
Crónicas de una madre primeriza
- 👁 447
- ⭐ 7.5
- 💬 4
Annotation
Jules Roussel es una joven de 19 años dedicada y con todo un futuro por delante, quien desde la pérdida física de su padre cuando era apenas una niña se prometió así misma hacerlo sentir orgulloso dónde fuera que estuviese y para poder cumplir con las expectativas de su estricta madre. Su mundo da un giro inesperado cuando descubre que su relación con un chico llamado Tommy es una farsa, para colmo aún no tiene claro que carrera desea estudiar para ser alguien en la vida. Hasta que una noche decide hacer algo diferente a lo que alguna vez se atrevió sintiéndose libre y motivada, ir a una fiesta de alta categoría rodeada de personajes importantes. Allí es donde conoce al apuesto David Montgomery, el heredero multimillonario más codiciado de Kansas quién se siente atraído hacia Jules desde el primer segundo y para ella es imposible no caer en la tentación de una noche apasionada con aquel joven de mirada cautivante. Quizás una noche sería suficiente para ambos olvidarse de todas sus frustraciones. No obstante, no sabian que aquella decisión de una noche los acabaría uniendo de por vida...
Chapter 1: La noche del incidente.
— Lo mataré
— Eso no va a cambiar qué encontró a otra chica...
— No hay forma que de conseguir a una chica tan rápido Jules, claramente te estaba engañando.
Sostenía mi teléfono con fuerza pese a que mis manos temblaban al ver que Tommy, mi ex, había actualizado una nueva foto a su WhatsApp en dónde lucía muy feliz al lado de una rubia curvilínea y sonrisa similar a la de un comercial de pasta dentífrica, sabía desde hace tiempo que me estaba siendo infiel pero no quería aceptarlo.
— No quiero sacar conclusiones, al menos me consuela saber que la chica es mucho más bonita.
— ¿Estás escuchando lo que dices? Tu también eres hermosa amiga y nadie merece algo asi.
— Tampoco voy a ganar nada haciendo un alboroto, si estoy herida pero ella se quedó con él, claramente le irá peor.
Vanna por un instante se quedó pensativa, arrancó mi celular de la mano y empezó a escribir rápidamente sin siquiera tomarse un descanso. La miraba algo perturbada tomando en cuenta que actuaba como una psicópata.
— ¿Quieres decirme que haces con mi celular Silvanna? — Pregunté conteniendo la risa.
— Está misma noche vamos a olvidarnos de la existencia de el idiota de tu ex, nos divertiremos como solo un grupo de amigas haría.
— Pero nosotras no tenemos más amigas...
— ¿Y qué? No necesitamos a nadie más, solo le escribía a tu madre, le dije que será una noche de chicas tranquila.
— No sé por qué me da la impresión de que será todo menos tranquilo.
— Cariño necesitas despejarte, no tendrás 19 toda la vida y en unos años tal vez vivirás arrepentida de no haber experimentado lo suficiente y como si no fuera poco quedarte en tu habitación encerrada mientras el imbécil de Tommy disfruta con otra.
— Sabes que me gustan las planificaciones, de haberlo dicho antes yo habría pensado incluso en que ropa usar.
— ¿Y yo que iba a saber que tú novio te sería infiel? — Me preguntó con ironía.
— ¿Te han dicho que eres cruel?
— Muchas veces pero ese es mi mecanismo de defensa, ahora date prisa que estoy muriendo por un trago.
— ¿Y a dónde iremos?
— A un lugar muy importante, tengo un amigo con un estatus social bastante alto, dará una fiesta en su club en dónde solo irán personajes importantes. Me había negado a asistir, pero la situación lo amerita.
Pensé en negarme pero al final nada perdía con divertirme al menos una noche, quizás algo positivo que me ayudaría a salir de mi zona de confort.
Mi vestido verde esmeralda me sentaba bien e iba acorde a la ocasión, el amigo de Vanna pasó por nosotras en un lujoso auto que probablemente costaba más que mi vida.
— ¿De dónde conoces a estas personas Silvanna? — Pregunté en voz baja mientras el chico pelirrojo conversaba con el chófer.
— Lo conocí en facebook, se llama Donald, me pareció todo un galán y un acceso directo a el mundo de los ricos.
— ¿Que pretendes con todo esto?
— Divertirnos, saber cómo es, relájate Jules por eso nunca disfrutas de la vida.
Tenia razón, quizás yo estaba exagerando pero algo me decía que esa noche sería una locura.
Al llegar al hotel entramos rápidamente gracias al acompañante de mi mejor amiga. El sitio era inmenso y decorado con unos hermosos candelabros que daban un aspecto más elegante al salón.
— Jules, esta es tu noche, no lo olvides — Aconsejó Vanna antes de irse en compañía de Donald.
— Últimamente a las personas en mi vida se les ha hecho costumbre dejarme por alguien más — Me quejé en voz alta.
— Eso suena terrible, pero piensa en que hay quienes pasan por peores situaciones.
Miré con extrañeza al chico de mi lado al saber que se estaba dirigiendo hacia mi, sus ojos eran como dos lagunas radiantes y su olor era bastante irresistible. Aunque por su aspecto lucía como alguien adinerado.
Y si, estaba juzgando a un libro por su portada.
— ¿Que podría ser peor que tú novio te sea infiel desde antes y luego tenga otra a nada de haber roto? — Pregunté mirándolo con curiosidad. Él me dió una sonrisa que realmente me dejó pasmada.
No creía en el amor a primera vista pero sin duda ese chico era atrapante.
— Es difícil pasar por algo así, pero creo firmemente en que las personas malas se destruyen así mismas y dudo que seas perdedora si tú ex era un cobarde.
— Tienes razón — Respondí más motivada puesto a qué no lo había visto de esa forma.
La música parecía ser del agrado de todos puesto a qué parecían avanzar a la pista en parejas. Cómo si ya no tuviera suficiente con que me reemplazaran en menos de un mes.
— No todo tiene que ser malo, ¿Quieres bailar? — Preguntó de pronto mirándome fijamente.
No podía permitirme actuar como una niña, se suponía que Jules siempre tenía todo bajo control. Además me juré que esa noche me divertiría cómo nunca y el desconocido parecía ser el candidato perfecto.
— Por supuesto — Respondí al final.
Podía sentir como mi corazón se aceleraba pero seguia el ritmo de la música mientras bailaba cerca de el chico quien parecía mirarme con una sonrisa que me seguía resultando hipnotizante.
— Me gusta tu sonrisa — Admití sin pensarlo.
El joven me miró con sorpresa pero nuevamente sus comisuras se elevaron.
— Tienes unos ojos muy lindos — Respondió con rapidez.
Increíble, recién llegaba y ya estaba bailando con un extraño que además me parecía irresistible.
— Gracias ¿Cómo te llamas?
— Te propongo algo — Dijo en lugar de decirme su nombre.
— Te escucho.
— Mi vida es un desastre y la tuya claramente también lo es, así que vivamos está noche al límite, sin pensar en el mañana y dejar de atormentarnos por unas horas por todas las cosas negativas que conlleva ser nosotros...
— Jamás he hecho algo como eso, pero suena interesante. Trato hecho, de igual forma no es como que volvamos a vernos algún día — Respondí y estrechamos nuestras manos para seguir bailando unos segundos después.
De un momento a otro todos los escenarios de el imbécil de mi ex vinieron a mi mente como una película de terror, no podía ser feliz aún estando en un lugar tan alegre como ese frente al hombre más apuesto que alguna vez alcancé a conocer, entonces pensé en varias cosas:
"Un clavo saca a otro clavo"
"Mientras yo sufro el ya está con alguien más"
"Intenta superarlo como sea"
Me acerqué más al chico de traje azul mientras íbamos al ritmo de la canción mirándonos fijamente pero sin decir alguna palabra para no arruinar la atmósfera y de un momento a otro mis labios y los de él se unen en una perfecta sincronía, y lo increíble no fue el haber sido besada si no la sensación agradable en mi interior, jamás nadie me había besado de esa manera, cómo si estuviera esperando toda la vida por ese instante.
¿Quien era ese chico?
¿Y por qué deseaba escapar de su vida por una noche?
No tenía la menor idea, lo único que tengo claro es que esa misma noche me entregué a él y ese era tan sólo el inicio de el desastre que estaba por aproximarse.
Chapter 2: Consecuencias.
No podía dejar de imaginar las manos del chico desconocido de traje azul recorriendo mi piel con tanta agilidad y su aroma me mantenía hipnotizada cómo si de alguna forma me hubiera lanzando un hechizo. Era inexplicable sentirme así entre los brazos de un completo extraño, alguien que con solo una noche me brindó el más increíble momento.
Mi corta vida ha girado entorno al fracaso y a las constantes decepciones amorosas, no hay día de la semana que no cuestione el porqué de mi existencia o el motivo por el cual siempre algo malo debe suceder, aún así me mantengo firme y positiva pensando siempre en que todo se puede solucionar. Que quizás esa solo era una mala etapa de la que pronto iba a salir, pero dudo que me alcance suficiente entusiasmo al mirar la prueba de embarazo marcar positivo.
Y como si no fuera poco ni siquiera conocía al padre, no sabía su nombre, tampoco dónde vivia o número telefónico, lo único que si tenía claro era que su perfume era jodidamente adictiv