El CEO Es Mi Amante
- Genre: Romance
- Author: Elena Rosas
- Chapters: 85
- Status: Completed
- Age Rating: 18+
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- ⭐ 7.5
- 💬 7
Annotation
El CEO Es Mi Amante Paola Alcaraz ha quedado huérfana junto a su hermana menor Ivette Alcaraz tras que sufrieran un accidente al ir de fin de semana a la casa campestre de la familia, ellas se salvaron de milagro, pero desafortunadamente sus padres no. Ahora heredaran la empresa familiar, pero al ser muy jóvenes los socios no confían en su capacidad, y aprovechando esa situación, el vicepresidente de la empresa le hace una propuesta a Paola que no puede rechazar, le pide matrimonio para que él pueda ser el presidente de la empresa mientras ella comienza sus estudios universitarios y así mantener a los socios contentos, ella acepta por qué no puede permitir que todo lo que había trabajado su papá se fuera a la basura. Armando Loredo un hombre ambicioso y con ganas de poder ve la oportunidad de su vida, casarse con una de las herederas para así quedarse con la empresa y porque no, también con las hermanas Alcaraz, para que nadie más que él se quede con el poder en las empresas de inversiones Alcaraz y no venga otro a quitarle su poder. Cristopher Montoya un hombre joven de cabello castaño, de ojos cafés con una mirada profunda llegara a la empresa de inversiones Alcaraz cuando Paola se ha dado cuenta que el matrimonio con Armando no ha sido lo que esperaba. Al ver a Cristopher los dos sentirán una atracción que ella trataran de evitar, pero él buscará que Paola se deje llevar por lo que siente y se abra al amor y la pasión que está sintiendo, que descubra lo feliz que puede ser estando en los brazos de él y deje atrás esos ojos tristes. Paola tratará de huir, pero cada intento caerá en los brazos de Cristopher convirtiéndolo Él CEO Es Mi Amante…
Chapter 1: Accidente
En un minuto todo puede cambiar, de la felicidad y alegría que compartía una familia, se vuelve en tristeza, dolor y una tragedia. Un hombre iba al volante cantando junto a su familia, sin saber lo que el destino y la maldad de una persona les tenía preparada.
Casi llegaban a su destino cuando en una pendiente sale un animal de la nada, el hombre quiso frenar, pero estos no respondieron, intentando salvar a su familia, dio un volantazo, tan pronto que salió de la carretera, comenzó a dar varías, los tripulantes del auto salieron disparados en medio de gritos, tan pronto se detuvo él auto boca a arriba, el silencio reino en el lugar.
Una de las hijas del hombre no sabe por cuanto tiempo quedo inconsciente, poco a poco comienza abrir los ojos mirando todo alrededor, sintió un dolor punzante en la cabeza, y pronto las imágenes del accidente llegaron como una avalancha.
Mira a todos lados buscando a su mamá, papá y su hermana, la que encuentra primero con la vista es a su hermana que está a un lado de ella, aun inconsciente.
—Ivette hermanita— dice entre sollozos, pronto ella comienza abrir los ojos— Ivette ¿estás bien? — afirma con la cabeza, pero cuando intenta moverse suelta un grito de mucho dolor —¿Qué tienes?
—Me duele mucho la pierna Paola— dice, ella mira a donde está su pierna, hay mucha sangre, hasta puede ver parte del hueso de su fémur. Paola se suelta del cinturón de seguridad, con mucho trabajo sale del auto por la ventanilla, cuidando que ningún de los vidrios se claven en su pierna o mano.
Cuando está fuera del auto, con la vista mira el lugar, notando a su mamá que quedo en medio de la maleza, enfoca su vista buscando a su papá que está más lejos de su mamá, el grito de dolor de Ivette la hace correr a donde esta. Con mucho trabajo abre la puerta del lado de su hermana, cuando intenta sacarla se encuentra que no puede, además de la fractura que tiene, su pierna esta prensada entre los retorcidos fierros del asiento delantero.
—Lo siento, no puedo hacer nada— busca entre sus ropas su celular, para llamar a emergencias y que una ambulancia llegara pronto para ayudarlos. Al sacarlo de su bolsa del pantalón se da cuenta que esta dañado por los golpes— ahora vengo, voy a ver como está nuestra mamá y papá.
Su hermana asiente, con mucho esfuerzo camina hasta donde esta su mamá que tiene los ojos cerrados.
—Mamá ¿estas bien? — le pregunta, esperando tener alguna respuesta de su parte, pero no sucede su rostro, acaricia su mejilla como ella lo hacía siempre que iba a despertarlas, sin embargo no había ninguna reacción— mamá, abre tus bellos ojos, mamá, no por favor, no nos dejes— lleva dos dedos al cuello, a la altura de la yugular, pero no lograba percibir ningún pulso de su madre— no mamá, por favor abre tus ojos, no puedes dejarme.
La abraza, levanta la vista al cielo pidiendo que fuera un error, que su madre estuviera viva, sin embargo, ella seguía sin reaccionar y cada vez su cuerpo iba perdiendo su calor.
Mira a un lado notando el cuerpo de su papá que también había salido disparado del auto; deja a su mamá y con dificultad se levanta del suelo, y camina a donde está, al ir llegando nota que su papá tiene los ojos abiertos, y eso le da la esperanza que siga con vida.
Cuando se acerca y se agacha mira que los ojos de su padre han perdido la luz que los caracterizaba, su corazón se hela temiendo lo que no quiere pensar, ni consentir, se agacha, coloca su oído en el pecho de su padre esperando escuchar el sonido del latido de su corazón, pero este es nulo, al igual que la respiración
—¡Papá! ¡papito! ¡papá! — grita una y otra vez, queriendo que también despertará y le dijera como siempre “Princesita todo va estar, vamos a estar juntos, mis dos princesas”
Siente como se le clava en su pecho un dolor que no la deja respirar, las lágrimas comienzan a caer por su rostro bañando el pecho inmóvil de su padre.
A lo lejos se comienza a escuchar las sirenas de la ambulancia, parecía que un alma bondadosa se había apiadado de ellos y había pedido ayuda, los ve como llegan, sacan una camilla, uno se dirige a su mamá y otro junto a ella donde está su papá.
Los revisan sus signos vitales pero los paramédicos se miran entre si negando con la cabeza, Paola con mucho dolor suelta un grito llamándolos a los dos, esperando que todo fuera una terrible pesadilla.
—¡Mamá! ¡Papá! ¡por favor no nos dejen! — grita con mucho dolor, segundos después les da un beso a cada uno en la mejilla, sin poder despedirse muy bien de ellos, por el dolor que siente al saber que ya nunca los volverá a ver, ni mucho menos los volverá a abrazar.
Los cubre con una manta blanca los cuerpos de su padre, los gritos de su hermana alertan a los paramédicos que corren a su ayuda, notan que ella está prensada al asiento, y solicitan ayuda para poder liberarla y sacarla de auto.
Al llegar el equipo especializado no tardan mucho en liberar la pierna derecha de Ivette, la sacan e inmovilizan su pierna, suben a la ambulancia y ella pide que llamen al brazo derecho de su padre, el hombre que siempre había visto como un hermano.
Al llegar al hospital, y bajar de la ambulancia se encuentra con Armando Loredo, a quien su padre siempre le había tenido mucha confianza desde que él lo salvo de un asalto.
Ve como a su hermana la llevan al quirófano para operar su pierna que tiene fractura, a ella le revisan los golpes que tiene en la cara y brazos. Desde que a dejado el lugar del accidente no ha podido dejar de llorar solo embocando los bellos recuerdos de su familia, todos juntos celebrando los cumpleaños, las navidades y demás eventos de celebración, como el que haría ese fin de semana, por la alegría que sentía su papá al saber que había ingresado a la misma universidad donde el estudio.
Las horas pasan, le dan de alta pues los golpes que sufrió no eran de gravedad. Espera en la sala junto a Armando que no se ha despegado de lugar, también parece afectado con la noticia de la muerte de su padre, pues él también lo consideraba como su padre, por él ahora era el hombre que era.
En la noche aparece un doctor preguntando por los familiares de Ivette Alcaraz, de inmediato ella se levanta y acerca al doctor que comienza a explicarle el estado de salud de su hermana.
—Señorita Alcaraz su hermana sufrió una fractura expuesta de fémur, y una fractura no expuesta en la tibia y en el peroné, ya se operó y ahora está en recuperación— suelta un suspiro de alivio al saber que ella está fuera de peligro.
—Que alegría ella va estar bien, ¿Doctor mi hermana volverá a bailar? — esa era su gran pasión, el doctor niega con la cabeza.
—Eso aún no se lo aseguro, la fractura de la tibia y el peroné fue en varios fragmentos, y temo que cuando se recupere su hermana, tendrá una secuela— frunce el ceño, no podía creer lo que estaba viviendo en ese día.
—¿Qué secuela? — pregunta mirando al doctor.
—Posiblemente tenga que usar un equipo ortopédico toda su vida, lamento informar que probablemente no tendrá la misma movilidad que antes— cierra los ojos sintiendo un gran dolor porque eso significa que ya cumplirá su sueño de ser la mejor bailarina de ballet en New York.
Al día siguiente llega Armando junto a su nana que ha sido como una segunda madre para ellos, le lleva un vestido negro.
—Todo está listo Paola— escucha que dice Armando desde el día anterior el se ha encargado de todo— al medio día llegaran los restos de tus papas a las capillas jardines de paz— lo escucha sin poder evitar soltar más lágrimas, sabe que será la ultima vez que los vea, dentro de esas cajas dormidos.
—Antes quiero ir a ver a Ivette— dice, el asiente y la deja sola con su nana que la acompaña a la habitación donde se encuentra su hermana. Al entrar no contiene sus ganas de correr abrazarla, ahora solamente se tiene ellas dos.
—Quiero ir contigo— le dice cuando aún están abrazadas— quiero despedirme de ellos
—No puedes te acaban de operar— le dice separándose de ella— te prometo que cuando salgas lo primero que vamos hacer será ir a verlos y llevarles flores— pone su mano en su pecho— ellos siempre van estar en nuestros corazones— de nuevo se unen en un fuerte abrazo.
El funeral se lleva con total normalidad, varías personas se acercan a ella a darle sus condolencias, pero Paola no deja de ver las dos cajas donde descansan sus padres, que no debieron haber muerto así, llora por ellos durante todo el funeral, cuando todo termina se limpia las lágrimas debe asumir la responsabilidad de ser la hija mayor y tomar las riendas de la empresa de Inversiones Alcaraz, como su padre siempre había querido.
Chapter 2: Ella y Yo Nos Vamos A Casar
Paola respira hondo antes de entrar a la oficina donde la esperan todos los socios de su padre, aunque aún no tiene la experiencia necesaria para llevar a cabo las funciones de presidenta, quiere que sepan que ella pondrá todo su esfuerzo en mantener a la empresa de su padre como la numero uno del país.
Armando le había dicho que, si quería saber la última voluntad de su padre, pero eso no había sido necesario, él había dejado en claro su hermana y ella quedarían como únicas herederas a partes iguales.
Ve a Armando que la espera por fuera de la sala de juntas.
—Veo que eres muy puntual— le dice con una sonrisa, su padre siempre le había enseñado que la puntualidad era una virtud de los Alcaraz— antes de la reunión quiero mostrarte el manejo de la empresa.
Le muestra muchas carpetas, y también le dice quiénes son los socios de su padre, y quien maneja el porcentaje más alto después de ella, pues Paola quedó como la albacea de los bienes hasta que su hermana cu