Legado de la noche: La triada de las sombras
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Annotation
Esta increible historia, narra como una muy joven pareja iba a un viaje de trabajo y tuvieron un accidente aéreo en el cual murieron, dejando a sus dos hijas al cuidado de sus tíos, una de ellas se llama Isabella que es la más grande, es una chica muy buena, cariñosa y tímida, ella se fue a vivir en la casa de su tía a New Orleans, su tia Sara vivía con los justo y era una mujer tímida de muy pocas amistades, Isabella intenta retomar su estudio y continuar con su vida lo mejor posible. Y Emily es una chica muy inteligente, aventurera, ella se fue a vivir con su tío a Visalia, Él era un hombre respetado por la sociedad y que se encontraba bien económicamente. Estas dos hermanas se mantenían en contacto ya que se tenían mucho cariño uno por la otra, sin embargo en el transcurso de sus vidas algo inesperado les cambió la vida por completo, una se enamoro de un amor casi imposible que le enseñó a vivir la vida de un vampiro, mientras que la otra se fue amoldando a un estilo de vida de magia y hechizos, todavía sin saber y sin darse cuenta que había mucho más allá de lo que ellas conocían y se volvieron poderosas e imparables por que tenían mucho potencial en este mundo de VAMPIROS Y BRUJAS.
El comienzo Parte 1
Una voz en off, la voz de Roy, resonó en el aire: "Durante más de un siglo, viví oculto; entre las sombras, solo en el mundo. Hasta ahora. Soy
un vampiro, y esta es mi historia".
Fuera de Nocturnia, una pareja
joven, Justin y Nia, estaban teniendo una animada conversación mientras conducían por la carretera.
—Conduje durante una hora para escuchar esa basura, *p*n*s era un guitarrista. Y otra hora de regreso —se quejó Justin.
—No estuvo tan mal —respondió Nia.
—Sonó como James Blunt —agregó Justin.
—¿Y qué tiene de malo? —preguntó Nia.
—Ya hay un James Blunt, con uno es suficiente —replicó Justin.
Nia notó que la niebla los rodeaba.
—¿Por qué hay tanta neblina? —preguntó preocupada.
—Ya se despejará —la tranquilizó Justin.
De repente, chocaron contra algo en la carretera, asustándose ambos. Al mirar hacia atrás, vieron a una persona tirada en la calle.
—¿Estás bien? — le preguntó Justin preocupado.
—¡Lo atropellamos! ¿Qué ha pasado? —exclamó Nia alarmado.
—Pide ayuda —le instó Justin.
Justin salió del coche para comprobar el estado de la persona atropellada, dejando a Nia dentro del coche para que pueda llamar a emergencias. Mientras Nia marcaba los números en su celular, notó que no tenía señal en el móvil.
—No hay señal. Justin, ¿estás ahí? —gritó Nia con preocupación.
De repente, el cuerpo de Justin cayó sobre el capó del coche, con su garganta sangrando. Nia se baja del auto voltio para ver al herido y el no estaba ahí, Nia sopescha que el hombre atropella fue el que pudo aver lastimado a Justin . Llena de pánico, gritó y corrió, pero antes de que pudiera escapar, una fuerza invisible la levantó y la lanzó por los aires.
Nia aterrizó en el suelo con un fuerte golpe, sintiendo un intenso dolor recorrer su cuerpo. Mientras yacía allí, aturdida y confundida, la figura del hombre al que habían atropellado se acercó lentamente hacia ella. Su rostro mostraba una palidez enfermiza y sus ojos brillaban con una intensidad sobrenatural.
—¿Qué... qué eres tú? —balbuceó Nia, tratando de alejarse arrastrándose por el suelo.
El hombre sonrió siniestramente, revelando unos colmillos afilados. Su voz era susurrante y gélida.
—Soy un vampiro, querida Nia. Y tú y tu amigo han tenido la desgracia de cruzarse en mi camino.
El terror se apoderó de Nia mientras se daba cuenta de la verdad escalofriante. Aquellas historias de vampiros que había considerado solo mitos y leyendas parecían cobrar vida ante sus ojos.
En un intento desesperado por escapar, Nia se puso de pie y corrió a través del espeso bosque cercano. Sus pulmones ardían mientras luchaba por respirar, y cada paso se volvía más difícil. Podía sentir la presencia del vampiro persiguiendola, sus pasos silenciosos resonando en sus oídos.
La neblina se espesaba a su alrededor, dificultando su visión y aumentando su sensación de vulnerabilidad. Las ramas de los árboles crujían a su paso, como si el bosque mismo conspirara en su contra.
Nia luchaba con todas sus fuerzas, pero el vampiro era implacable. A medida que se adentraba más en el bosque, su persecución se volvía más intensa. Nia se dio cuenta de que sus esperanzas de escapar estaban desvaneciéndose.
Finalmente, el vampiro alcanzó a Nia y la agarró con fuerza, inmovilizándola. Sus ojos brillaban con sed de sangre mientras se inclinaba hacia su cuello.
—No hay escapatoria. Tu vida llega a su fin aquí —susurró el vampiro con una voz cargada de malicia.
Nia cerró los ojos, resignada a su destino. El vampiro hundió sus colmillos en su cuello, bebiendo su sangre lentamente hasta que su cuerpo se debilitó y sus fuerzas se desvanecieron.
La voz en off de Roy continuó: "No debería haber vuelto a casa. Conozco los riesgos. Pero no tengo elección. Necesito conocerla".
Roy, quien había estado observando el amanecer desde el tejado de la casa de los Auditore, saltó desde varios metros al suelo con agilidad,Sus pies aterrizaron con gracia en el suelo, *p*n*s haciendo ruido. Miró alrededor, asegurándose de que nadie lo estuviera observando. La luz del amanecer empezaba a iluminar el paisaje, y sabía que debía actuar rápido.
Minutos después en la casa de los Thomson, Isabella se encontraba sentada en su habitación, escribiendo en su diario: "Querido diario, hoy será un día diferente. Tiene que serlo. Sonreiré y resultaré convincente. Mi sonrisa dirá 'Estoy bien, gracias'. 'Sí, me siento mucho mejor'. Dejaré de ser la chica triste que perdió a sus padres. Empezaré de cero, seré una persona nueva. Es el único modo de salir adelante".
En la planta baja de la casa, la tía de Isabella, Sara, le ofreció hacerles el desayuno a ella y a su hermano Mason antes de irse a una reunión en la escuela. Isabella intentó hablar con Mason, pero él no estaba receptivo.
—Isabella, ¿quieres pan tostado? —preguntó tía Sara.
—Lo mejor es el café, tía Sara — respondió Isabella.
—¿Hay café? —preguntó Mason.
—Es su primer día de escuela y no estoy preparada para tu almuerzo —bromeó Sara.
—¡Gracias! —agradeció Isabella.
—¿Algo más? ¿Lápiz número dos? ¿Qué me falta?— preguntó Sara.
—¿No tenías que hacer una presentación?—le pregunto Isabella a su tía
—Debo ver a tu asesor de tesis... ¡Ahora mismo ¡Diablos!.
—Vete, estaremos bien— aseguró Isabella.
—¿Y tú? ¿Estás bien? — preguntó Isabella a Mason.
—No empieces —respondió él.
Isabella se encontraba de pie en la entrada, observando cómo Mason se alejaba hacia su primer día de escuela.
Cerró la puerta suavemente y se dirigió a su habitación. Se sentó en su escritorio, mirando fijamente el diario abierto frente a ella. Tomó una pluma y comenzó a escribir con determinación.
"Hoy es el día en el que dejo atrás el dolor y la tristeza. Aunque extrañe a mamá y papá cada día, sé que no querrían que me quedara atrapada en la oscuridad. Es hora de encontrar mi propio camino, de convertirme en la persona valiente y fuerte que sé que puedo ser".
Isabella continuó escribiendo, dejando que sus pensamientos fluyeran en el papel. Expresó sus esperanzas, sus sueños y su determinación de construir una nueva vida llena de felicidad y superación. Cada palabra que escribía era un paso hacia adelante, una afirmación de que no permitiría que el dolor la consumiera.
Después de terminar la entrada, Isabella cerró su diario con suavidad y lo guardó en el cajón de su escritorio. Se levantó y miró alrededor de su habitación, decidida a hacer cambios que reflejaran su nueva mentalidad. Decidió que limpiaría y organizaría cada rincón, deshaciéndose de los recuerdos dolorosos y creando un espacio lleno de luz y positividad.
Con una determinación renovada, Isabella comenzó a transformar su habitación. Abrió las cortinas, permitiendo que la luz del sol iluminara cada rincón. Ordenó sus libros, colocó flores frescas en un jarrón y cambió las sábanas de su cama por unas más coloridas y alegres.
A medida que la habitación se transformaba, Isabella podía sentir una nueva energía en el aire. Cada objeto colocado con cuidado era un símbolo de su resiliencia y su voluntad de encontrar la felicidad incluso en medio de la adversidad.
Cuando terminó, se paró en el centro de su habitación y miró a su alrededor con satisfacción. Sabía que este era solo el comienzo de su viaje hacia una nueva vida, pero estaba lista para enfrentar cada desafío con una sonrisa en su rostro y un corazón lleno de esperanza.
"Hoy, comienza mi camino hacia la superación. Estoy lista para abrazar la felicidad y construir un futuro brillante. Mamá y papá siempre estarán en mi corazón, pero sé que me están mirando desde algún lugar, orgullosos de la persona en la que me estoy convirtiendo".
Durante el camino en auto hacia la escuela, Ava le contó a Isabella que creía que era psíquica, pero se dio cuenta de que Isabella no la escuchaba.
—La abuela dice que soy psíquica. Nuestros ancestros eran de Salem, las brujas y todo eso. Es una locura, pero ella sigue y sigue hablando de lo mismo. Yo creo que hay que ponerla en un asilo. Sin embargo, empecé a pensar que yo predije lo de Obama, predije lo de Harry Styles... y sigo creyendo que Florida se separará en pequeñas islas. ¡Isabella, vuelve a la realidad! — exclamó Ava.
—Lo hice otra vez, ¿verdad? Perdón, Ava... ¿Me decías que...? —respondió distraída Isabella.
—Que ahora soy psíquica —le recordó Ava.
—Sí, claro. Dime una predicción sobre mí —pidió Isabella.
—Creo que... ¡Ah! — exclamó Ava de repente.
Repentinamente, un cuervo grande golpeó el parabrisas del coche, asustando a ambas chicas, Ava frena fuerte y se va de carril, cuando logra controlar de nuevo el auto frena y mira a Isabella con preocupación debido a su historia pasada, pero Isabella le dijo que no podía tener miedo de los coches el resto de su vida.
—Isabella, ¿estás bien? ¿Qué pasó? ¿Qué fue eso? —preguntó Ava preocupada.
—Tranquila, estoy bien—aseguró Isabella.
—Fue un ave o algo así, no lo vi venir—explicó.
—En serio, no puedo asustarme en un coche el resto de mi vida—concluyó Isabella.
—Predigo que este año será excelente. Predigo que los tiempos de tristeza han terminado... y serás más que feliz —agregó Ava.
Isabella sonrió ante las palabras de Ava, sintiendo una chispa de esperanza para crecer dentro de ella. Aunque no estaba segura de creer en las habilidades psíquicas de su amiga, la idea de un futuro brillante y lleno de felicidad era reconfortante.
—Me encantaría creer en tus predicciones, Ava. Sería maravilloso dejar atrás los tiempos difíciles y abrazar la alegría. Necesito algo positivo en mi vida —dijo Isabella, permitiéndose soñar con un futuro prometedor.
Ava asintió emocionada y ambas continuaron su camino hacia la escuela. El incidente con el cuervo aún les dejaba una sensación de intriga, pero decidieron dejarlo atrás y concentrarse en las posibilidades que el día les ofrecía.
A medida que se acercaban a la escuela, el ambiente se llenó de emoción y bullicio. Los estudiantes se apresuraban por los pasillos, saludando y compartiendo risas. Isabella se sentía un poco abrumada por toda la energía, pero también se emocionaba ante la idea de empezar de nuevo.
Mientras caminaban juntas hacia su primer salón de clases, Ava continuó hablando de sus teorías psíquicas y las posibles predicciones para el futuro. Isabella la escuchaba con atención, dejándose llevar por la imaginación y la esperanza de que tal vez, solo tal vez, había algo de verdad en todo eso.
Capitulo 2
Mientras caminaban juntas hacia su primer salón de clases, Ava continuó hablando de sus teorías psíquicas y las posibles predicciones para el futuro. Isabella la escuchaba con atención, dejándose llevar por la imaginación y la esperanza de que tal vez, solo tal vez, había algo de verdad en todo eso.
En el Instituto de Nocturnia, Roy caminaba a través del campus hacia el edificio principal. En las taquillas, Megan abrazó a Isabella y le preguntó a Ava si Isabella estaba bien, a pesar de que ella estaba de frente.
Mientras Roy caminaba por el campus del Instituto de Nocturnia, pudo presenciar un emotivo abrazo entre Megan e Isabella junto a las taquillas. Megan parecía preocupada por el bienestar de Isabella y buscó la confirmación de Ava, a pesar de que Isabella estaba justo frente a ellas.
—Isabella, ¡qué alegría verte! ¿Estás bien? —exclamó Megan mientras abrazaba afectuosamente a Isabella.
Isabella, ligeramente sorprendida por la pregunta ya que e