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Recuerdame

Recuerdame

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Annotation

Monica una mujer de treinta y cinco años, casada, sin hijos, con unos de los matrimonios mas solidos y romanticos del pais, esta de aniversario numero ocho con su amado esposo Nicholas. Nicholas un empresario implacable, justiciero, dominante, heredero de la familia Maxell, decide que es tiempo de festejar con su esposa y ambos se van de vacaciones. Tras pasar varios dias de amor y deseo, Nicholas recibe una llamada de emergencia, lo que ocasiona que las vacaciones se acorten,ambos deben regresar a la ciudad. En el camino sufren un aparatoso accidente dejandolos mal herido y con muy pocas posibilidades de sobrevivir. Luego de varias semanas de angustia Monica despierta, para descubrir que su amado esta en sueño profundo del cual no puede despertar. Tras pasar tres largos años y no notar mejoria deciden desconectarlo, pero... ¿Que pasaria si el despertara en el proceso y no recordara nada de su vida junto a Monica?

Los Años

Estoy tratando de refrescar la mente, necesito tranquilizarme y dejar de recordar todo lo que había vivido, quisiera borrar de mi mente todas las cosas malas.

Pero es imposible, toda y cada una de las cosas que me han sucedido las llevo talladas en el alma, habían pasado dos largos años desde que él había desaparecido de mi vida, aun me encontraba sumida en un mar de estiércol, vivía una rutina diaria, salía por las mañanas a trabajar porque necesitaba pagar la renta, pero hace bastante tiempo que mi corazón y mi alma, habían abandonado esta saco de carne con piernas en lo que me había convertido, llevaba marcadas en mi piel cada una de sus malditas caricias, cada beso, pero sobre todo sus palabras retumbaban en mi mente noche tras noche, cada vez que llegaba del trabajo pasaba primero a comprar dos botellas, el vodka y yo éramos muy buenas amigas, había empezado a fumar y a cortarme no muy profundo, solo lo hacía para poder sentir, así fuese una pizca de dolor y recordar que seguía viva, pero hoy era diferente tenía un ataque de ansiedad; desde que escuche dar en las noticias en aviso oficial del matrimonio del magnate Amílcar Ferrer con su amada novia con quien mantenía putos diez años de noviazgo.

Preparo la bañera y me meto en ella es justo cuando mi mente viajó a mis primeros años aquí

5 años Antes

Estoy en mi cuarto terminando de arreglarme, me miro en el espejo y no puedo creer que lograra llegar tan lejos, Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que recibí una cachetada por el simple hecho de querer estudiar en la universidad, según mi madre, una persona como yo, jamás llegaría lejos, porque era una incompetente, ineficiente y para de contar, pero ya esa etapa la había superado había decidido dejarlos atrás y empezar mi nueva vida, ellos murieron para mí el mismo día que pude salir de mi país, pero como todos los días no son de santa Lucia, tuve un mal día en el trabajo, me dieron la oportunidad de trabajar en una de las mejores cafeterías de New york, Bi, ya eran las diez de la noche mi turno había terminado, estaba agotada, quería ir y lanzarme en mi cama y dormir unas 500 horas, gracias a Dios mañana era domingo.

Salgo a la calle a buscar un taxi por suerte consigo uno disponible, le doy mi dirección y emprendemos camino, estoy cansada, este trabajo no es fácil, pero no tenía opción era mucho mejor mi vida ahora que la que tenía junto a mi familia, si es que podía llamarse así porque en realidad eso era un infierno , mi padre era un hombre despiadado y flojo, mi madre era una mujer estudiada pero había caído en depresión por la muerte de mi adorada abuela, ella era la única que me quería, la vida es muy injusta con las personas buenas.

Había pasado gran parte de mi vida luchando y tratando de sobrevivir y hoy no era la excepción. Desde que logre emigrar a los Estados Unidos, no la había tenido fácil, pero así era yo Rose Dewit una mujer de 23 años, guerrera, decidida, no me dejaba vencer aunque a veces sintiera que el mundo se me cayera encima.

El taxista me avisa que hemos llegado, le pago y me bajo, entrando al lobby del edificio saludo al portero

—Buenas noches señor Andrés, ¿todo bien por aquí?

—Buenas noches señorita Rose, Si todo bien.

Me despido y tomo las escaleras, mi apartamento estaba en el primer piso, en cuanto abro la puerta un olor a esencias florales me golpea, ese era el perfume de mi amiga, solo podía significar una cosa; Ana quiere fiesta.

—Ana cariño he llegado—grito para que ella me escuche., Ana es mi mejor amiga, ella fue la única que me tendió la mano para poder llegar hasta aquí, siempre le estaré agradecida

—Rose has llegado por fin, báñate y vístete nos iremos de copas, unos amigos de la oficina me han invitado a la inauguración de un nuevo club muy cerca de aquí, y antes de que empieces con tu cantaleta, no acepto un no como respuesta, hace muchísimo tiempo que no sales a distraerte, necesitas salir, conocer chicos, tener una buena dosis de sexo.

—Ana por favor estoy muy cansada, hoy no quiero salir, sabes perfectamente que no podemos andar gastando el dinero, además yo no necesito conocer chicos, te recuerdo que jamás volveré a creer en el amor.

—Amiga por favor compláceme solo esta vez, te prometo que estaremos juntas toda la noche.

—Dios Ana, ¿Por qué tienes que ser tan insistente? Está bien iré pero por favor no intentes buscarme chicos.

—Gracias amiga Te amo.

Voy corriendo a mi habitación, entro rápido en la ducha y dejo que el agua fría envuelva mis penas, me baño rápido agarro una toalla envuelvo mi cabello y otra mi cuerpo, corro como una flecha al closet y decido ponerme un vestido negro de lentejuelas bastante corto sin mangas, lo convino con unos tacones de tacón de aguja color negro, veo mi reflejo en el espejo, soy una mujer sencilla de cabello castaño y cuerpo delgado, mi mayor atracción es el color de mis ojos son de un tono gris muy claro, suelto mi cabello y empiezo a secarlo, hago unas ondas en las puntas, coloco un poco de rubor, brillo en mis labios y estoy lista.

Llego a la entrada y veo a mi querida amiga enfundada en un vestido color miel lleva su cabello recogido y unos enormes tacones, nada mal.

—Ana cariño que guapa estas, ya podemos irnos.

—Gracias, tú tampoco te quedas atrás, estas de infarto, pero ya está bueno de tanta miel vamos llegaremos tarde.

Al bajar al lobby le pedimos Andrés que nos ayude a localizar un taxi, ya cuando vamos en camino desde lejos vemos el nombre del bar EL CHOCOLATE en letras rojas brillantes, por el amor de Dios a quien se le ocurría colocar semejante nombre a un bar, llegamos y bajamos, los amigos de Ana están en la puerta esperándonos.

—Rose cariño te presento a los chicos—me grita Ana por el encima de la música.

—Hola a todos gusto en conocerlos—grito para que puedan oírme, la música retumbaba y el ambiente se sentía festivo, la verdad es que no soy muy dada no sé cómo sociabilizar con los demás, me cuesta un mundo confiar en un desconocido.

Decidimos entrar y conseguir una mesa, el bar estaba acatarrado de gente, conseguimos una mesa en la segunda planta y pedimos la primera ronda de Cosmopolitan, cuando siento el líquido correr por mi garganta algo se activa en mí, sé que voy a disfrutar esta noche me lo merezco.

Luego de 7 rondas, el Cosmopolitan empieza a hacer estragos en mí, no es que sea una mojigata, pero tampoco estaba acostumbrada a beber de esta manera, necesitaba ir con urgencias al baño, me levanto del lugar y le informo a Ana que ya vengo.

Creo que tengo más de 20 minutos haciendo la cola para ir al baño y por fin es mi turno, entro corriendo, hago pis, me lavo las manos y me miro en el espejo, recojo mi cabello en una coleta alta y decido salir, cuando logro salir de la interminable cola del pasillo alguien me tropieza y me tumba al suelo, enseguida volteo para darle su buen jarabe al estúpido que no se fija por dónde camina, es allí cuando lo veo sus ojos quedan gravados en mi son de un azul como el océano, es tan alto, fornido, tiene una nariz fina y lleva puesto un elegante traje color azul que hace resaltar sus adorables ojos. Enseguida me recompongo y el me tiende la mano

—¡oh lo siento, disculpa!, mi intención no era lastimarte, estoy muy apenado.

—Tranquilo, estoy bien no ha pasado nada—contesto y le doy la mano, de inmediato siento una corriente que va desde mis pies hasta mi cabeza, y juraría que también lo sintió porque retira su mano con rapidez.

—Eh bueno debo irme, nuevamente disculpa.

—Si claro hasta luego— contestó.

Jamás nadie había causado esa sensación en mí, fue extraño, decido que quiero bailar, voy por Ana y corremos a la pista y comienza a sonar Mami de Karol G, cierro mis ojos y me dejo llevar por la música, levanto mis manos, las paso por mi cuerpo en un baile sensual.

Siento una mirada que me penetra, aun con los ojos cerrados, decido abrirlos y lo veo nuevamente a él, el chico del baño, el de los hermosos cielos en sus ojos, su mirada es intensa, me penetra, me quema, me hace sentir viva, bailo de manera más sensual para incitarlo, sé que estoy loca pero algo en él me atrae, entonces hace algo que no esperaba, él viene hacia mí, me toma de la cintura y me besa.

Su beso es intenso, sensual, su lengua intenta entrar a mi boca y yo gustosamente se lo permito, mi cuerpo vibra en consonancia con él, jamás había experimentado una sensación así, pero entonces salgo de mi trance y me alejo, quiero irme, me entran ganas de llorar, no puedo permitirme caer y sentir, no quiero sentir. Lo dejo parado en medio de la pista y desaparezco entre las chicos que bailan, busco enloquecidamente a Ana hasta q mi mirada la capta en un rincón, teniendo una fuerte discusión con el administrador de la empresa donde trabajan o eso me dijo, la verdad no le preste atención, salgo disparada en su búsqueda.

—Ana quiero irme, ya tuve demasiado, quiero marcharme—grito para que pueda escucharme ella se suelta del agarre de chico y  viene hacia mí.

—Esta bien, yo también tengo suficiente por esta noche.

Salimos del club, conseguimos un taxi, en el camino Ana empieza a llorar inconsolablemente, entonces es cuando me percato que lleva una mano estampada en su mejilla, ¿pero qué coño?

—Ana, ¿qué ocurre?— preguntó, de verdad la veo muy afectada.

—Amiga Massimo me pego, Él es mi novio desde hace cuatro años, muchísimo antes de que tú llegaras, pero nuestra relación es así, cuando algo no le gusta siempre termina pegándome, al principio todo empezó con uno que otro fuerte agarre, luego una cachetada, sé que está mal y quiero dejarlo pero yo lo amo, lo quiero, él me complementa de sobre manera, no veo una vida sin él. No podría estar sin él, sé que puede cambiar, lo sé.

Estoy a punto de contestar cuando el taxista avisa que llegamos, nos bajamos y pagamos, entramos al lobby y decidimos tomar el ascensor estábamos muy cansadas, para cuando abrimos la puerta del apartamento son las cuatro de la mañana, ninguna de las dos a pronunciado palabras, Ana se encierra en su cuarto y yo voy al mío, me cambio y coloco mi pijama de patito feo, me tiro en mi cama y entonces sus ojos azules llegan a mi mente, el dulce sabor de sus labios, ni siquiera sé su nombre, pero es que, no estaba interesada en chicos, mi vida no había sido fácil, me había propuesto salir adelante para demostrarle a mi abuela que sería grande, una mujer de negocios, había estudiado Administración de empresas, me había graduado con la mejor nota.

Mi querida abuela viene a mi mente, ella siempre estaba en mis pensamientos y en mi corazón, estaba segura que me acompañaba siempre, su muerta ha sido la parte más dura de toda mi vida, cuando me entere de su fallecimiento mi corazón exploto de dolor, mis ojos se llenaron de lágrimas, mi cuerpo no reaccionaba ante tal noticia, decido dejar de pensar en ese día, doy media vuelta y me quedo dormidaío.

La vengaza

El sonido del timbre me regresa a la realidad, salgo de la tina me envuelvo en una toalla y me dirijo a la puerta, allí está el inoportuno repartidor de pizza, recibo, pago y el se va.

Decido que esta noche me iré a un club, no quiero seguir recordando tanta mierda, si no hubiese sido tan tonta, tal vez Ana estaría aquí, acompañándome con esta pizza y seriamos inseparables como siempre, siento mis lágrimas correr, aun la extraño, no puedo olvidarla, me siento tan culpable si tan solo pudiera devolver el tiempo. Pero eso no va a suceder así que decido ir a mi habitación, me coloco una braga enteriza negra, aplico lápiz de ojos, recojo mi cabello y estoy lista.

Consigo un taxi con rapidez y le doy la dirección

—Señor lléveme al bar el infierno—digo con indiferencia.

El taxi emprende camino, el bar no está muy lejos así que llegamos rápido me bajo, cancelo mi tarifa y me dirijo a la puerta

Heroes

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