Alphanovel App

Best Romance Novels

Book cover

La doble vida de Isabella

  • 👁 97
  • 7.5
  • 💬 0

Annotation

Los Wagner aparentan ser la perfecta ante los ojos del público. Ricos, bellos y exitosos, son la envidia de todo el mundo, aunque ocultan en su interior los secretos más oscuros... Pero cuando yendo a su casa de fin de semana Thomas tenga un accidente y al despertar se entere de que algo terrible ocurrió con su hermosa esposa en casa, todas las miradas se posarán sobre él y todos aquellos que lo rodean en busca de la verdad. En medio de este torbellino lleno de sospechas e intriga emergerá salida aparentemente de la nada, una mujer misteriosa con un pasado turbio del que nadie sospecha... Carolina Hansen despertará en Thomas un deseo inesperado. Seductora y enigmática, ella se acercará a él, desatando una pasión incontenible y llevándolo por un camino lleno de peligro, emoción e intriga. Pero, ¿cuáles son las verdaderas intenciones de Carolina? ¿Y quién es ella realmente? Y sobre todo, lo más importante de todo: ¿Será acaso ella misma la pieza clave para descubrir la verdad detrás de lo que ha ocurrido con Isabella Wagner?

Chapter 1

Cuando Dean le había dicho que iba a asistir al casamiento de la heredera Stakis, enseguida se había ofrecido como acompañante.Hacía años que no veía a Fernando. El los dejó en cuánto pudo. A su madre, que estaba sola, y a sus hermanos. Era un trepador, siempre buscando sacar ventaja, inescrupuloso.Y por ende continuamente habían chocado. Una parte dentro de ella se preguntaba que m**rd* estaba haciendo en ese casamiento, otra tenía verdadera curiosidad por ver en qué clase de hombre se había convertido su hermano.De joven amante de la millonaria argentina Paulina Bullrich, a polista, a esposo de una heredera griega billonaria sin escala alguna.La heredera era poco agraciada, su hermano nunca se casaría con ella si no fuera por el dinero...pero como hacía tanto que no lo veía tenía que comprobarlo con sus propios ojos.Él era atractivo, alto, delgado pero fibroso, de cabello y ojos oscuros como ella solo que le sacaba dos cabezas. Ella no llegaba al metro 65, era delgada y de ojos almendrados.No lo perdió de vista en todo el evento. Había visto escondida el intercambio con la mejor amiga de la heredera, Vivian. Fue poco antes de que la propia Stefanía Stakis, su ¿nueva cuñada?, se presentara con ella y Dean, para que éste -que era un viejo amigo de su abuelo- conociera a su esposo trofeo, Fernando.Ella no delató a su hermano como un pobre infeliz gaucho devenido en polista, ni él dijo nada sobre ella aunque le clavó la mirada en claro reconocimiento.Cuando ella vió de cerca a la novia, se dió cuenta de que era muy inocente...podía verlo en sus ojos. Era como un pobre cervatillo en manos de un lobo feroz como su hermano.Luego de los falsos saludos, Fernando se acercó y le dedicó una pequeña charla, no sin antes tratarla de p*t*. Su hermano proyectaba sus defectos e incapacidades en ella, siempre había sido así. Por eso chocaban, y porque diferían en algunas -varias- cosas.Mientras su hermano se entretenía haciendo todo por izquierda y sacando siempre ventaja de la forma en que pudiera, ella siempre obediente había seguido las reglas.Su intuición al final no había fallado. Su hermano, con esa sonrisa falsa en su rostro atractivo del brazo de la heredera, seguía siendo el mismo engendro trepador que fue siempre.Fernando Ferreira, el famoso polista. JA. De no ser por Paulina, estaría en el campo juntando estiércol de vaca. En cambio ella siempre había sido la inteligente de la familia. Por eso se había ido a estudiar a Canadá en cuanto consiguió la beca. Le costó, estuvo trabajando y viviendo cómo pudo durante un tiempo hasta conseguir la pasantía en la empresa que quería.Y ahora estaba muy cerca de convertirse en CEO. Era la protegida del actual CEO y cabeza del grupo Jefferson. Un hombre lo suficientemente mayor que no tenía familia ni hijos. Dean era gay así que nunca había intentado nada con ella. Tuvo un matrimonio por contrato en su juventud para mantener las apariencias. Sin hijos ni otra familia que lo heredase vió en ella una posible sucesora. Faltaba poco para que se retirase, ya era grande.Estaba tan concentrada en sus cavilaciones del brazo de Dean que no se dió cuenta de que le estaba presentando a alguien que ya conocía. Paulina.— ¿Carolina Hansen? ¿Nos conocemos? — Susurró la pederasta, dueña del campo en el que vivían, que había acogido a su hermano como amante cuando él era un adolescente.Dean le había dicho que era de Argentina, como ella.— No lo creo señora Bullrich, pero es un enorme placer conocerla — le dijo con una sonrisa más fingida que la de su hermano un rato antes.Paulina no la reconoció. Realmente no tenía porqué hacerlo, ella no se mezclaba con los empleados de su hacienda salvo que fueran jóvenes atractivos que hubieran pasado la pubertad.Aparte Carolina había cambiado. Usaba el apellido de su madre, para empezar. Había perdido mucho peso, sus granos y sus gafas de leer. Su cabello caía en una cola de caballo lacio y brillante por su espalda. Su cutis relucía con un brillo saludable. Su cuerpo delgado pero con pequeñas curvas, que le había costado una dieta y entrenamiento riguroso. Poca gente la recordaba de los tiempos de su juventud y fue un milagro que su hermano la reconociera.Aunque también era probable que él hubiese visto alguna foto de ella más reciente de algún medio canadiense.Cómo directiva de un grupo empresarial tan importante en Toronto a veces salía en fotos de medios gráficos reconocidos, por su asistencia a distintos eventos. Aparte era la acompañante habitual de Dean. Muchos especulaban en que había algo amoroso entre ellos, que idiotas.Ella apreciaba a Dean, incluso le tenía cariño y sabía que era recíproco. Pero era como un padre para ella. Aparte, se consideraba una persona agradecida. Y Dean le había una mano muy grande para llegar hasta donde había llegado.Incluso si Dean fuera heterosexual no sería su tipo, a ella le gustaban jóvenes...no tanto como a Paulina pero de no más de 40.Aparte nunca se hubiera acostado para escalar como lo hacía su hermano. Igual, en el mundo machista en el que vivían poco importaba si lo había hecho o no, las especulaciones decían que lo había hecho. Dios no permitiera que una mujer llegara por si sola, por sus propias capacidades, a la cima.Y mejor ni hablar de las mujeres liberales en cuanto al s*x*, como ella, que elegían con quién, cómo y cuando. De esas mejor ni hablar.Un par de años después, cuando saltó el escándalo que protagonizó su hermano con la heredera, y lo que éste había hecho se alegró enormemente de no haber sacado a la luz, entonces, su vínculo.Ya bastante tenía con ser una mujer en un mundo dominado por hombres para que aparte la asociaran con un criminal asesino.Odiaba ser hermana de ese m*ld*t* psicópata. Él representaba todo lo oscuro que podía haber en su vida. Desde sus experiencias en la infancia, hasta su camino como adulto.Carolina no era perfecta, claro que no.Pero estaba en las antípodas de ese h*j* d* p*t* y su peor y más oscura pesadilla era que de alguna manera, por cualquier circunstancia de la vida la asociaran con él y todos sus esfuerzos para diferenciarse, para demostrar su valía, que era mejor, se fueran por la borda y todo por el hecho de compartir ADN con ese ser nefasto que pisó alguna vez la tierra y ella tuvo el desagrado de tenerlo como hermano.

Chapter 2

Isabella estaba saliendo del baño, poniéndose crema. Thomas estaba en la cocina, preparando unos filetes con patatas.Ella lo abrazó por la espalda.— Cariño te dije que patatas no, debo cuidar mí figura — protestó ella e hizo un mohín con sus labios perfectos. Tenía una bata blanca de toalla, su cabello muy rubio aún húmedo y sus ojos azules lo miraban con picardía.Él se dió vuelta y se agachó para darle un beso. Thomas era un hombre de más de 1.85 muy apuesto, alto y delgado pero fibroso. Se cuidaba yendo al gimnasio aunque tenía un metabolismo y físico privilegiado.Su cabello era castaño y sus ojos verdes. Su piel de un tono apenas bronceado. Un par de tonos más oscuro que su esposa que era muy blanca.Parecían una pareja normal, ordinaria, feliz. Pero no lo eran. Eran los dueños del prime Time del programa más visto de Canadá. Tenían un show de noticias, y entrevistas. Eran más que un simple programa de televisión, o un noticiero. Ellos brind

Heroes

Use AlphaNovel to read novels online anytime and anywhere

Enter a world where you can read the stories and find the best romantic novel and alpha werewolf romance books worthy of your attention.

QR codeScan the qr-code, and go to the download app