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Mi compañero es mi sobrino

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Annotation

Observé de reojo al joven que estaba a unos metros delante de mí, Eric. Era el hijo de mi mejor amiga, Laura. Suspiré bajando la vista, pero no pude evitar verle. Ultimamente, para ser sincera podía llegar a jurar que el chico, se veía mas atractivo que antes. A sus veinte años, parecía un hombre sacado de una revista para mujeres maduras. Mis mejillas se tornaron rojas, y tuve que sostener con fuerza mi vestido. Mis ojos se volvieron frágiles ante la imagen que tenía frente a mí. Cuando flexionó sus brazos para sonreírle a mi hija, sentí un nudo extraño en mi garganta. Olivia, tenía la misma edad que Eric. Laura, me pasó un mate y desperté de la ensoñación, de observar la sonrisa de su hijo. -¿Estás bien? –cuestionó bajo una mirada intimidante, asentí enfocando mi vista a los dos. Eric, rodeaba en un abrazo a Olivia, tragué saliva en seco –son adorables. -Lo son –comenté sin titubear, si tan solo un solo sonido de mi voz sonaba insegura, Laura se tiraría sobre mí como una gacela. La conocía demasiado bien para saber que era curiosa, en demasía. -Entonces... ¿saldrás con el ingeniero? –su pregunta, provocó que mi concentración volviera a ella. Suspiré asintiendo, ¿qué le podría decir? De todos modos, ya era demasiado extraño que quisiera quedarme con su hijo en la ciudad. Yo tenía una casa en la capital, y me había ofrecido para que él fuera a vivir allí una temporada, incluso Laura fuera para hacerme compañía. No pretendía comenzar a mirar a Eric con otros ojos.

Chapter 1

Mónica.

Observé de reojo al joven que estaba a unos metros delante de mí, Eric. Era el hijo de mi mejor amiga, Laura. Suspiré bajando la vista, pero no pude evitar verle. Ultimamente, para ser sincera podía llegar a jurar que el chico, se veía mas atractivo que antes. A sus veinte años, parecía un hombre sacado de una revista para mujeres maduras.

Mis mejillas se tornaron rojas, y tuve que sostener con fuerza mi vestido. Mis ojos se volvieron frágiles ante la imagen que tenía frente a mí. Cuando flexionó sus brazos para sonreírle a mi hija, sentí un nudo extraño en mi garganta. Olivia, tenía la misma edad que Eric.

Laura, me pasó un mate y desperté de la ensoñación, de observar la sonrisa de su hijo.

—¿Estás bien? –cuestionó bajo una mirada intimidante, asentí enfocando mi vista a los dos. Eric, rodeaba en un abrazo a Olivia, tragué saliva en seco –son adorables.

—Lo son –comenté sin titubear, si tan solo un solo sonido de mi voz sonaba insegura, Laura se tiraría sobre mí como una gacela. La conocía demasiado bien para saber que era curiosa, en demasía.

—Entonces… ¿saldrás con el ingeniero? –su pregunta, provocó que mi concentración volviera a ella. Suspiré asintiendo, ¿qué le podría decir? De todos modos, ya era demasiado extraño que quisiera quedarme con su hijo en la ciudad.

Yo tenía una casa en la capital, y me había ofrecido para que él fuera a vivir allí una temporada, incluso Laura fuera para hacerme compañía. No pretendía comenzar a mirar a Eric con otros ojos.

—Te noto distraída, debe ser por tu cita. No te preocupes, te prestaré ropa mía –murmuró segura Laura. Levanté una ceja fulminandola con la mirada.

—¿Pasa algo con mi ropa? –quise saber y ella, movió mi camisa levantando la tela.

—Claro que no querida –respondió y la observé con una mirada curiosa –es solo… que te vistes algo… —susurró moviendo la cabeza, cómo si estuviese buscando las palabras adecuadas para insultarme –anticuadas…

—¿Qué? –quise saber cruzándome de brazos lanzando un suspiro –No es cierto. Y casi tenemos cuarenta años Laura ¡No puedo vestirme como a una quinceañera! –protesté y ella se rió.

—Calma querida amiga –comentó y rodé los ojos –solamente… me parece curioso, nada más.

—En fin, iré a… prepararme –susurré enojada. Pero finalmente luego de una media hora, me encontraba en su casa, mas precisamente frente a su guardarropa cruzada de brazos. Laura, sacó algunos conjuntos demasiados demostrativos para mí.

Me acostumbraba a usar camisas y pantalones de vestir junto a blazer, trabajaba como abogada. Y en mi guardarropa solamente había lugar para looks elegantes y discretos.

Me envolví a si mismo, en un vestido de encaje rojo. Para mi sorpresa, me sentí bonita y sensual. Giré mi cuerpo con una sonrisa, podía apreciar aquellas curvas escondidas. Mi esposo, me abandonó cuando se enteró de mi embarazo. Y ahora Olivia, había crecido sin un padre.

Nunca busqué a nadie, hasta que ella fue grande. Porque no quería mezclar las cosas con nadie, Olivia era lo mas importante para mí.

Laura, se alejó para buscarme unos zapatos. Y mientras me veía al espejo, comencé a tararear una canción, no podía alcanzar el cierre del vestido. Mi espalda descubierta, pronto fue tocada por algo tibio. Al girarme levemente, encontré el rostro de Eric.

—Lo siento… creí… que eras mamá –susurró y pude notar que sus mejillas tenían un color rojizo –pero te ayudo…

Subió con una suavidad exasperante, pude sentir sus dedos deslizarse suavemente sobre mi espalda erizándome la piel. Mordí mis labios, y mi respiración se aceleró. Solamente se escuchaban nuestras respiraciones de fondo, nada más. Luego terminó y al girarme frente al espejo sonreí.

—Se ve… hermosa –susurró y lo observé sorprendida —¿tiene… algún… negocio?

—Una cita –respondió Laura entrando con una caja, supuse que de zapatos –con un ingeniero muy guapo.

—Ah… —simplemente dijo Eric. Lo observé de reojo, frunció las cejas y se mordió los labios. –Nos vemos.

Salió deprisa de la habitación y me encogí de hombros frente a Laura. Pasaron minutos, y ya estaba preparada para esperar a mi cita que pasaría por mí. Pronto un bocinazo me avisó que él ya había llegado. Susurré que yo podía para mis adentros, porque hacía veinte años que no salía con nadie y estaba nerviosa.

—No debería ir –escuché una voz a mi lado. Al girarme encontré  a Eric observándome con el ceño fruncido.

—¿Qué? ¿Por qué…? –quise saber confundida y él pasó sus dedos por su suave cabello ¿sería tan suave como parecía? Me sonrojé al tener pensamientos pecaminosos en ese instante.

—P—por nada… —comentó y negó –es solamente que… es raro verte salir con alguien.

—Ya Olivia es grande y… creo que puedo –respondí y él asintió.

—Tiene razón, bueno… le deseo suerte –comentó en un tono grave, como si estuviera molesto y salió casi corriendo de mi vista. Observé el pasillo por donde había pasado, sin comprender que le ocurría. Fruncí las cejas y abrí la puerta para marcharme.

 

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Chapter 2

Bajo la luz de la luna plena, Eric se encontraba sentado en su sillón, contemplando la noche. Aunque no había tenido ningún síntoma de ser un hombre lobo durante su vida, su madre le había contado la verdad sobre su ascendencia.

Eric podía sentir cómo la energía lunar se extendía por su cuerpo, casi como si estuviera llamándolo. "¿Qué está pasando conmigo?" Pensó, confundido por los cambios que se había dado cuenta. No estaba seguro de cómo manejar esta parte de sí mismo que jamás había conocido.

Un día, mientras se desplazaba por el bosque, Eric sintió que la luna lo llamaba de nuevo. ¿Sería un signo de que debía explorar más sobre su herencia? Cerró los ojos e inhaló el aire de la noche, dejando que su mente se transportara a otra dimensión.

Eric se sintió como si se convirtiera en un lobo, sintiendo sus garras crecer y su pelaje rizarse. El mundo parecía más vivo y atento bajo la luz de la luna. Esto era un poderoso cambio, y sentí una conexión con su ser lupino

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