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Divorciada del CEO

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Annotation

Alice Sinclair está en medio de una decisión que puede cambiar su vida. Su padre ha muerto y su familia atraviesa una crisis que amenaza con dejarlos en la calle. El desespero, el miedo y la indecisión le llevarán a encontrarse cara a cara con el hombre que puede traer un giro a su desgracia, pero nada es lo que parece; ese hombre que promete ser una luz puede terminar desatando el infierno en su vida. Un contrato y un acuerdo le llevaran a vivir un verdadero infierno, pero como el ave Fénix, ella tendrá que resurgir de sus cenizas para vengarse de aquellos que le hicieron daño. Traición y pasión se entrelazan en una línea que resulta indescifrable y ahora Alice tendrá que tomar la mejor decisión ¿Perdonar y amar o Vengarse y sufrir? La decisión está en sus manos.

Chapter 1

La muerte del amor

El anillo pesaba en su bolsillo. El tiempo de espera se le hacía largo.

― ¡Apresúrate! ―le ordenó Terry a su guardaespaldas que *p*n*s había tenido tiempo para tomar un respiro en medio de ese trance de locura que se había desatado.

―Discúlpeme señor ―se excusó Terry, el guardaespaldas y chofer del más importante CEO de la ciudad―… no sabía que el peluche había sido construido con acero.

El chiste del guardaespaldas quedó en el olvido porque Dylan no tenía cabeza para nada más que no fuese aquello que le esperaba detrás de esa puerta.

El guardaespaldas dejó el inmenso peluche a un lado de la puerta y entregó el ramo de flores en manos de su jefe.

Dylan asintió.

― ¿Está seguro jefe? ¿Seguro que no está haciendo esto por culpa de ese testamento?

― ¿Estás insinuando que me quiero casar con ella solo para cumplir el bendito testamento de mi padre? ―preguntó Dylan clavando la mirada en el sujeto de espalda ancha que se encontraba ahora a su lado.

―No lo digo en esos términos jefe.

―No, Terry, yo la quiero…. No pensaba hacer esto aún, pero si será algún día, mejor que sea hoy para cumplir esa cláusula y cobrar el total de la herencia.

Dylan terminó de decir aquello y sacó de su bolsillo el cofre donde llevaba la sortija que costaba más que todo ese Penthouse donde él esperaba encontrar a su futura esposa.

Terry asintió y se despidió.

Dylan abrió la puerta, pues él era el dueño de ese lujoso lugar donde ella vivía, pero jamás estuvo preparado para lo que sus ojos vieron en ese instante: Sin ropa y en los brazos de otro hombre, Dylan encontró a la que se suponía era su prometida siéndole infiel.

Briana intentó excusarse y esgrimir un montón de excusas, pero Dylan estaba ciego por la rabia.

Él había temido exponer su corazón por miedo a ser traicionado y precisamente eso era lo que había ocurrido.

Cuando Dylan descubrió la identidad de aquel sujeto que era el amante de su novia, los niveles de furia de Dylan llegaron a su límite: El amante era nada más y nada menos que Paul, el abogado que estaba encabezando todo el procedimiento con el testamento de su difunto padre.

La furia de Dylan le empujó a cobrárselas a Paul ahí mismo. Con una rabia y una fuerza incontenible, Dylan le dio una paliza a Paul a pesar de que Briana intentaba interponerse.

Terry escuchó el alboroto y logró llegar a tiempo para llevarse a su jefe antes de que el asunto pudiese salirse de control.

― ¡Eres una ramera! ―le gritaba Dylan a la mujer que se suponía que sería el amor de su vida― ¡Te quiero fuera de mi casa de inmediato!

Briana lloraba intentando justificarse, pero Terry se llevó a Dylan para evitarle el disgusto de tener que escuchar las palabras melindrosas de una mujer que ahora intentaba justificarse por todos los medios posibles.

Terry sabía que su jefe era un hombre de buen corazón, pero esa traición había sido la gota que derramaba el vaso definitivamente para hacer que su corazón perdiese por completo su humanidad.

―Llame a una ambulancia ―fue lo único que Terry le dijo a Briana al salir del lugar.

Vince había quedado inconsciente y con el rostro ensangrentado en la sala del Penthouse.

* * * *

― ¿Y no hay manera de que consigan otra prórroga para pagar la deuda? ―le preguntó Yen mientras que ella terminaba de completar su ronda de la noche.

El lugar estaba bastante desierto a pesar de ser un día viernes. Las chicas se lo adjudicaban a las últimas denuncias sobre intentos de v**l*c*ón que se habían presentado en los alrededores.

―Ya no podemos pedir otra ―le explicó Mia intentando poner su mejor cara ante lo que era una respuesta catastróficamente depresiva―, pero no te preocupes amiga, de alguna manera encontraré la solución para salir de este embrollo.

Mia sabía que Yen tenía sus propios problemas y por eso no quería preocuparle con el relato de la triste situación de su familia.

―Mia, pero tienen que entender: Ni tu hermana, ni tu madre, ni mucho menos tú, tienen la culpa de la muerte de tu padre… ustedes aún deberían estar llorando su muerte en vez de estar teniendo tres trabajos para pagar esa deuda.

―Tienes razón Yen, pero recuerda que se trata de una empresa. Las empresas no tienen sentimientos como las personas. En estos casos o pagas o pagas, no hay una segunda opción, pero tranquila, mañana tengo esa entrevista, tengo el presentimiento de que me irá bien. Siento que esta es mi oportunidad.

Yen asintió sonriente cuando Mia se acercó a ella para despedirse.

―Te veo mañana ―se despidió Mia de su amiga y se encaminó a la puerta.

La salida del lugar estaba desierta y oscura, Mia debía el transporte publico de las 11pm, por lo que prefirió caminar un poco para no quedarse expuesta al frío.

― ¡Buenas noches, preciosa! ―le importunó la voz desconocida que emergió de las sombras.

Alice volteó a ver quién le hablaba y descubrió a un par de sujetos que le rodearon.

Mia tembló de miedo cuando uno de ellos intentó de inmediato colocarle las manos encima. Quiso gritar, pero el sujeto le cubrió la boca imposibilitándole la oportunidad de pedir ayuda, pero antes de que el otro sujeto pudiese intentar algo más, un golpe fuertísimo se estrelló en su sien derecha.

El compañero intentó asistir a su aliado, por lo que dejó libre a Mia para hacer algo, pero ese extraño que se había convertido en la salvación de ella, fue rápido y metódico y en un par de movimientos logró neutralizar a los dos pervertidos.

Al verse superados y expuestos, los dos maleantes se echaron a correr.

Mia por instinto se escudó detrás de la humanidad de ese extraño que le había salvado. El sujeto parecía un alto ejecutivo, pero se había desempeñado como un habilidoso luchador.

― ¿Se encuentra bien? ―Le preguntó el sujeto.

―Si ―fue lo único que Mia pudo responder en medio de su confusión.

En ese instante llegó Yen quien había escuchado el alboroto y se enteró de lo sucedido.

―Muchas gracias por defenderla ―le dijo mientras abrazaba a Mia quien temblaba de paníco.

Dylan, estaba demasiado borracho como para responderle de manera acertada. Por lo que solo se limitó a despedirse con un movimiento de mano cuando Mia, aún impactada, se fue con su amiga.

En ese momento llegó también Terry, que se mostraba notoriamente preocupado por no haber estado con su jefe en esa situación.

―Ya no me sermonees, Terry ―le reclamó Dylan en medio de su borrachera—, te dije que esta noche quiero beber hasta que el cuerpo resista… este día será recordado como el día que el amor murió para el heredero de la fortuna Owen.

Chapter 2

Cláusula engañosa

― ¡Maldito Paul! ―espetó Dylan lanzando su teléfono contra la pared de su oficina―, debiste dejar que lo matara ayer mismo cuando tuve la oportunidad —le dijo a Terry.

Terry suspiró al darse cuenta de la bronca que tenía su jefe en ese momento.

―Sabe que no podía permitirle eso, señor.

― ¡¿Por qué no?!

―Porque iría a la cárcel, señor.

―La cárcel sería mejor que lo que me toca ahora.

― ¿Tan malo es?

―Te lo dije Terry, el amor para mí se murió ese día… tener que casarme para poder disfrutar a pleno de mi herencia es casi lo mismo que tener que aceptar que lo perderé todo… por nada del mundo aceptaría casarme después de eso. No quiero saber nada de ninguna otra mujer.

Terry estaba demasiado preocupado por su jefe.

Dylan no solo era su jefe absoluto ahora que se había convertido en el CEO de todo el emporio de la familia Owen, sino que también era su amigo desde hacía muchos años y de a

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