A MERCED DE LA MILLONARIA

MARTIN

Me llamo Martin Wesley, tengo 25 años de edad y vivo con mi madre. No tengo trabajo, pero no es porque sea vago. De hecho, tengo un doctorado en Administración de Empresas y otro en Marketing Digital.

¿Por qué no tengo trabajo?

Pues, cuando voy a una entrevista, no creen que los títulos sean verdaderos debido a mi edad, según ellos, soy muy joven para eso. Y yo solo quiero decirles:

"Me esforcé mucho para obtener cada uno de ellos, dejen de ser imbéciles."

Pero, obviamente, no lo hago. Aun así, igual no me contratan. Estoy buscando trabajo porque mamá enfermó. Le detectaron un tumor en la tercera etapa, pero no ha habido metástasis, lo cual es bueno. Pero necesito dinero para los tratamientos y todo lo que eso implica. Hasta ahora, tenemos deudas por $60,000 y no tengo idea de cómo voy a hacer para pagarlas.

Salgo de casa solo para correr, ese es el único ejercicio que hago a diario. No levanto pesas ni tengo un cuerpo súper fitness. De hecho, soy delgado, según mi mamá. Tengo músculos, aunque mis amigos dicen que no ven nada, así que los ignoro. Ellos no saben.

Tengo dos amigos: Tim y Ben. Lo sé, nombres de niños.

Pues, nos conocimos en el kinder y desde entonces no nos hemos separado. Estuvimos juntos en nuestro primer día de escuela cuando a Ben un niño le quitó el almuerzo y él, por hacerse el valiente, lo empujó y se ganó un ojo morado. Nos reímos de él, aunque lo ayudamos también. Estuvimos juntos cuando, en la escuela, Tim jugó siete minutos en el paraíso con su crush y al besarla, le vomitó en la cara. En su defensa, él había comido mucho ese día.

También estuvimos juntos cuando tuve mi primera moto y al conducirla por primera vez, me estrellé y maté al perro de Ben. Él jamás me ha perdonado por eso. Le hicimos un funeral en mi patio, según Ben, para "recordar la vida que quité de este mundo".

Lo sé, dramático.

Y estuvimos juntos cuando el padre de Tim murió en un accidente y cuando Tim quedó en coma por una golpiza. Festejamos cuando despertó. También estuvimos juntos cuando Ben fue rechazado por su novia al proponerle matrimonio y cuando él se vengó. Eso lo festejamos.

Ella era una perra.

Hemos estado juntos desde pequeños, y eso nos ha vuelto inseparables. Incluso tenemos tradiciones:

En nuestros cumpleaños nos vestimos de blanco.

En los funerales vamos de blanco.

Hacemos una reunión por la muerte del perro de Ben cada año.

Vamos al cementerio junto a Tim cada año por su padre.

Todos los días nos reunimos, aunque sea durante 15 minutos.

Cada martes vamos a los bolos.

Y cada jueves a un bar

Y hoy es jueves.

Es por esa razón que estamos muy borrachos y nos reímos hasta p*r n**str* respiración.

Lo sé, todos unos idiotas.

— Y fue una maldita — dice Ben.

— Una perra — aseguro.

— Una puerrrrca — Tim se apoya en mi hombro.

Como dije, estamos muy borrachos.

— Y la extraño tanto — Ben apoya su rostro en su mano.

— ¿A esa bruja? — indaga Tim, Ben asiente.

— La voy a llamar — saca su teléfono.

— Borra ese número — exijo.

— Pudrete, Martin — dice Ben y marca — ¿Aló? — sonríe — Becca, te extraño, te extraño mucho, extraño cogerte y ver cómo tus t*t*s rebotaban sin parar — ríe — Fuiste una z*rr*, me rechazaste cuando yo quería estar a tu lado — apoya la cerveza en la barra — Así que pudrete, Becca, y ojalá que te de cáncer en las t*t*s maravillosas que tienes y se te caigan — cuelga y ríe mirándonos — ¡Que se le caigan las t*t*s! — alza su copa en celebración.

— ¡QUE SE LE CAIGAN LAS T*T*S — chocamos las cervezas y festejamos.

— Mira, ahí hay una chica hermosa — le digo a Ben — Anda y conquístala, galán — él se pone de pie.

— Yo puedo — asegura.

— Tú puedes — lo anima Tim.

— Aquí voy —

Lo vemos balancearse hasta donde está la chica, le toca el hombro y ella se gira, luego le agarra el trasero, se lo aprieta y la besa de una vez.

— Oye, pero si estaba listo — ríe Tim.

Cuando suelta a la chica, ella sorprendiéndonos a todos, toma su mano y lo lleva al baño. Tim y yo nos miramos sin poder creerlo.

— No puede ser — habla Tim — Ahora yo — asiento.

— Tú puedes — le doy ánimo.

— Y luego vas tú — me señala.

— No, yo no. Soy virgen — le recuerdo.

— Por eso, debes sacar la telaraña de tu pito y ponerlo a trabajar. Seguro se fundió porque nunca lo has usado — ríe y pone su cabeza en mi pecho.

— Ve y conquista a una mujer — asiente.

Lo veo balancearse hacia una chica y hace lo mismo que Ben, solo que este le toca las t*t*s mientras la besa. Espero que la chica lo lleve al baño y Tim también porque sonríe, pero ella empuña su mano y le da en la cara. Alzo mi cerveza festejando eso.

A mi lado se para una mujer y pide un Martini, como no me ve, decido analizarla. Sus piernas son largas, su vestido es negro apretado y llega solo un poco más debajo de su trasero bien formado. Su cintura es pequeña y su cabello cubre gran parte de la espalda, así que pongo mi cabeza en la barra para ver sus senos. Finalmente, ella me ve.

— ¿Qué? — pregunta con las cejas hundidas.

Mmm, qué lindos labios.

—Tienes buenas t*t*s — digo sonriendo — Y buen trasero — le doy una nalgada. — ¿Quién te crees que eres? — me pregunta enojada. — Soy Martin Wesley, y soy virgen — alza las cejas sorprendida — Mis amigos dijeron que tenga s*x*, así que... ¿Tú quieres? — ella solo me ve de abajo hacia arriba. — Púdrete — bebe su Martini, paga y sale del bar. Yo solo rio.

Como dije, somos unos idiotas cuando nos emborrachamos.

Hola bellos. Bienvenidos de nuevo a mi mundo.

Gracias por leer este capitulo.

Les invito a leer otras de mis historias aquí publicadas: MI AMOR DE VERANO/ LA NERD/ TALLA XXL (esta llegará muy pronto) . Asi que si gustan, pueden pasarse por ellas a ver que les parece.No olviden que estoy en redes sociales como Genemua.Libros y en mis historias destacadas encontrarán a los personajes como yo me los imagino.Espero se puedan pasar por ellas y disfrutar de estos personajes.Nos leemos despues.

MARTIN

Me levanto con un dolor intenso de cabeza. Por unos segundos, mi vista da vueltas hasta que se controla y veo dónde estoy. Me siento en la cama y, aunque quiero acostarme porque parece que voy en un carrusel a mil kilómetros por hora, solo me levanto y, como puedo, llego al baño para liberar líquidos. Me echo agua en el rostro y salgo para acostarme de nuevo.

Cuando bebo, lo hago como si no hubiera un mañana. El hecho de que esté a salvo en casa después de todo eso que bebí se debe a que el dueño nos conoce a todos, desde pequeños, y siempre nos lleva a casa cuando cierra. Es por eso que estoy a salvo y no en un barranco o estrellado contra un árbol. Aunque no tengo auto. No, yo uso una bicicleta porque los autos dañan al planeta. Sí, soy un activista por el medio ambiente.

Mis ojos se cierran poco a poco, y me dejo ir, pero antes, la chica del cabello largo, buenas tetas y labios hermosos vuelve a mi mente. Nalgueé, le dije que era virgen y me le ofrecí. Un