahí, el calentón se me iba.- Me tape la cara en situación de vergüenza.

Andrés solo me miraba con toda su atención, me escuchaba y eso me gustaba. Se quedaba con todo lo que yo decía, y tenía muy buena memoria.

-Total, que cuando estábamos en medio del polvo, yo no sentía nada, se movía demasiado rápido, no tenía constancia, sus movimientos no sé, eran muy cortos. Se le escuchaba respirar y no era algo de que estuviese excitado, se escuchaba más bien de que esta asfixiado. Y al terminar, se puso como un machito, a decirme que ''wow que polvosa nena, pero no te enamores que no me gusta la exclusividad no sé qué'' y yo a punto de reírme en su cara, pero por educación, no dije absolutamente nada, solo me vestí, me despedí bien y salí casi corriendo de allí. Lo más gracioso fue que esta mañana me enviaba mensajes diciéndome que se lo había pensado que yo era una mujer increíble y que quería algo serio solo conmigo y porque le enloquecí anoche. - Dije entre risas.

Trato.

Cuando llegamos a su casa, se nota que recién había limpiado. Olía a limpio y a un ligero olor a vainilla. Me encantaba su casa, era enorme, claro, porque tenía el suficiente dinero para comprarse las casas que él quisiera. Tenía unas vistas increíbles que daban a la playa de los Ángeles. Mi sueño es conseguir una casa mía, propia, que dé a la playa, lo más cerca posible, adoro ir a la playa y desconectar. Deje mis cosas en su sofá. Me solté el pelo con ese aroma a café por culpa de aquella cafetera.

- ¿Tengo ropa mía aquí? - Dije mientras acomodaba mi pelo.

-Si, exactamente un tanga. - Dijo entre risas, mientras se quitaba la chaqueta.

- ¿Y esa risa? -

-Resulta que la última mujer que traje aquí, encontró tu tanga, y se pensó que era un playboy, que tenía novia y le estaba siendo infiel, mira, me monto una. - Empezó a reírse a carcajadas.

-Ostia, lo siento muchísimo. - Empecé a reírme.

-Paso, ni siquiera era una mujer digna de poseer. - Dijo

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