¡Mi Jefe Es Mi Cliente!
- Genre: Billionaire/CEO
- Author: Monica17
- Chapters: 73
- Status: Completed
- Age Rating: 18+
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- ⭐ 9.9
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Annotation
Desesperada por salir de todas las deudas que heredó de su padre Anna se convertirá en una ChatGirl miembro de una plataforma de chat con millonarios dispuestos a pagar por una buena conversación. Pese a los consejos de su mejor amiga de no enamorarse de ninguno de sus clientes Anna rompe la regla principal y comienza a tener sentimientos por Orión un hombre que la sumerge en un mundo de exploración donde descubre su sensualidad. Lo que Anna ignora es que detrás de la identidad de Orión se encuentra su odioso y detestable jefe Derek Morgan quien a su vez ignora por completo que la joven con cuerpo de diosa que lo desquicia cada noche no es nada más ni nada menos que su desaliñada e insoportable secretaria. ¿Qué pasará cuando estos dos dejen al descubierto sus identidades?
Prefacio
Anna se observaba en el espejo de cuerpo completo, la emoción de la imagen no era de felicidad como cualquier mujer esperaría al verse enfundada en un hermoso vestido de novia, su corazón estaba oprimido por la ira y la desesperación al verse obligada entre la espada y la pared a casarse con el hombre que más a odiado.
El hombre por el que en algún momento pudo haber sentido algo, pero ya no, un chantaje vil y cruel la puso en esta posición, todo para seguir manteniendo oculto su secreto y no ser señalada y causar decepción en el único pariente que tiene a su lado su abuelo, su bubu, si él llegaba a descubrir seguro lo mataría de la tristeza y Anna no podría permitirse darle la satisfacción a Derek Morgan de exponerla delante de todo el mundo, su mente espabiló al escuchar el rechinar de la puerta de la habitación abrirse.
Anna fijó los ojos en la entrada y era su amiga Emily.
— Acaba con esto de una vez, no te ves feliz ¿Por qué lo haces? –El llanto se acumuló en los ojos de Anna, negando y con el nudo en su garganta respondió.
— Si, lo amo y estoy feliz, solo son nervios de novia –Su amiga soltó un bufido.
— ¡No me mientas más Anna! ¿Por qué lo haces? –Insistió mirándola fijamente a los ojos.
— Ya te lo dije, lo amo –Esa declaración le hizo sentir hastiada, porque ahora lo único que sentía por Derek Morgan era desprecio y resentimiento, no solo la obligaba a unirse en un matrimonio que ella no quería, la obligaba a mentirle a personas a las que quiere mucho su abuelo, su mejor amiga y doña Clara que piensa que su nieto se casa por amor, cuando esto para Derek solo es un juego que ella aún sigue sin entender.
La planificadora de la boda entra con su Tablet en la mano, observa a Anna y sonríe.
— Estás bellísima Anna –Ella hizo una mueca, quiso sonreír pero sus labios no pudieron separarse. Es hora
Emily aun la miraba intentando convencerla, pero solo logró que Anna desviara su atención. En posición al lado de su abuelo tuvo que fingir su emoción, todos los presentes la esperaban en el jardín en la entrada su abuelo en silla de ruedas la esperaba con una gran sonrisa y lágrimas en los ojos, lo que partió el corazón de Anna en dos, quería confesarle la verdad en ese momento, pero de inmediato las palabras de Derek se repitieron como un eco.
¨O te casas conmigo o hago público que la inocente, virginal y digna Anna Davis, no es más que una prostituta que se vende al que mejor le paga, elige¨
Esas palabras frenaron la lengua de Anna frente a su abuelo y cuando la marcha nupcial inició, supo que ya no tenía escapatoria, estaba a punto de casarse y no hay vuelta atrás.
Mientras caminaba por el pasillo observó a Derek con el esmoquin negro que se ajustaba perfectamente a su musculoso cuerpo, sus ojos azules se clavaron en ella, sonreía como si fuera el hombre más enamorado del mundo, las náuseas se hicieron presente, deseaba detenerse, pero la mirada inquisitiva y dominante de Derek la hicieron seguir.
— Derek te entrego a mi tesoro más valioso, por favor cuídalo y hazla feliz –Expresó el abuelo colocando la mano de su nieta sobre la de Derek.
— ¡Por supuesto que sí señor Braulio! La cuidare con mi vida –Derek sonrió dándole una gran satisfacción a su abuelo, Anna sintió nuevamente la mirada azul de Derek. Más te vale que sonrías, es tu boda maldita sea.
Las palabras del juez comenzaron con el evento, cuando mencionó la palabra amor la montaña rusa que se encontraba en el estómago de Anna se hizo presente, si alguna vez sintió amor por el hombre que tenía en frente no fue más que un atisbo de total estupidez, el juez se saltó la parte de la pregunta si alguien se opone Derek sabía que solo dos personas podrían armar un espectáculo, su amiga Emily y Dalia el amor de su vida.
— ¿Anna aceptas a Derek Morgan como tu esposo para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad en la riqueza y en la pobreza, serle fiel y leal hasta que la muerte los separe? –La mente de Anna sopesaba las palabras del juez, ¿Respetarlo? ¿Amarlo? ¿Serle fiel? Cada pregunta se repetía de manera individual, escuchó su nombre nuevamente en la voz del juez- ¿Anna? –Derek ejerció fuerza en sus manos como señal de recordatorio de lo que estaba en juego.
— Acepto –Respondió con la voz temblorosa y un nudo se formó en su garganta intentando no derramar ni una sola lágrima.
Muy bien Derek Morgan, estás haciendo de mi vida un infierno, pues bien, no seré la única que sufra en este matrimonio, te haré la vida miserable y te haré pagar cada insulto que salió de tus labios, de inmediato ella pensó.
¡Pues Rehabilítate!
Tres Meses Antes.-
Derek.-
— ¿Y lograste contener el daño? –Preguntó Derek con la mirada fija en su abogado y mejor amigo Daniel quien entraba en su oficina con el rostro cansado deshaciendo el nudo de su corbata.
— Claro que lo hice, una vez más pague por el silencio de esa mujer, debes parar Derek, no puedes seguir utilizando el dinero de la empresa por pagarle a tus amantes, llevamos tres demandas por abuso ¿Quieres estar en la cárcel?
— ¡Cálmate! Esas zorras son unas mentirosas todo fue consensuado, yo nunca las obligué lo que pasa es que todas las mujeres desean casarse conmigo –Expresa con toda la tranquilidad lanzando en el aire su pelota anti estrés.
— Pues deberás aguantarte las ganas –Derek detuvo el agarre de la pelota anti estrés que ahora apretaba con fuerza y frustración.
— Por favor no me pidas eso sabes que me gusta mucho el sexo, ¡soy adicto voy a morir!
— ¡Pues re