
Personalidad oculta
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Annotation
— Ella fue, lo mato sin piedad alguna— decía aquella chica muy asustada, ella lo amaba. —¡DI LA VERDAD!, Las dos sabemos muy bien que fuiste tú la que lo mató— Aquella chica lo odiaba. —¡NO!, no es cierto. Yo lo amaba, tú lo sabes muy bien; él era mi novio— se podía notar como aquella joven estaba llorando, llena de impotencia sin saber que hacer. —Sabes a la perfección que le tenías tanto odio como yo— dijo aquella persona con una gran sonrisa. La chica que se encontraba enfrente de Nyarai, la quería volver loca, Nyarai no se quería dar cuenta de que ambas tenían mucho más en común, de lo que ella se podía imaginar.
Chapter 1
Capítulo 1; Un gran peligro que acecha en aquel lugar.
Aquella joven se notaba un poco nerviosa con lo que estaba aconteciendo en su habitación, empezó por morderse el labio inferior, y luego se empezó a comer las uñas, la desesperación se estaba empezando a notar en su mirada.
— ¡YA DIME!— soltó de repente Nyarai en un gran grito lleno de energía, aquella chica estaba muy emocionada por saber que era lo que su amiga quería decirle... Muy emocionada y también nerviosa, al parecer, ambas estaban planeando algo.
Pero está joven no se había dado cuenta de que aquel grito, había podido llegar hasta el primer piso, y poner sobre alerta a su madre, quien se sobresalto un poco asustada.
La madre de Nyarai volteo a ver en dirección a todos lados y luego fijo su mirada en las escaleras, eso era tan extraño e imposible para ella.
— Eso es imposible — empezó a dudar de lo que acababa de escuchar y negó con la cabeza, pero por un momento empezó a escuchar a su hija con mucha más energía, en ese mismo instante, ella empezó a creer que su joven hija, solamente estaba jugando.
Ella no quería creer en nada de lo que estaba sucediendo.
Marcela empezó a negar con la cabeza, pero más sin embargo no podía quitarse la idea de que algo estaba ocurriendo en su propia casa, así que dejo de lado el periódico que segundos antes había estado leyendo en ese sofá, el cual estaba cómodo, pero aún así ella se puso de pie y empezó a subir las escaleras con lentitud, procurando no hacer mucho ruido, algo que fue un tanto imposible, ya que las escaleras empezaban a rechinar en cada paso que está mujer daba. De repente pasos se empezaron a escuchar cada vez más cerca de la habitación de Nyarai.
Fue cuestión de segundos para que la madre de Nyarai, ya se encontrara afuera de su habitación.
Antes de ella entrar, se podía notar que estaba un poco asustada, así que tomo una bocanada de aire y entró sin tocar, esta mujer de aproximadamente 46 años, volteó a ver a todos lados, como si estuviera buscando a alguien, para luego darse cuenta de que no había nadie más que su propia hija.
—Esto es extraño — pensó un tanto dudosa de lo que había dicho.
Ella creía que alguien más se encontraba en esa habitación, así que se dispuso a tener una pequeña charla con su hija, la cuál se podía notar que estaba confundida por la repentina aparición de su madre, quien había irrumpido en su habitación, sin previo aviso.
Aunque a Nyarai eso no le molestó, ya que después de todo, ambas se tenían mucha confianza, así que ella no le tomo tanta importancia.
La señora Marcela se empezó a rascar un poco la cabeza, y luego se dispuso a hablar. Sin duda está mujer, no quería que su joven hija empezará a creer que ella estaba desconfiando, pero Marcela sentía que algo no andaba bien del todo, y por eso su repentina aparición.
Marcela soltó un ligero suspiro, para así poder empezar a hablar —Hija ¿A quién le gritaste hace un momento?— Pregunto de repente un tanto asustada, y empezó a revisar debajo de la cama sin previo aviso, intentando poder observar, si su hija estaba ocultando a alguien... Nada, no se encontraba nadie escondido, además de que sabía que ella no le podía ocultar ni una cosa, por más pequeña que está fuera, Nyarai tenía permiso de poder meter a cualquier amigo en su propia habitación, así de grande era la confianza que los padres de esta chica, le tenían a ella, pero todo tenía una condición, y está era que todo eso era posible, mientras le diera aviso antes a su madre, se suponía que entre ellas dos, había mucha confianza y se podían contar todo, no había secretos.
La señora Marcela dejo de revisar dejando de la cama y se puso de pie, ella estaba dispuesta a escuchar a su joven hija, ella quería alguna explicación a todo lo que estaba ocurriendo, y esperaba que esa explicación no tuviera algunas mentiras, ya que eso podría destruir toda la confianza que se tenían.
Nyarai empezó a sonreír, parecía que ella se estaba tomando demasiado normal toda esta situación.
— Es obvio que a Colette mami, estoy intentando que me diga un par de cosas, ¿Puedes creer que llevo mucho rato suplicándole, pero ella nada más no cede? — respondió con una gran sonrisa en su rostro, y reflejando mucha obviedad.
Marcela estaba intentando poder procesar las repentinas palabras que Nyarai acababa de decir, pero se le estaba haciendo un poco difícil, ya que ella no lograba comprender a lo que se refería.
—¿Quién es Colette?— pregunto la madre de aquella chica con rápidez mientras miraba a todos lados, esperando poder encontrar a alguien, pero sus sospechas eran ciertas, en aquella habitación solo se encontraban ella y su hija, nadie más.
— Mamá, es mi amiga— se limito a decir con mucha tranquilidad, como si su madre supiera de que estaba hablando, aunque no fuera así, la señora Marcela en esos momentos, era la más confundida.
Pero de repente, ella empezó a creer que todo esto se podría tratar de una simple broma o algún producto de la imaginación de Nyarai, así que no pudo evitar reírse ante aquellas palabras que creía tan absurdas, ella creía que era raro que Nyarai siguiera teniendo amigos imaginarios a la edad de 15 años, pero decidió no tomarle mucha importancia, ya que pensó en ese momento, poder seguir el juego... Lo que ella creía que era algo así.
—Esta bien, pero no se duerman tarde— respondió con una voz burlona para luego salir de la habitación mientras se reía, y la miraba por la puerta — vaya, mi joven hija tiene una muy grande imaginación —
Pero la señora Marcela no sabía que lo que le había dicho Nyarai, tal vez podría ir más allá de lo que ella creía y pensaba.
—Si mami, le diré a Colette que nos vayamos a dormir temprano, luego se le ocurre ver películas y cosas por el estilo — respondió con emoción.
Nyarai pensaba que su madre había aceptado a su nueva mejor amiga, sin saber que su madre solo le estaba siguiendo el “juego”.
A la señora Marcela Hollins; madre de Nyarai no le preocupaba toda esta situación, ya que pensaba que su hija estaba muy bien y que no tenía ningún tipo de problema. Ella ya había llegado a la conclusión, que tal vez eso se debía a que su joven hija, no tenía amigos reales, y muy probablemente y tal vez eso le pudo hacer que su mente creará una amiga hasta ese momento, también ella sabía perfectamente, que no podía estar en aquella habitación ni una sola persona, ya que no había visto a nadie entrar por la puerta principal y no habia por donde más pudiera entrar a esa habitación sin ser visto, ¿La ventana?, era imposible ya que vivían en una casa de dos pisos y la habitación de Nyarai se encontraba en el segundo piso.
La señora Hollins cerró la puerta y Nathaly siguió en lo suyo sin tomarle más importancia a lo que acababa de ocurrir.
—Bueno Colette, ¿Cuál es ese plan tan asombroso, y el cual te causa tanta emoción?— pregunto Nyarai sin titubear, aquella joven estaba intrigada por lo que su amiga le estaba a punto de decir.
La curiosidad se estaba apoderando de esta chica, quien solo quería respuestas lo más pronto posible.
De pronto, una voz se empezó a hacer cada vez más clara... La cual le pertenecía al parecer, a una persona que estaba mostrando despreocupación.
—Simple, ¿Alguna vez haz matado?— estás palabras que acababa de escuchar Nyarai, lograron hacer que su piel se empezará a erizar, y empezará a negar con la cabeza y con rapidez.
— ¡Colette!, ¿Acaso estás loca?. Yo no podría hacer algo así ¡Imposible! — contesto Nyarai muy ofendida por aquellas palabras.
— Vamos, como si eso fuera tan difícil, y en estos momentos se requiere que lo hagas, después de todo... No es mucho lo que tienes que hacer. Bueno solo tendrías que matar a tú novio, es lo único que harás, sabes muy bien que él se lo merece, no es una buena persona y siempre te lo he dicho, aunque no creas en mis palabras — respondió Colette alzando una ceja, esperando que su joven amiga, aceptará respecto a aquella macabra petición.
—Agh— se empezó a quejar — eso sería mucho, yo no soy una asesina, ¡No lo soy y no lo haré!, ¿Por qué haría algo tan cruel a alguien a quien amo demasiado? — replicó Nyarai muy molesta.
— Tú lo podrías amar mucho, pero él a ti no. Lo sé, se muy bien todo lo que me dices y por eso todo lo haré yo, no tienes de que preocuparte, déjamelo a mí. Déjame todo el trabajo a mí, déjame manchar me las manos por ti — Colette hasta este punto, estaba intentando poder convencerla.
Después de todo, tal vez toda esta situación era un plan de Collete.
Nyarai la miro con sus ojos cafés, y luego se mordió el labio inferior, ella estaba dudando de toda esta situación, pero aún así... Ella confiaba mucho en su amiga... Su única amiga —Colette, solo respóndeme una cosa— se animó a decir.
— Claro, dime— le respondió Colette con una gran sonrisa, aquella sonrisa que aa vez podía reflejar odio, pero que aquella chica, sabía disimular muy bien.
— ¿Crees que matar a mi novio sea lo correcto y una buena idea?, tengo mucho miedo de eso, además que es algo que yo no quiero hacer, a él lo quiero y te lo he dicho muchas veces — pregunto Nyarai de repente y un poco nerviosa. Ella no lo quería hacer, pero sin darse cuenta, ella estaba siendo manipulada por alguien más.
De repente, Nyarai miro al frente y soltó un leve suspiro, en ese preciso momento, todo estuvo claro, ella se pudo observar al espejo, pero por alguna extraña razón, su reflejo no estaba y más bien en ese lugar se encontraba el reflejo de otra persona, alguien de cabellera larga, piel blanca o más bien pálida, y ojos cafés, está otra joven era en su totalidad, muy diferente a Nyarai, pero más sin embargo, ella podía hablar y responderle a Nyarai, una chica que no le veía lo extraño en lo más mínimo, a lo que estaba ocurriendo.
— Obvio que es lo mejor, créeme, yo solo busco tu bienestar y el poder ayudarte — dijo con seriedad “Colette”, quien decía ser amiga de Nyarai.
Aquella persona quería a toda costa, convencer a esta joven, aunque Nyarai no lo quería ver, pero sin duda Collete estaba planeando algo.
— ¿Cómo podría ser de ayuda, con solo matarlo?— pregunto Nathaly aún sin poderse explicar, porque tenían que hacer aquel acto tan horrible.
— ¿A caso no lo recuerdas?— pregunto aquella figura a través del espejo, mientras miraba fijamente a Nyarai, como si quisiera que está chica, pudiera recordar algo.
— ¿Qué debería de recordar?— pregunto Nyarai sin quitarle la vista de encima.
— Solo recuerda y hazme caso— intento evadir aquellas palabras — él es malo, muy malo, él te ha engañado y yo lo eh visto o ¿A caso dudas de mi palabra?, ¿Dudas de mi?. Si es así tendría que irme y no creo que quieras eso— se mostraba Colette muy molesta e indignada, porque Nyarai no estaba creyendo en nada de lo que ella decía.
Después de todo, ella estaba intentando utilizar la manipulación a su favor, y al parecer eso estaba funcionando a la perfección.
Nyarai solo pudo negar con la cabeza.
— Eso pensé. Realmente me molesta mucho lo que él hace, es demasiado malo contigo, porque con la chica que te engaña, es con aquella que te trata muy mal, en serio que me da mucho coraje ese tipo, y mucho más es mi molestia por el hecho de que tú eres una chica muy buena, tú no le haz hecho daño a nadie, ellos te lo están haciendo a ti y yo solo te quiero ayudar— dijo Colette con una gran sonrisa llena de falsedad. Ella estaba logrando su objetivo.
Nyarai estaba confiando más en Collete, que en su propio novio, de quién ya estaba empezando a dudar.
Y por alguna razón, Nyarai le estaba creyendo a lo que su reflejo, lo que aquella chica le decía.
— Tienes mucha razón, perdón por dudar de ti, tú eres buena y me haz brindado tu ayuda siempre en mis días oscuros, tú solo quieres lo mejor para mí, y eso es algo que lo haz demostrado. Está bien, lo haré — soltó Nyarai con sinceridad.
— Me alegra el hecho de que hayas recapacitado, eres una buena chica. Sin duda haz tomado la mejor decisión— dijo Colette demasiado alegre ya que por fin Nyarai, le estaba concediendo el permiso para tan solo por esa noche, poseer su cuerpo.
— Bueno, es hora. Vamos, puedes poseer mi cuerpo tan solamente por esta noche, aún si todavía tengo miedo— soltó poniéndose de rodillas para luego echarse a llorar.
Esto no era algo que Nyarai quisiera hacer, pero la manipulación de Collete estaba siendo más fuerte, logrando poder corromper a una buena chica.
Colette, no quería que Nyarai empezará a llorar, ya que eso era indicio de que Nyarai, se estaba arrepintiendo y si así era, esto arruinaría sus planes... Un plan que ella creía, había elaborado muy bien y el cual no debería de tener falla alguna.
—¡NO SEAS COBARDE!, ¡VAMONOS!— le dijo Colette entre gritos, logrando aterrorizar a su amiga.
Pero, solo tomo un par de segundos para que aquella joven dulce, le creyera aún ser tan despreciable, como lo era Collete, a pesar de que ella, la estaba tratando de la peor manera posible y estaba fingiendo ser su amiga. Sin pensarlo más, Nyarai asintió y se dejo invadir por el odio de este ser y con esto sin pensarlo se dejó controlar, algo que Colette siempre había querido... Tener un cuerpo... El cuerpo de Nyarai.
Colette sin pensarlo más, tomo posesión del cuerpo de Nyarai antes de que está se arripintiera más de la cuenta. Aquella joven empezó a retorcerse de una manera que a cualquiera podía erizar la piel, el cambio se estaba llevando a cabo, pero cada vez que esto pasaba, era muy duro para la pobre Nyarai, y lo peor de todo este asunto era que al final, está chica no recordaba nada, ella al final de cuentas había cometido el acto, pero no lo recordaba, ella no sabía que le había ocurrido. Aquella joven solo podía mover su cabeza de lado a lado, solo se podía retorcer, era demasiado horrible, pero por más que lo quisiera intentar, ni un sonido salía de su boca, pero el dolor se podía reflejar en sj rostro
Colette sabía a la perfección como hacer las cosas silenciosamente y no levantar sospechas, era una maestra en todo eso, después de todo, tal vez ella era una maestra en cometer estos crímenes, ¿Cuántos asesinatos había cometido?, Nyarai no lo sabía, si Colette tomaba el cuerpo de aquella chica, era obvio que está olvidaría todo lo que pasó durante el tiempo que ella estuviera siendo poseída. Pero aún así y a pesar de todo lo que estuviera ocurriendo, muy tontamente le seguía concediendo ese permiso, pensando y cayendo en la mentira “Que todo era por su bien", aunque nada de eso fuera cierto, más bien todo era por el bien de Collete, quien solo pensaba en ella misma.
Este malvado ser solo pensaba en su propio bienestar, y no en el de Nyarai, como le estaba haciendo creer. Lo que ella realmente quería era poder apoderarse del cuerpo de su supuesta mejor amiga por completo, tener todo el control sobre este, pero no lo podía hacer hasta que Nyarai decidiera acabar con su propia vida, algo de lo que Colette se encargaría, haciéndola sufrir con cada acción que está cometiera y le hiciera hacer, con cada crimen que cometiera, logrando atormentarla por completo, sin ningún arrepentimiento.
Nyarai era tan manipulable y era algo de lo que no se quería dar cuenta, tanto que Colette lo usaba por completo a su favor, en cada ocasión que pudiera.
Chapter 2
Capítulo 2: Tan manipulable.
Al final de cuentas, Nyarai estaba siendo utilizada y sobre todo, manipulada por la que se hacía llamar “su mejor amiga”.
Después de que todo pasara, de que Collete tomara por completo control sobre el cuerpo de Nyarai, está joven empezó a abrir los ojos con lentitud, ya que Nyarai se había desmayado del dolor, el cual había desaparecido por completo, ella empezó a mirar a su alrededor y parpadeo un par de veces, se sentó en el piso empezó a mirar ambas manos, para luego mirar al espejo que se encontraba enfrente de ella. Collete estaba mirando con asombro, ella no lo podía creer, realmente lo había logrado y una enorme sonrisa se empezó a dibujar en su rostro. Collete no podía ocultar lo emocionada que estaba en ese momento, después de tantos intentos, por fin tenía un cuerpo humano, después de mucho, ella podía ver el mundo. Aquella chica tenía mucho tiempo sin poder ver el exterior, pero con esta nueva op