Romance Quinceañero

Un bullicio se siente en el club de la familia más rica de la ciudad, el padre de la cumpleañera ha preparado con globos, decoraciones y fotos todo el lugar. Todo alusivo a la quinceañera. El dinero es lo que sobra por eso lo que el señor pida eso se hará, nadie tiene peros cuando el dinero va de primero.

Cantantes en vivo de música desfilan por el escenario que está previsto para ellos, entre música clásica, merengue y salsa los invitados y familia bailan, ríen y gozan. No es un día de tristeza, los problemas están hoy ocultos en un cuenco de cristal.

El padre de la quinceañera viste un elegante esmoquin negro que un diseñador le regaló para que lo luciera ésta noche y un perfume traído desde Francia especialmente preparado para esta ocasión tan especial. Zapatos recién manufacturados que luego de este día irán a parar dónde el resto de las vestimentas, un gran closet de ropa de un solo uso obsequiadas por los mejores consorcios de ropa de marca a la medida del usuario.

No se queda atrás la madre, que de la mano de su esposo luce un vestido con plumas originales de ganso natural color blanco que hace un juego perfecto con el traje de su pareja. Tiene puesto un collar de perlas enviado desde Aruba por una firma italiana que forma parte y es adjunta de su compañía en tierras extranjeras.

Ambos agarrados de la mano son recibidos de pie, cuando caminan por la alfombra roja que comienza en la entrada y termina en muebles tipo tronos con baño de oro, cómo si de reyes de la antigüedad se tratase. Allí hay tres puestos preparados para los padres y la cumpleañera de la noche.

Aplausos y copas de vino al aire hacen fiesta para recibirlos.

Hoy el dueño de la empresa maderera amaneció de júbilo y muy contento, su única hija será presentada ante la sociedad, hoy está cumpliendo sus quince años.

Unas horas antes.

-Que linda está esta mañana mi niña preciosa, comenta el padre en voz alta al interrumpir en la habitación de su hija; en que vengo a saludarte. A su lado y con las manos cargadas de regalos que ellos les han preparado está la madre de la cumpleañera.

la habitación de la quinceañera es enorme como las habitaciones de las novelas de los millonarios, todo amoblado y en los rincones grandes peluches adornan el cuarto de la niña.

Aún acostada en su enorme cama de tamaño dos por dos, la hija de los millonarios los recibe con una hermosa sonrisa y las manos alzadas. Ellos se apresuran a abrazarla, besarla y entregarle los regalos.

-Ya estas grande mi bebe, le dice el padre.

-Mi chiquita bella, siempre serás mi nena linda, exclama la madre.

Los tres se abrazan en la hermosa cama con decorados de oro y marfil. Este es un cuarto al estilo de la reina Isabel.

-Mami ya levantate corazón, debemos comenzar a realizar los preparativos para recibir a los invitados y comenzar con tu maquillaje para que estés radiante esta noche, tu tienes que ser la envidia de los Montero, que te vean radiante como nunca antes para que la simplona de la niña de ellos se muera de la envidia; dice la madre.

-Si mamá, ya mismo me levanto y me preparo para salir.

-Jamás olvides que eres lo único y lo más bello que tengo Isabella, estoy orgulloso de ser tu padre mi bebe. El padre se levanta luego de dar un beso en el cachete a la hija, voy un rato a la empresa a firmar algunas facturas y al medio día estoy aquí para ayudarles con los preparativos de la fiesta en el club.

-Esta bien papi, te amo, responde Isabella.

-Hasta luego esposo bello, nos vemos más tarde, le responde Karina; la sonrisa por un momento se desvaneció de la cara de esta mujer mientras veía como se alejaba de la habitación.

-Hay mamá olvídalo, te aseguro que mi papá va sólo a eso, a firmar unos papeles deja de estar pensando que te está engañando.

La madre se vuelve hasta donde Isabella y le responde:

-Disculpame mi amor, tienes razón, hoy nada debe amargarnos esta celebración tan especial que tenemos casi un año planificando para ti.

La nana de la niña llega a la habitación para indicarle a Isabella que ya es hora de pararse de la cama.

-Niña Isabella ya levántate y ven donde esta viejita que te ama y te quiere como a una hija y que está que explota de las ganas de abrazarte y besarte mi niña, ya estas grande casi una mujer; estás radiante mi niña.

Isabella se levanta rápidamente de la cama y se lanza a los brazos de la nana, esa mujer que la está cuidando y guiando desde el primer día de nacida.

La señora Karina también se levanta y a un lado de estas dos mujeres abrazadas acaricia sutilmente a la nana y le dice:

-Nana, has convertido a una niña en ya casi una mujer de bien, es un placer tenerte entre mis familia, gracias por aguantar sola a veces las tremenduras de Isabella, gracias por estar allí en cada momento de enfermedad y de angustia, disculpa por las veces que te llevaste los regaños por defender a esta niña tremenda.

-No es nada señora Karina, es un placer para mí ver crecer a esta tremendura que hoy ya en sus quince años aún me sigue queriendo y soportando.

Isabella aun en su regazo exclama:

-Nana tonta te quiero eres como mi otra madre, nada debes disculparte yo soy quien te debe mucho, mucho por tener a una madre siempre a un lado cuando mi verdadera madre no estaba para cuidarme.

-Bueno señorita a bañarse y a prepararse para que ayude a su madre en los preparativos, la gente de los arreglos está abajo colocando las mesas y las sillas.

-Si Isablella de verdad basta ya de la flojera,

hazle caso a tu nana, te esperaré abajo en el club.

-Si mami ya me preparo, esperame en el club yo llegaré en unos momentos para coordinar a tu lado todo.

La madre sale de la habitación y como lo expuso, sale directo a la parte de atrás de la gran mansión, allí donde está el gran club familiar donde el día de hoy se hará la gran presentación a la sociedad de la señorita Isablella.

Isablella se mete al baño que está en su habitación mientras la nana espera afuera en el sillon con la ropa ya lista para ir a trabajar en el club.

-Isa por favor no te tardes no quiero que tu madre te regañe hoy en el dia de tu cumpleaños. Le grita la nana.

-Nana ya casi salgo, dice Isabella desde el baño.

Sale secándose con un paño el cabello oscuro y largo y le dice a su cuidadora:

-Nana mi mama esta sospechando mucho de mi papi, cuando estábamos los tres y mi papa se despidió ella se le quedó mirando fijamente co