Bianca C. Lis

I slid under his arms, looking for a safe place to breathe. I noticed a playful smile on his lips, but chose to ignore it. “Will the change hurt?” I lowered my gaze and asked in a low whisper. “More than you can imagine, human…” The candor in his words made me raise my chin toward him. “How is the transformation?” He approached me again, speaking slowly. “First, your bones begin to break, throwing you to the ground.” His eyes were closed. “Then dense fur will grow all over your body. The elongation of the limbs, I find the most exciting part of the pain.” He teased with a flick of his tongue before continuing. “Then comes the shortening of the snout and the development of sharp claws and fangs.” I took a deep breath, trying to process what was coming. “Is there anything else I need to know?” I asked, my voice shaking. “Loss of control is imminent.” His eyes sparkled, as if he had traversed some hidden memory in his mind. “The thirst for blood is insatiable, the beast will dominate you, acting primarily on primal instincts. This will result in violent attacks on anyone or any animal in your path!” “Will I become irrational?” I covered my mouth, trying to control the knot that had formed in my throat. “How do you control it?” Laughing, he had already reached me and pulled me close, digging his claws not too deep into my hip, causing a groan of pain. “It takes strength, training, and having the goddess on your side, human…” He retracted the claws, leaving only one long one, and returned to my chin, scratching it and collecting a drop of blood. He licked it and smiled. “Don't worry, I'll be here for your whole trial…” “To make sure I die?” With tears in my eyes, I took a few more steps forward into his dangerous game, noticing that his breathing was a little heavier. “You remind me so much of her.” He murmured, pressing his forehead against mine. “To make sure your transformation doesn't get out of control and to witness the deity's choice.” With more pressure on my forehead, he forced me to take a few steps back in pain. “I'm scared…” I confessed, squeezing my hands together. The wolf remained mysteriously seated, not saying a word. Joint pains began, a twist in my stomach, and my ribs seemed to expand inside, as if to make room for a dog's soul. “Ouch, that hurts…” I groaned, squatting down and wrapping my arms around my stomach. “I don't want this…” I pleaded with teary eyes, looking at the Alpha in front of me. “Please, help me avoid this!”

I tear your shirt, Davina was simply beautiful.... My c*ck is throbbing with desire, it goes straight from your neck to those pink and ample breasts, I s*ck hungrily, craving more, forcefully, between kisses and nibbles, I slide my hands to your entrance, one finger playing with your clitoris and another playing with your backside in a constant rhythm of thrusting in and out. I hear you moan softly, hearing you like that is pure bliss.... I continue to descend, planting kisses all over your body, rubbing my c*ck against your entrance, causing you to arch your back. The only thing keeping me from being there is the thin fabric of your lace panties and my underwear, I feel them soaked through the fabric, which only excites and intensifies the arousal. I keep descending further... I need to taste you! In "Welcome to my hell, Mafia Wife," Davina is forced to marry Adam, a feared Mafia Don from England. As they prepare for their union, they discover a world of seduction and betrayal. Shocking secrets are unveiled by a mysterious masked figure, igniting a burning desire for revenge in Davina. The tension between them escalates with each encounter, threatening everything they know. Amidst secrets, betrayals, and passionate encounters, Davina and Adam must unravel the truth behind their arranged marriage and fight for survival in a hellish world.

Elevé mi mirada para enfrentar la suya implacable; sus ojos eran enigmáticos, al igual que su postura dominante. Poseía un físico envidiable y cautivador, con músculos bien definidos que realzaban el corte perfecto de su traje. Sus ojos verdes, piel morena y cabello ligeramente rizado, cortado al estilo social, completaban su imagen. Era un hombre verdaderamente deslumbrante. — ¿Terminó de admirarme, señorita? — Con una provocación, una encantadora sonrisa apareció en sus labios. El CEO era, sin duda, tentador. — Señor… — Aclaré mi garganta, esforzándome por recuperar mi compostura, buscando palabras para escapar de esa incómoda situación. — El contenido no es apropiado para ser leído en voz alta, por favor, ¡comprenda! — Eso lo decidiré yo. — Se reclinó en su silla ejecutiva, observándome con serenidad mientras saboreaba un sorbo de su whisky favorito. — Estoy esperando. — Le pido disculpas, señor, pero no puedo hacerlo. ¡Puede despedirme! — Di la vuelta, lista para abandonar apresuradamente la oficina, cuando sus manos fuertes atraparon mi muñeca, a punto de tirar de la manija de la puerta. Observó atentamente mi reacción y luego esbozó una sonrisa. — Aprendiz… — El CEO se acercó más a mí de manera seductora, haciendo que retrocediera algunos pasos hasta quedar acorralada en la pared. Me rodeó con sus brazos y acercó sus labios a mi oído, susurrando suavemente — Hay tanto potencial en ti, ¡te moldearé! Mordiendo levemente la punta de mi oreja, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Con la punta de los dedos, trazó el contorno de mi rostro con las uñas antes de presionar mis labios con el pulgar, abriéndolos ligeramente. Acercándose aún más, pegó su cuerpo al mío, haciendo que mi corazón se acelerara y mi respiración se volviera descompasada. Elisabeth Lis, una escritora amateur, desempeñaba el papel de secretaria ejecutiva en la principal editorial de libros de Seattle. Esta posición no solo representaba un sueño lleno de oportunidades, sino que también servía como un escenario inspirador para su pasión por la escritura. Sin embargo, Elisabeth aún no se sentía completamente preparada para revelar el contenido de su libro secreto, una novela singular que se sumerge intensamente en la exploración del contacto físico, presentando un enfoque diferenciado y envolvente.

Me deslicé bajo sus brazos, buscando un lugar seguro para respirar. Noté una sonrisa juguetona en sus labios, pero decidí ignorarla. — ¿La transformación va a doler? - Bajé la mirada y pregunté en susurro. — Primero, tus huesos comienzan a romperse, arrojándote al suelo. — Sus ojos estaban cerrados. — Luego, densos pelos crecerán por todo tu cuerpo. El alargamiento de las extremidades, considero que es la parte más emocionante del dolor.— El Alfa bromeó con un destello de lengua antes de continuar. —Después viene el acortamiento del hocico y el desarrollo de garras y colmillos afilados. — ¿Me volveré irracional? - Cubrí mi boca, intentando controlar el nudo que se había formado en mi garganta. — ¿Cómo lo controlas tú? Riendo, él ya había llegado a mí y me atrajo hacia él, clavando sus garras no muy profundamente en mi cadera, lo que provocó un gemido de dolor. — Requiere fuerza, entrenamiento y tener a la diosa a tu lado, humano… — Retiró las garras, dejando solo una larga, y volvió a mi barbilla, rasguñándola y recogiendo una gota de sangre. Lamió y sonrió. — No te preocupes, estaré aquí durante todo tu juicio… —¿Para asegurarte de que muera?— Con lágrimas en los ojos, di unos pasos más hacia el peligroso juego de él, notando que su respiración estaba un poco más agitada. — Me recuerdas mucho a ella. — Murmuró, presionando su frente contra la mía. — Para asegurarme de que tu transformación no se salga de control y para presenciar la elección de la divinidad. — Con más presión en mi frente, me obligó a dar algunos pasos hacia atrás con dolor.

Rompo tu camisa, Davina era simplemente hermosa… Mi interior latía de deseo, iba directo de su cuello a esos senos amplios y rosados, los succiono con hambre, anhelando más, con fuerza, entre besos y mordiscos, deslizo mis manos hacia su entrada, un dedo la toca en un ritmo constante. Te escucho gemir suavemente, escucharte de esa manera es pura felicidad… Sigo descendiendo, dejando besos por todo tu cuerpo, frotando contra tu entrada, haciendo que arquees la espalda. Lo único que me impide estar allí es la fina tela de tu encaje y mi ropa interior, los siento empapados a través de la tela, lo que solo excita e intensifica la excitación. Sigo descendiendo más… ¡Necesito probarte! En “Bienvenido a mi infierno, Esposa de la Mafia”, Davina se ve obligada a casarse con Adam, un temido Don de la Mafia en Inglaterra. Mientras se preparan para su unión, descubren un mundo de seducción y traición. Secretos impactantes son revelados por una figura enmascarada, encendiendo un ardiente deseo de venganza en Davina. La tensión entre ellos aumenta en cada encuentro, poniendo en peligro todo lo que saben. En medio de secretos, traiciones y apasionados encuentros, Davina y Adam deben desentrañar la verdad detrás de su matrimonio arreglado y luchar por la supervivencia en un mundo infernal.