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Mi Flor

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Annotation

En un pueblo no muy conocido por el mundo, se encuentra un alma pura, feliz, humilde y llena de bondad. Un alma que, así como dice la vieja frase, ninguna ingratitud la cierra y una indiferencia tampoco la cansa. Ese alma tiene nombre y apellido: Flor Agamez. Una joven campesina que a su poca edad, es una chica que hará lo que sea por ayudar a los suyos a ser feliz. Su mayor pasión eran las flores, pero eso cambió cuando un extraño hombre llega al pueblo. Un hombre que no solo viene a cambiar su pueblo, sino también la vida de Flor, enredándola en la aventura del primer amor. Él llegó a regar una flor que comenzaba a marchitarse en soledad, ayudará a Flor a mostrar a todos su valía y sobre todo, que tiene un gran corazón. ¿Pero este hombre también tendrá el mismo corazón que la dulce Flor o solo es un lobo disfrazado de oveja?

Capitulo 1

Desde que tengo memoria he vivido en Cargill con mis abuelos, es un pueblo lleno de belleza silvestre y natural como montañas, aves, animales, lagos, cultivos y muchas otras cosas. Cargill es un pueblo campesino donde nos ganamos el pan de cada día con nuestras propias manos, algunos con el cuidado de animales, otros cultivando frutas, otros vendiendo artesanías en el mercado del pueblo y en mi caso y en el de mi familia, nosotros somos los encargados de mantener y cultivar las flores del pueblo.

Mi familia se ha dedicado al trabajo como flores desde hace mucho, no solo las cultivamos, recogemos y vendemos en su belleza, sino que con ella también realizamos arreglos para festividades e incluso perfumes. Llevamos sobreviviendo de esto y nos va muy bien, somos personas que humildemente tenemos todo lo que necesitamos y podemos incluso darnos el lujo de ayudar a los que lo necesiten con nuestras ganancias.

No crecí con padres a mi lado, los encargados de mi crianza fueron mis abuelos, quienes me han enseñado los valores de la vida y sobre todo se han dedicado a enseñarme que siempre es mejor dar que recibir. Soy feliz ayudando a los demás y no importa si es una persona o un pequeño animal indefenso. Soy muy dichosa con mi vida, viviendo al lado de mis abuelos que son personas sabias que día a día me dejan nuevas enseñanzas y vivencias de sus largas vidas.

El único problema que presenta mi vida es la aceptación. Cargill es un pueblo muy hermoso, pero las costumbre y creencias de este lugar pueden ser algo anticuadas de cierta forma, lo cual con mi familia no va. En este lugar son personas muy religiosas donde todo debe ir basado según lo que diga la iglesia o lo sacerdotes, ni siquiera la biblia y ni siquiera el líder del pueblo tiene tanto poder como el que le dan a la palabra de los sacerdotes.

Mi madre quedó embarazada de mí cuando tenía 17 años y no estaba casada con mi padre, lo que para muchos en el pueblo fue un total escándalo y más porque mis abuelos no obligaron a mis padres a casarse y vivir juntos tal como estaban acostumbrados. Para ellos, quienes mantenían una unión libre sin la bendición de la iglesia no era merecedor de respeto o consideración, por lo que mi familia comenzó a ser excluida de todos los eventos y nadie les dirigía la palabra sin importar cuantas cosas buenas hicieran para demostrar que eran personas de bien. El desprecio por la decisión de mis abuelos y la vida de mis padres fue tanta, que incluso se negaron a que mis abuelos o mis padres fueran a la iglesia, nadie quería a mi familia cerca.

A pesar del desprecio del pueblo mi padre y mis abuelos siguieron con su trabajo y lograron hacer ventas fuera del pueblo ya que se negaban a comprarles, lograron mantenerse a flote y se fueron expandiendo mucho más hasta el punto en que las ventas perdidas en el pueblo se recuperaron y no hacían falta. Todo empeoró una vez que llegó el día de mi nacimiento porque debido a todos los problemas en el hospital del pueblo se negaron siquiera a atender a mi madre, por lo que mi padre tuvo que llevar a mi madre al hospital del pueblo vecino.

Por desgracia, la llegada al pueblo vecino en ese tiempo era demasiado peligrosa y llena de una vía intransitable en auto ya que solían transportarse en caballo o carretas mayormente. Gracias a los problemas de la vía y una carreta, mi padre tuvo pérdida del control del auto generando así un gran accidente. Esa noche mi padre murió y mi madre sufrió heridas, pero por suerte para mí el dueño de la carreta logró verla y la llevó hasta el hospital, donde tuvo muchísimas complicaciones y aun así logró darme a luz.

Al nacer tuve problemas gracias al accidente, pero logré nacer viva y los doctores salvaron mi vida. Para mi desgracia la vida de mi madre fue muy difícil salvarla a pesar de los esfuerzos, era una chica de tan solo 18 años con grandes heridas y la herida en el corazón de que el hombre que amaba había muerto; mi madre murió dos días después de mi nacimiento al quedar en coma.

Es una historia no muy agradable, pero he ido aprendiendo a vivir con el pasado que me persigue. No me considero una persona mala, pero nunca he podido desaparecer el rencor que siento por las personas del pueblo que despreciaron a mi familia y por la iglesia y los sacerdotes que se pusieron en su contra. Mis abuelos y yo nunca hemos ido a la iglesia o dirigido palabra con un sacerdote desde que nací, me han enseñado que el rencor es malo, pero hay cosas que no se pueden perdonar.

¿Lo irónico de esta historia? Vivimos justo frente a la iglesia del pueblo. Todos los días debemos escuchar su música, sus misas, ver a esos sacerdotes y monjas y soportar todas sus hipocresías hacia el pueblo.

Nunca hemos dejado de creer en Dios, por lo que si nos aseguramos de hacer oraciones y tener una religión familiar lejos del catolicismo del pueblo. Respetamos a todo aquel que sea católico ya que no creemos que sean malos solo por ser católicos, pero si alguien intenta meternos el catolicismo nosotros simplemente no estaremos dispuestos a tener esa persona en nuestro circulo social.

Termino de acomodar el moño de mi cabello y acomodo mi vestido de forma que luzca arreglado, aunque estoy segura que en cuanto me suba al caballo quedará hecho un desastre.

—¡Flor, apresúrate o te dejamos! —escucho el grito de mi abuela desde la sala así que corro a tomar mi sombrero y salgo de la habitación.

—Ya estoy lista—informo con una gran sonrisa al llegar a la sala.

En el lugar se encuentran mis abuelos y una pareja joven de tal vez unos 3 años mayores que yo. Por lo general recibimos compradores en casa y los llevamos a conocer los cultivos de flores, la perfumería, el taller de confecciones o el local de ventas que fue el más actual de nuestros planes, el cual insistí por mucho tiempo a mis abuelos que pusieran para que así me pudieran dejar trabajar y ganar mi propio dinero.

Más bien fue tu regalo de cumpleaños, niña.

En realidad, hace mucho tiempo quería poner mi propio negocio de flores, pero mis abuelos se habían negado a dejarme trabajar, pero cuando cumplí los 20 ellos por fin aceptaron y me regalaron mi local donde vendo arreglos florales y perfumes. A pesar de que mi local queda en el centro del pueblo y saben que pertenece a mi familia, es un lugar bien aceptado y me va muy bien. Desde que lo puse me recalqué a mí misma ser profesional en mi trabajo y tratar bien a mis clientes sin importar quienes fueran.

—Buenas tardes, bienvenidos—le sonrío a la pareja. Veo como la mujer aprieta la mano del hombre y solo es ella quién responde.

¿Asustado, Potter?

Por algún motivo desconocido para mí, en el pueblo se me ha dado la fama de “mujerzuela”, pero según he escuchado eso se debe al hecho de que creen que al mi padre tenerme tan joven y por no ir a la iglesia mis valores no son tan buenos como los de las demás jóvenes del pueblo. Igual nunca les prestó atención a sus rumores mal intencionados y me percato de ser amable con quién lo merezca.

Además, ni guapo está su marido.

La pareja habla adelante solo con mis abuelos ya que yo solo me quedo atrás para escuchar su conversación y recordar cualquier cosa que se les olvide a mis abuelos, por su edad a veces dejan algunas cosas al aire. El cuerpo les sirve estupendo, pero la memoria a veces les falla.

La hacienda de la familia fue una herencia de los padres de mi padre al ser hijo el hijo mayor y esta al ser de gran antigüedad tuvimos que irle cambiando algunas cosas y para el tiempo en que mi padre era a penas un niño, mis abuelos paternos creyeron que sería buena idea dar una gran parte de su terreno para la construcción de la iglesia que tiempo después le dio la espalda a su hijo. Es por ese el motivo que nuestra hacienda terminó quedando frente a la iglesia del pueblo, que desgraciadamente es la única así que todo el tiempo la gente viene y va.

La construcción de la hacienda no se encuentra en el mejor estado por ser algo vieja, pero por suerte contamos con un hermoso jardín delantero lleno de flores que decoran un largo camino hasta la entrada, así que eso evita que las personas que van a la iglesia alcancen a ver el interior de la casa o nosotros escuchemos mucho sus ruidos. No es por presumir, pero a pesar de toda la antigüedad, nuestra hacienda es una de las más hermosas y grandes del pueblo.

Si quieres presumir.

Antes de llegar al final del camino que da a la calle se encuentran algunos ayudantes con los caballos listos para nuestro recorrido. Mis abuelos se suben en los suyos con un poco de ayuda para que no hagan movimientos tan bruscos, la pareja igual y yo me subo por mi cuenta, tratando de acomodar mi vestido para que no se arrugue más de la cuenta.

El recorrido empieza yendo a la fábrica de perfumes que se encuentra en la parte trasera de la hacienda. Algunas veces es complicado entrar ya que hay algunos químicos y cosas que se usan para crear perfumes, por lo que los visitantes solo pueden dar un vistazo exterior. Incluso para mi es difícil estar allí con todos esos olores, no sé cómo la abuela lo soporta, pero dice que es la más feliz viendo como crean fragancias con las flores o algún otro elemento natural.

—¿Y cuál de sus perfumes es su favorito? —la mujer pregunta en dirección a mi abuela—Además de su popular Leticia.

—No sé si tenga un favorito porque me fascina todo tipo de perfume, pero hay uno masculino que es la pareja de ese que mencionó, se llama Romero.

Mi abuela comienza a explicar cada ingrediente que lleva el perfume y yo solo puedo sonreír de verla. Leticia fue el primer perfume que creó mi abuela, tuvo ese nombre gracias a mi madre, luego de mucho tiempo creó uno masculino llamado Romero en honor a mi padre, que no se llamaba de esa forma, pero mi abuela dice que esa planta le recuerda a mi padre ya que siempre le hacía aguas con ella.

—Oh, también hay uno que me gusta y es el que usa Flor—salgo de mis pensamientos cuando mi abuela menciona mi nombre—Es hecho con miel y huele delicioso, se llama Polen.

—Eso suena exquisito—añade el hombre junto a mi abuela.

Al cabo de un rato dejamos atrás los perfumes y si salimos de la hacienda, en este punto es donde me toca despedirme ya que iré a ver el local. Se supone que es mi día de descanso, pero creo ya he descansado mucho y seguro los chicos necesitan un poco de mi ayuda.

—Espero disfruten mucho el recorrido—me despido y dispongo a mi caballo para cruzar la calle.

Veo a mis abuelos y la pareja alejarse rumbo a los cultivos, cuando desaparecen de mi vista intento cruzar la calle, pero sin darme cuenta un auto frena justo a centímetros de mi caballo haciendo que este se asuste y por consecuente lo haga yo.

El caballo relincha haciendo que me resbale un poco del asiento gracias al vestido que llevo puesto, pero aprieto bien mis piernas evitando caerme. Logro hacer que el caballo se tranquilice y veo que muchos me miran y tengo a dos hombres alrededor de nosotros.

—¿Te encuentras bien? —el primero en preguntar es un hombre pelinegro de piel blanca y ojos oscuros. Tiene una gran altura y contextura que hace que se vea imponente al llevar traje.

—Si, no se preocupe—al ver hacia el auto noto que es uno bastante elegante y las puertas están abiertas, por lo que supongo ellos son quienes lo iban manejando—Disculpen que los haya preocupado, tuve un leve descuido.

—Tenga más cuidado, por un descuido puede perder la vida—mi atención se fija al dueño de la voz.

El dueño de la voz es también un hombre alto y de gran contextura, su cabello es oscuro y lo tiene un poco más largo que el otro chico, tiene los ojos oscuros y la piel blanca también. Por el parecido físico entre ambos puedo intuir que son hermanos. Y el mayor es el último que habló.

—Gracias por el consejo—les sonrío y vuelvo a poner mi caballo en marcha cuando veo que el chico que luce mayor camina hacia la iglesia y el otro hacia el auto.

No me toma más de 5 minutos llegar al local, donde dejo mi caballo fuera en la sombra con algo de pasto y agua. Creo en el pueblo hay más lugares para dejar tu caballo que lugares donde estacionar un auto.

—¡Buenas tardes! —saludo a Melissa, la chica que se encarga de ayudarme atendiendo y quién es lo más cercano a una mejor amiga que tengo.

Es una joven de mi edad que no la ha tenido fácil en el pueblo debido a problemas de su padre ya que se encuentra en la cárcel por fraude. Desde joven tuvo que ingeniárselas para mantenerse, mis abuelos y yo decidimos ayudarla y la ayudamos construyendo su casa en uno de nuestros terrenos que usamos para obsequiar hogar a los que en verdad lo necesitan. Las casas de los beneficiados de nuestro proyecto no son grandes mansiones, pero nos encargamos de que sean lo más cómodas posibles para darle una vida de calidad a quienes la habitan.

El proyecto fue una idea de mis padres antes de que yo naciera ya que era la herencia de mis abuelos y ella al tener toda una hacienda, decidió que la mejor idea era poner esos terrenos para quienes lo necesitaran y mis abuelos estuvieron felices de ayudarla. Desde que ella murió mis abuelos y yo nos hemos hecho cargo de ese proyecto y siempre que tenemos la oportunidad seguimos apoyando a las personas, como en el caso de Melissa con quién después de conocerla hace unos 5 años, mis abuelos aceptaron pagarle los estudios ya que era mi única amiga y de esa misma forma pagar sus demás gastos en lo que cumplía la mayoría de edad y pudiera vivir sola es su casa.

No dudé en pedirle que trabajara en el local en cuanto mis abuelos me dijeron que por fin me dejarían tenerlo. Además de que me ayudaba a mí, le ayuda a ella para poder mantenerse por si misma y tener una vida cómoda.

—¿Qué haces aquí? Hoy es tu día de descanso—frunce su ceño y yo solo sonrío.

—Creí que ya me extrañaban—me apoyo sobre el mostrador y ensancho mi sonrisa en su dirección.

—¡Yo sí que te extrañaba, Florecita! —la voz de Eduam se incluye en nuestra conversación—Meli anda en sus días y solo se la pasa de mal humor.

—No digas estupideces, Eduam—le señala con una flor que sostiene en su mano, la cual yo tomo para ver y oler.

Por suerte no hay ningún cliente que escuche las groserías de Meli.

A diferencia de lo que puede ser Melissa, Eduam es un chico relajado un año menor que nosotras, *p*n*s está comenzando a valerse por sí mismo desde que sus padres decidieron que sería un tipo de castigo por su conducta fiestera e irresponsable. Eduam viene de una familia bien posicionada en el pueblo que también tiene buenos ingresos, pero gracias a que siempre lo tuvo todo no media la cantidad de dinero que gastaba y estuvo a punto de dejar en quiebra a sus padres por sus derroches así que sus padres lo obligaron a buscar trabajo. En cuanto lo conocí me di cuenta que es un buen chico y su actitud es muy agradable.

Además, que te gustaría poder ver un romance entre ellos.

Bueno, a decir verdad, me llevó más impulso contratarlo porque mostró cierto interés en Melissa que me alegró mucho ya que ella al igual que yo nunca ha tenido novio o algún tipo de amorío, ha estado sola desde lo de su padre. Me ilusioné con el hecho de que se puedan enamorar y tener un lindo romance.

Lo único malo es que ha pasado casi un año y ellos no demuestran mucho avance.

La campana de la entrada nos interrumpe la conversación y por acto reflejo los tres sonreímos a la puerta a nuestro cliente, pero no creo que el hombre esté interesado en comprar algo.

—Creo que su caballo se soltó—nos informa el hombre haciendo que abra mis ojos y corra fuera del local.

Busco es caballo con la mirada y lo encuentro cerca del mercado de frutas, pero también veo que un perro se acerca a él, lo que no es buena idea ya que a pesar de que es un caballo manso también tiende a asustarse muy fácil. Si ese caballo se asusta puede hacer muchos desastres en el mercado de frutas que luego me tocará pagar y dar la cara, lo cual no suena un muy buen plan.

Corro en dirección al caballo, pero no soy lo suficientemente rápida porque el perro logra asustarlo haciendo que comience a correr. Para mi suerte o desgracia corre en dirección hacia la carretera, lo cual me preocupa mucho más porque un auto puede lastimarlo. Mi pecho duele gracias al ahitamiento que estoy haciendo por correr hacia el caballo.

Nadie se preocupa en detenerlo ya que puede ser peligroso o porque simplemente no les interesa lo que le pase a mi caballo. Cuando estoy preparada para lo peor y es ver a mi caballo herido, veo como una figura masculina toma sus riendas como puede y se sube en este haciendo que el caballo se calme antes de llegar a la carretera.

Creo puedo respirar en paz al ver que el hombre cabalga en mi dirección, pero puedo ver su rostro serio y algo agitado. Al llegar a mi lugar el hombre se baja del caballo para entregármelo.

Lo primero que hago es acariciar el rostro del caballo para darle más calma, después giro mi mirada al hombre que acomoda su ropa.

—Muchas gracias por su ayuda—le sonrío levemente.

—¿Por qué lleva consigo un caballo que no puede controlar? —el hombre no me mira, pero no necesito escuchar más de su voz para reconocerlo.

Es el mismo que entró a la iglesia hace un momento.

—Romero no es difícil de controlar, se pudo dar cuenta al cabalgarlo. Su único problema es que es asustadizo—vuelvo a poner mis ojos en Romero para seguir acariciando su rostro.

—Pudo haber lastimado a alguien—por fin siento su mirada en mí, pero yo ya me encuentro subiéndome al caballo.

Estando arriba de Romero ya él no se ve tan alto y debe levantar su cabeza para verme. Es extraño, nunca había visto a este hombre en el pueblo.

—Es una suerte que usted haya estado presente para evitarlo entonces—veo la flor de loto en mi mano aún después de quitársela a Meli—Gracias por su ayuda, buen hombre—le extiendo la flor y veo su ceño fruncido en una expresión de confusión.

A pesar de dudarlo toma la flor y veo un atisbo de sonrisa antes comenzar a cabalgar de vuelta al local. Esta vez sí me aseguro de amarrar bien a Romero.

Capitulo 2

Después de mi extraña persecución con Romero volví al local para ponerme a trabajar. Hoy es domingo así que, aunque las personas vayan a la misa que se da en la tarde, siempre pasan por flores para dejar en la iglesia.

Son alrededor de las 5:30 de la tarde y por los vidrios del local puedo ver como el cielo se va poniendo en tonos anaranjados, no es que haya grandes edificios que tapen la vista y la fuente histórica no es que sea una mala vista. El local está ubicado justo en el centro del pueblo frente a la fuente histórica de Cargill, la cual es hermosa gracias al tallado que tiene de una garza cargando una flor del loto y un pez en su pico al mismo tiempo.

Ese tipo de aves son bastante común en el pueblo ya que vivimos rodeados de un gran rio en el cual siempre se ven las garzas pescar o incluso simplemente pasar el tiempo. Gracias rio también hay algunas lagunas y una cascada que desemboca con un lindo arrollo hasta el rio. Además, nuestro relieve es algo particular

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