Mi nena

Advertencia de contenido explícito para adultos mayores de dieciocho años. ESTE LIBRO CONTIENE:ESCENAS DE S*X* XXX, LENGUAJE SOEZ, Y FANTASÍAS ERÓTICAS HARDCORE, QUE PUEDEN HERIR LA SUSCEPTIBILIDAD DEL LECTOR. Yo era un empresario textil con una pequeña fortuna que acababa de enviudar, cuando pasó algo que pondría mi mundo patas para arriba. Me presento, mi nombre es Alexis. Hasta hace poco tenía una vida relativamente tranquila, una familia tipo de padre y madre y un hijo adolescente. Con mi mujer llevábamos una vida buena, aunque habíamos tenido nuestros altibajos. Una relación extramatrimonial con una antigua secretaria casi nos llevó al divorcio, pero de eso pasaron ya muchos años. Lamentablemente un año atrás el cáncer se llevó a mi mujer y nos quedamos solos con mi hijo Dalton. Él estaba terminando la preparatoria, a punto de comenzar su último año. Era verano en la Costa Oeste. Pasaba la mayor parte del tiempo solo, mi hijo se iba de juerga con sus amigos, quizá por eso me volqué a las redes sociales. Dalton me hizo una cuenta de Facebook y desde ahí he retomado el contacto con mucha gente de mi pasado. Antiguos compañeros, amigos universitarios, y alguna que otra novia ya casada con varios hijos y gorda. Un día como cualquier otro, por la noche, apareció una chica que me agregó de la nada en Facebook. Yo la acepté porque era muy bonita, y las rubias eran mi debilidad, para que mentirles... para mi completa sorpresa ella inmediatamente comenzó a escribirme como si me conociera de toda la vida. Al principio dudé, creyendo que se trataba de alguna clase de estafa, a fin de cuentas, esa chica tendría un par de años más que Dalton y yo era un cuarentón, aunque bien cuidado... Pero para mi sorpresa no era nada de lo que me había imaginado. Lulú como me dijo que se llamaba, sospechaba que era hija mía... me confesó que nunca me perdió el rastro y el hecho de que había enviudado le había dado el valor de acercarse. Claramente yo era una presa fácil, pero recordé que efectivamente Monique (mi secretaria, con quien había engañado a mi finada esposa), estaba embarazada y las cuentas cerraban... aunque luego, ella molesta porque nunca dejé a mi mujer como se lo había prometido, había desaparecido y nunca más supe de ella... hasta ahora... 

Lulú, me contó una historia que no era inverosímil. Aparentemente su madre, enamorada de mí, no pudo deshacerse de nuestro retoño así que la conservó lejos de mí y nunca dijo nada. Pero la joven, se había tomado el trabajo de investigar. También admitió que de seguir casado nunca se hubiera atrevido a acercarse, pero motivada por mi reciente viudez y una pelea con su madre se arriesgó a contactarme. Me dijo que quería conocerme, y también a mi hijo, su hermano. Yo lo tomé con cautela, pues no quería caer en las garras de una arribista... aunque finalmente acepté el encuentro con ella. Decidí encontrarme en un café, y a pesar de todo, confieso que tenía mariposas en el estómago como cuando me enamoré por primera vez. Fue fácil darme cuenta de su llegada porque todos se dieron vuelta a mirarla. Era una rubia infernal con un cuerpo para el pecado, y cuando la vi de cerca recordé porqué había caído con tanta facilidad en las redes de su madre, pues la joven en v