Desatado y loco amor

Esta es la segunda entrega de la serie "Amor a primera vista" No es necesario leer el primer libro, pero si deseas tener una mejor comprensión de la historia, te recomiendo leer "El ceniciento", primer libro de esta serie. Ubícalo en mi perfil.

Había impermeabilizado mi corazón con capas extras de insensibilidad e indiferencia. Era una buena consejera en el amor cuando se trataba de terceras personas, pero si eran mis sentimientos los comprometidos, la cosa cambiaba por completo. Era un armadillo protegiéndose dentro de una coraza articulada que me servía de protección ante el ataque de cualquier depredador.

Sin embargo, todo se vino a pique desde el momento en que él apareció. Cada capa construida se desplomó de la misma forma que un castillo de naipes. Fue un golpe violento y demoledor el que impactó mi corazón y lo dejó completamente vulnerable. Fui una tonta, lo reconozco, pero no hubo manera de detener esa fuerza violenta que se desencadenó en mi interior e hizo trizas cualquier ápice de razonamiento.

 Todo comenzó aquella noche en la que me dejé llevar por la pasión y el deseo. Sucedió tan rápido que ya era tarde cuando fui consciente de que había cometido el error más grande de toda mi vida. Había caído de la misma forma en que cayó el imperio romano. Me atrevía a abrazar el amor y entregué mi corazón con toda confianza, sin ser consciente de que aquel paso sería el comienzo de mi propia autodestrucción. Le ofrecí mi corazón en bandeja de plata y, a cambio, recibí la peor de las traiciones.

Tres años después, estoy de vuelta y dispuesta a pagarle con la misma moneda. Gonzalo Iturriza llorará lágrimas de sangre. Le haré pagar por el sufrimiento y el dolor que me causó con su engaño. No sabrá lo que lo golpeo... hasta que ya sea demasiado tarde.

“Nunca somos tan indefensos al sufrimiento

Como cuando amamos”

Sigmund Freud

Me quedo helada al ver la imagen que ocupa la página principal de los diarios más importantes de Seattle. Mi corazón se detiene y mis pulmones se contraen, haciendo que el proceso de respirar requiera mayor esfuerzo del habitual.

 Gonzalo Iturriza, el gran magnate de las inversiones, anuncia su compromiso con la abogada Anastasia Sabater, su socia y amiga de la infancia.

―Ángela, ¿te pasa algo?

Me pregunta mi amiga Minerva al verme con el rostro palidecido. Doblo el periódico por la mitad y lo guardo en la primera gaveta de mi escritorio. Mis manos están frías y siento como si alguien hubiera puesto su pie en mi pecho y lo estuviera aplastando.

―Creo que es una baja de azúcar.

Le respondo, con tono sombrío, lo primero que se me ocurre. No logro salir de mi aturdimiento, incluso, mis manos tiemblan visibl