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Mafia De La Santa

  • Genre: Romance
  • Author: KanKan
  • Chapters: 37
  • Status: Ongoing
  • Age Rating: 18+
  • 👁 172
  • 9.2
  • 💬 3

Annotation

Te vas a sumergir en un mundo oscuro y peligroso, donde la seducción y el crimen se entrelazan. La protagonista, Lili una joven virgen, angelical, tranquila, se ve arrastrada a un mundo de secuestros, mafias y peligro constante. A medida que se adentra en este mundo, descubre un lado oscuro dentro de sí misma, una sed de venganza y poder que la consume. Con cada giro de la trama, Lili se convierte en una mujer cada vez más peligrosa y seductora, dispuesta a hacer cualquier cosa para sobrevivir. ¿Qué la llevará a este punto? ¿Y qué secreto esconde detrás de su apodo? Sumérgete en esta novela para descubrirlo.

Capítulo 1 "Contacto visual"

Prefacio

Si le vas a hacer daño, libérala, porque cuando la bestia salga a la luz cansada de sufrir y en busca de carnada tú serás lo primero a lo que se dirija hasta verte acabado, tal vez no hoy ni mañana, pero llegará ese día.

Y cuando te cruces con esa mirada que lucía brillante hallarás sólo oscuridad en ella, oscuridad que tú y los tuyos causaron.

Porque ella te pidió que pararas, te pidió que la liberaras siendo una chica inocente, ella sólo quería regresar a lo que era, ¿Y qué hiciste?, la anclaste a tus redes y la privaste de lo que deseaba de vuelta.

Los errores de tu familia te costaron a ti por ser su hijo, y eso es injusto pero... ¿Y ella?.

Ella que no tenía ninguna relación a ustedes, pero la escogieron por su privilegio, algo que ella cuidaba para no defraudar a su mamá, te llevaste sus primeras veces, es justo que te lleves su primer mordida, cegada por el dolor, la perdida y el odio.

Porque la Lili  que conociste al comienzo del libro, no vivirá más en el cuerpo de la mujer que te espera al final.

 

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Este libro, cuenta con una agencia policial llamada DDS, a la cual no se le dará demasiado protagonismo pero es bueno que sepan que no existe, solo es un ente judicial que su principal labor es controlar y atrapar narcotraficantes especialmente en América Latina.

Lo categorizo como +18 por los asesinatos, además de momentos ardientes, aunque tal vez en este libro haya muchos menos que en el segundo, así que si te gusta el libro y te gustan esos momentos, tal vez eso te lleve al segundo.

No esperes encontrar completamente la novela de la chica que desarrolla el síndrome del estocolmo, no confundas supervivencia a amor.

Sólo disfruta de esto, alejate de tu realidad  de una forma original, tal vez y encuentres enseñanza dentro de este libro, tal vez te enseñes a sentir o tal vez a ocultar tus sentimientos (si es que no lo haces ya).

Sin más, te dejo con el libro, es normal juzgar a la protagonista al comienzo y tal vez molestarte el rumbo que lleva todo, pero conforme avanza encontrarás la originalidad plasmada y llegarás al final y tal vez al segundo libro y encontrarás todo lo que buscabas al comienzo, una mujer empoderada, inquebrantable e invencible.

Capítulo 1 "Contacto visual"

Domingo 7 de Mayo.

Lili  Méndez

Como de costumbre, el día fue pesado en el trabajo, la gente no para de llegar y hacer pedidos de todo tipo en el restaurante donde trabajo los fines de semana, el sitio permanece tan lleno que en ningún momento puedo siquiera descansar y por si fuera poco mañana tengo clases y no puedo irme a descansar porque al parecer a mi familia le pareció un buen día para juntarse a platicar y perder el tiempo, los amo, pero solo quiero dormir.

—Lili , hola—saluda mi cuñada, quien es la primera en mirarme al entrar con mi cara de amargura total.

—Hola Eli—la saludo con un beso en la mejilla junto a mi hermana y mi sobrino recién nacido.

— ¿Cómo te fue mi niña?—pregunta mi mamá mientras saludo a los demás miembros de mi familia.

Somos 5 hermanos, Jorge, Diana, Yesenia, Didier y yo que soy la menor de todos pero eso no me impide tener una buena relación con todos ellos y mis sobrinas que son con las que más convivo, pues son quienes tienen casi mi misma edad.

—Bien mamá, gracias, les traje dulces—les sonrío a los niños que aparecen corriendo con una sonrisa en el rostro junto al par de adolescentes que son mis sobrinas, Dayana y Joselyn.

—Mamá, Lili  se quedó platicando con el de los dulces—Diana me acusa comiendo de la bolsa de dulces.

Debería sorprenderme o enojarme, pero la verdad ella es así, siempre ha sido así por más reclamos que le he hecho, siempre ha sido la hermana mayor que te acusa de todo, te protege cuando y es una chismosa total, pero aún así la quieres. El día de hoy decidió colocarse el disfraz de chismosa como cada vez que me ve platicando con un chico, no entiendo su necesidad por emparejarme con cualquiera cuando sabe que no estoy para eso, todos los chicos se me hacen comunes y aburridos.

—Solo es un amigo. —le digo para que pare.

—Lo traes loco.— dice burlándose.

—No es cierto—blanqueo los ojos ante lo que dice y por la sonrisa nostálgica que forma mi mamá en su rostro.

—Ay mi niña, ya está creciendo—dice mi mamá mientras prepara atole para todos.

—Dices eso cada semana mamá, todo por culpa de Diana y sus comentarios acerca de chicos— miro a mi hermana entrecerrando los ojos.

—No tiene nada de malo que los chicos te busquen—dice mi cuñada Elizabeth metiéndose en la plática empeorando el asunto, odio hablar de chicos con ellas, es incómodo e innecesario, sobre todo cuando me quieren tachar de solterona con tan solo 16 años.

—Pero nada es serio, no necesito una relación ahora.— suspiro frustrada por la misma plática de cada semana.

—Vamos Lili , no siempre estarás soltera—dice mi hermana como si fuera lo más importante de la vida.

— ¿Por qué no?, tal vez algún día sea la típica tía solterona que cuidara a sus 20 hijos, además quiero que digas lo mismo de Dayana cuando crezca más.— le regalo una sonrisa burlona.

— ¡Sí!—mi pequeña sobrina Luna entra corriendo a abrazarme sentándose en mis piernas— Yo quiero que tía Lili  me cuide.

— ¿Ven?, ella me apoya—choco mis puños con sus pequeñas manos.

—Déjenla en paz, ¿Ya está el atole?—entra mi hermano Didier a la cocina salvándome de más interrogatorios sin sentido.

—Claro, traigan el pan.

Y como buenos latinos que somos, disfrutamos de una buena cena con voces y risas de personas de todas las edades hasta que el reloj marca una hora tardía y todos deciden irse por fin.

—Vámonos niños— llama mi hermana a mis sobrinos mientras Elizabeth solo alista la mochila de su bebé quien yace dormido en mis brazos.

—Que te vaya bien mañana en la escuela Lili —se despiden de mí y de mis padres para después marcharse en sus respectivos autos con su familia.

—Ya vete a dormir que mañana entras a las 7 y son 2 horas de camino—me ordena mi mamá señalando la puerta de mi habitación mientras limpia la mesa.

— ¿Me pueden prestar el coche para mañana?—pregunto mirando a mi papá haciéndole ojitos intentando que eso sirva por primera vez.

—Está bien, pero con cuidado— le brindo un corto abrazo que por supuesto no corresponde y me despido de ellos marchándome a dormir una hora más de lo común gracias a mi medio de transporte del próximo día.

***

Planeaba dormir un poco más gracias a que mi padre me prestó el auto pero no salió como imaginaba porque estoy manejando a más de 110 km/h sobre la carretera, no me dio tiempo de arreglarme así que sólo me coloqué algo sencillo y en el semáforo aprovecho para pintarme los labios y rizarme las pestañas, manejo de nuevo a alta velocidad cuando el semáforo se muestra en verde y cuando estoy por llegar a la escuela agradezco los frenos del auto cuando lo detengo de golpe antes de estrellarme con un carro que viene del sentido contrario.

— ¡Fíjate imbécil!—furiosa grito bajando la ventanilla del auto a quien sea la persona que está conduciendo el lujoso auto negro.

—Yo que tú cuidaría mi vocabulario, una mujer no se ve bonita diciendo esas palabras.—la mirada azul que me dedica el hombre al otro lado me deja sin palabras, es de un azul claro pero puedo percibir la oscuridad que desprende con sólo mirarlo.

—Imbécil— murmuro entre dientes desviándome para ir hacia la escuela dejándolo atrás. Llego a la escuela donde estaciono el coche en medio de los autos lujosos de mis compañeros y bajo de éste con la mochila sobre mi espalda.

—Hola preciosa ¿Ya me vas a hacer caso?—Juan, un chico atractivo pero mujeriego, todas las chicas que han estado con él terminan cambiándose de escuela o de salón como mínimo después de que su relación fracase como todas las que ha tenido.

—Cuando dejes de ser un mujeriego— le respondo muy cortésmente caminando hacia mi aula de clase.

—Oh vamos Lili , desde hace 1 año que quiero algo contigo y tú solo me has rechazado, mi ego no da para más, me lo estás destrozando—exagera rodeando mis hombros con su brazo.

—Es que somos muy diferentes, tú buscas algo que jamás te daré—le digo mientras caminamos hasta el salón de clases.

—Ya te dije que yo si te quiero bien— me detiene mirándome a los ojos.

—Eso se lo dices a todas.

—Es por que no quieres confiar en nadie después de lo del tal Deat, ¿verdad?— dice recordándome al idiota del que me quiero olvidar.

Todo iba bien con él, excepto que mi mamá nunca lo quiso porque lo había visto dándole un sobre de cocaína a unos "niños", además de que decía que se veía con mala pinta y yo lo sabía, sabía que vendía droga que le surtían, pero nunca se lo dije a mi mamá porque yo lo quería mucho y me hacía creer que estaba obligado a hacerlo, hasta que un día me alzó la voz y lo dejé antes de empezar, lo mandé muy lejos y no hablé más con él, así fue hasta que me llegó el rumor que él estaba alardeando que se acostó conmigo siendo que ni un beso en la boca nos dimos, un día después de enterarme de esa gran mentira que estaba divulgando fui a reclamarle hasta afuera de su casa, pero al verlo con esa mirada furiosa hacia mí y con un arma en su cadera mejor solo le di una bofetada y salí corriendo, lo sé muy arriesgado, pero en ese momento de adrenalina no me importó, nunca fui una persona muy conflictiva pero no por eso iba a ser una dejada.

Cuando por fin finalizaron las clases no perdí más el tiempo y comencé a estudiar para el examen que tendría al día siguiente, me costó demasiado poder entrar a esta escuela como para echarlo todo a perder reprobando exámenes por irresponsable, estar aquí ha sido mi sueño desde niña.

— ¿Cómo te fue?—pregunta mi mamá entrando a mi habitación después de dejarme un tiempo solo con la cabeza en el estudio.

—Bien, aunque en la mañana me encontré con un hombre que no supo manejar y si no hubiera sido por los frenos, hubiera quedado destrozada. — le comento cerrando el libro.

—Debes tener cuidado—se sienta a un lado mío mirándome preocupada.

— ¿Sucede algo?—pregunto cuando siento su mirada sobre mí.

—Me encontré con Deat hoy—dice seria.

— ¿Y luego? ¿sucedió algo?— pregunto esperando que no note mis nervios, a mi mamá nunca le conté lo que hizo, no sólo por miedo o algo así, en realidad era vergüenza porque yo permití eso, porque yo seguí ahí después de saber todo y no quiero que sepa eso de mí, es pasado y como tal debe quedarse enterrado.

—Me dijo que te mandara saludos y me pidió disculpas, no sé por qué exactamente pero se veía raro además de drogado. —Suspira— Me dijo que se iba a ir de aquí por unos negocios que supongo no son nada buenos, así que no le vuelvas a hablar nunca.

—No me importa, que se largue lo más lejos posible—le digo mientras subrayo un párrafo importante del texto de mi libreta.

—Eres una gran hija, nunca me decepcionas, tienes una gran vida por delante— me sonríe abrazándome.—Serás muy exitosa.

—Nunca te decepcionaría mamá.

— ¿Recuerdas la promesa que me hiciste?—asiento— Yo sé que la cumplirás, eres una dama.

Virgen hasta el matrimonio, algo ridíc*l* para muchos, pero importante para mi mamá y yo no tengo ningún problema en cumplirlo, digo...

No es como que algo malo me fuera a pasar por serlo, sólo es cuestión de que llegue el indicado y que pasen los años.

"Miradas pesadas"

 

Despierto gracias al sonido de mi despertador el cual callo con un movimiento de mi mano, hago mis necesidades y me arreglo para ir a la escuela con algo cómodo para ir al parque de diversiones también, tal como estuvimos planeando toda la semana mis amigas y yo.

Las clases son de lo más tranquilo para mí a excepción del examen, el cual califican enseguida y obtengo una calificación casi perfecta que hace valer la pena mis horas de estudio, de salida pasamos a comer algo por un puesto ambulante y nos encaminamos al parque de diversiones donde paso una tarde muy agradable junto a los gritos de Britani y la negación de Alejandra hacia los juegos extremos, por último ya anocheciendo comenzamos a caminar hacia la parada de autobuses entre risas hasta que un auto se detiene frente a nosotras cortando cualquier rastro de diversión.

—México es muy peligroso como para que un trío de mujeres esté por aquí sin compañía— la voz suena de alguien joven y el auto le da vista de galán al hombre que baja la ventanilla del coche conectando su mirada a la mía haciéndome estremecer. —Yo podría llevarlas si gustan.

—No gracias—respondo a su ofrecimiento con una sonrisa falsa cuando noto el color de sus ojos nada peculiar en México.

—Oh vamos Lili , es alguien muy guapo y nos va a llevar hasta nuestra casa—susurra Britani cerca de mi oído.

—Estás loca, es un desconocido.

Intento hacerlas recapacitar sobre los peligros que pueden correr si suben a ese auto, pero están tan engatusadas con el imbécil por el que casi choco el coche de mi padre que ni siquiera me hacen caso y suben al auto.

— ¿Tú no subes, muñeca?—pregunta viéndome fijamente.

—Me mandan mensajes cuando lleguen—lo ignoro dirigiéndome hacia mis amigas.

—Sí— responden al mismo tiempo.

Llego a la parada de autobuses rápido, pero la inquietante mirada de ese sujeto sigue en mi mente como si siempre la tuviera encima, como si ese tipo estuviera cerca de mí aun cuando lo vi irse con mis amigas en su auto, tiene una mirada tan pesada que me incomoda con el simple hecho de recordarla, y es que el bonito azul cielo que tiene es como si su aura pesada lo apagara.

Dos malditas horas de camino por el tráfico que se formó gracias a la lluvia y mi mamá me recibe con regaños porque a Britani se le ocurrió marcar al número de mi casa en lugar de marcarme a mi celular y a pesar que eso me molestó no puedo negar el hecho de la tranquilidad que me da el simple hecho de que esté bien.

***

Domingo 14 de Mayo

La semana se me pasa rápido y la incomodidad que siento como si alguien estuviera detrás de mí todo el tiempo no desaparece al igual que el mal presentimiento que siento cada dos por tres.

Me preparo para el trabajo con un pantalón de mezclilla y una camiseta rosa pastel junto a una gorra del mismo color, el trayecto de mi casa al trabajo lo hago lo más rápido que puedo.

—Buenos días—saludo entrando al restaurante donde ya todos mis compañeros están comenzando a acomodar todo, seña de que llegaron más temprano de lo normal.

— ¿Cómo está mi futura novia?— Osmar es el primero que me saluda con un beso en la mejilla mientras que los demás solo responden con un "buenos días", no le reclamo, él sabe que no tendremos nada y aun así sigue ahí insistiendo, lo aprecio como amigo, tal vez algún día se rinda y tengamos una mejor amistad sin sentimientos amorosos de por medio.

—Bien, gracias. — continuamos acomodando el restaurante como siempre mientras platicamos nuestra semana entre todos y como siempre todos tienen algo que contar excepto yo que solo platico mi salida al parque de diversiones, pues mi vida no es nada interesante en comparación a la que ellos tienen según sus anécdotas que me hacen reír y enojar con las de Daniela, mi amiga de trabajo que volvió con su ex.

El día pasa volando con las mesas llenas y el personal estresado, no es hasta que siento una mirada pesada sobre mí que me volteo encontrándome al hombre que entra con un porte recto e imponente junto a esa mirada que destila temor para mí y fuego para mis compañeras de trabajo quienes suspiran al verlo, camina sin inmutarse a responder a los saludos del personal, sólo se dirige a una mesa mientras observa a diferentes lugares como si buscase algo o a alguien. Acepto mi cruel destino avanzando hacia la mesa donde toma asiento.

—Buenos días, ¿Qué desea ordenar?— hago mi pregunta clave brindándole una media sonrisa digna de un buen servicio.

—A ti— dice con descaro como si fuera lo más normal del mundo.

— ¿Perdón?— pregunto conteniendo mi molestia esperando a que se arrepienta.

—Lo mejor de aquí— rectifica con el rostro serio.

—Claro, enseguida—asiento retirándome hasta la cocina donde dejo estipulado lo que quiero servirle, espero paciente hasta que tengo la bandeja en mis manos y regreso a su mesa acomodando el platillo frente a él.

—Buen provecho— le brindo una última sonrisa dándome la vuelta dejándolo comer tranquilamente mientras me encargo de mis demás mesas y pedidos.

Recorro las mesas sintiendo su mirada penetrante hasta que logra incomodarme haciendo que me vaya al área central donde estamos cuando no hay pedidos pendientes.

—Woo, que buen tipo se sentó en tu mesa Lili — Daniela se lo come con la mirada mientras él me observa con su mirada penetrante— ¿Será extranjero?

—No es tan perfecto, lo he visto varias veces en esta semana y no me da buena espina, además casi choco por su maldita culpa— le digo recordando nuestros "encuentros".

—Oh, el buenorro te está llamando— me codea lejos de ella ignorando todo lo que le dije.

—No está "buenorro"— le digo haciendo las comillas en el aire antes de dirigirme a su mesa.

—Dame la cuenta, muñeca—pide o más bien ordena guiñandome un ojo.

—Escúcheme bien joven, que sea la última vez que me pone un apodo o juro que tendrá problemas— intento verme amenazante pero fallo en el intento cuando abre la boca para hablar de nuevo.

—¡Uy! la gatita tiene garras— dice con tono burlesco.

—Jódase, enseguida le traigo su cuenta.

Me doy la vuelta hasta el lugar donde mi hermana realiza las cuentas, le entrego la hoja con la orden, me da el costo final de todo y regreso a su mesa encontrándola vacía, en su lugar un billete de grande denominación que a pesar de que me da mala espina no voy a negar que me ha hecho el día con esta propina.

—Vaya, mucha propina para ti Lili — dice mi hermana con tono emocionado dándome el cambio que resta del total.

—Sí, es raro—le digo viendo hacia la puerta de la salida.

— ¿Lo conoces?— me pregunta y asiento contándole las pocas veces que lo he visto.

—Debes de tener cuidado, es raro que te lo hayas encontrado tanto en todo este tiempo y de repente—dice agarrando su mejilla en un gesto de preocupación.

—Lo sé, pero no puedo hacer nada, puede que solo sea por casualidad— intento tranquilizarla con una sonrisa.

—Recuerda que siempre tienes que estar atenta a todo lo que sucede a tu alrededor— dice antes de marcharse a su puesto.

El día continua y al igual que los demás días siento esa mirada fija en mí, signo que todo se comienza a volver muy raro para mi sencilla vida, por las 7 de la noche salgo del trabajo para dirigirme a mi casa esta vez sola, sin Diana, a medio trayecto siento pasos cerca de mí siguiéndome obligándome a prácticamente correr hasta llegar a mi casa recordando todas las películas de secuestro que he visto, volteo a todos lados antes de doblar hacia mi calle checando no tener gente detrás de mí, al llegar a casa omito todo lo sospechoso al contarle a mi mamá mi día y solo me encierro en mi habitación después de bañarme y acostarme con esa mirada pegada en mi mente, mi vida está tornándose sospechosa y temo que no sea cliché como en los libros y telenovelas, también temo no tener la suerte de poder salvarme del villano como las protagonistas, si es que hay un villano, claro.

"Chico guapo"

Al venir a la escuela creí que me ayudaría a relajarme de cierta manera, más bien, distraerme pero j*d*r, ni Alejandra ni Britani se callan, todo el bendito día se la han pasado hablando del supuesto "chico guapo" y todo lo bueno de él, el cual por cierto se comportó como todo un caballero con ellas.

—Fue muy amable, incluso me preguntó tú nombre— Alejandra lo defiende de nuevo pese a las sospechas que tengo sobre él.

—Y no se lo diste ¿Verdad?.

—Por supuesto que sí, es un chico muy guapo, incluso le pasamos tu Instagram— responde sonriente con mirada inocente.

—¿Qué?, debe ser una broma ¿cierto?— Trato de no explotar pero ella me lo pone difícil—Dime que es una jodida broma.

—¿Por qué te enojas?, tú siempre se lo pasas a los chicos ¿Qué tiene de malo?—pregunta extrañada.

—Ya te dije que ese tipo no me da buena espina, además es raro y desconocido para mí.

—Pues si lo ves raro y te sigue en Instagram sólo bloquéalo y ya, no hay por qué asustarse— dice restándole importancia a lo que hizo.

—Eso haré ¿Por lo menos saben cómo se llama?.

—Así que si te interesa, pero no nos quiso decir su nombre, dijo que era algo privado y eso me hace quererlo más, si te sigue en Instagram me pasas su usuario.

—¿Osea que se fueron con un completo desconocido que ni siquiera saben su nombre y encima lo quieres conocer?— no puedo creer hasta donde llegan mis amigas.

—Así es, pero vaya que el chico es muy guapo, además no se ve mala persona— otra vez habla como si fuera un chico bueno cuando ni siquiera le conocemos.

—Hola chicas— aparece Juan sentándose a mi lado rodeando mi cuello con su brazo.

—Hola— respondemos a su saludo.

—El viernes hay una fiesta en mi casa y ya saben, ustedes son invitadas de honor, ¿Cuento con su presencia?

—Ay obvio— responde mi amiga a la invitación.

—Yo... no lo sé, no es mi estilo— respondo encogiéndome de hombros.

—Vamos preciosa, sólo habrán personas conocidas, nadie extraño, es más, si quieres yo voy por ti a tu casa y le pido permiso a tu mamá— se ofrece con una sonrisa en el rostro.

—Bueno, está bien iré—asiento con la cabeza decidida.

—Oh si, te la paLili s genial te lo prometo, entonces el viernes a las 6pm te recojo ¿va?— pregunta emocionado levantándose de nuestro lado.

—Vale— confirmo levantándome para dirigirme al salón de clases de igual manera.

—Te acompaño—dice Britani llegando a mi lado cuando nos separamos de Ale.

—Oye Lili — me habla mientras avanzamos y yo asiento indicando que hable—La verdad a mí tampoco me da buena espina ese tipo, si, es muy guapo y todo, pero se la pasó preguntando por ti todo el trayecto y eso en realidad me preocupa.

—Sí, ojalá Alejandra no fuera tan confianzuda, siempre lo ha sido, podría estar frente al enemigo y no sospecharlo.

Las clases comenzaron sin parar, todos los maestros llegaban y comenzaban a dictar y explicar, el receso corto que nos dan es tranquilo, la salida tranquila y todo parece ir normal mientras camino hacia la parada de autobuses como es de costumbre, todo como siempre monótono en mi vida o eso parece ser pasado cuando observo una camioneta blanca que a simple vista parece ser blindada frente a mí.

Nunca he sido de decir groserías pero...

—Jodanse hijos de perra— grito antes de comienzar a correr en cuanto los veo bajar de la camioneta.

—Niña, no podrás huir es mejor que vengas ahora o iremos por ti a las malas—dice un tipo gordo tatuado que puedo observar desde el arbusto en donde me escondo intentando controlar mi respiración.

—¡Te encontré!— gritan a mi lado y me levanto como resorte dándole una patada en los bajos, este es más bajo que el otro, por lo que es más débil y gordo, así que no logra alcanzarme cuando huyo de él.

—No te quedes mirando ¡Atrápala!— le grita doblado del dolor a su compañero.

—¡Ayuda!— grito corriendo hasta encontrar un cuerpo alto al cual condeno escondiéndome detrás de él como una mujer indefensa.

—Me están siguiendo y no sé qué hacer, por favor, ayúdame— hablo con desesperación y los ojos inundados de lágrimas.

—Tranquila, no te harán nada—parece muy seguro mientras lo observo sacar algo de su bolsillo acariciándome el cabello—Ya no hay nadie, tranquilízate— dice dándome pequeñas palmadas en la espalda hasta que me calmo y me digno a dirigirle la mirada.

—¿Tú?— pregunto reconociendo sus ojos separándome un poco de su cuerpo por la sorpresa.

—Supongo que sí—dice seriamente como si no me hubiera visto hace días, j*d*r, Alejandra tiene razón, el chico sí está guapo, es alto, mide alrededor de 1.90 cm, cabello negro de un largo necesario para parecer un dios griego, su brazo izquierdo lo lleva a la mitad tatuado, un cuerpo bien tonificado, o al menos sus brazos que sobresalen de la playera gris de manga corta que trae, labios carnosos adornados de un piercing brillante del lado derecho, y unas pestañas largas acompañando sus hermosos ojos claros de color azul.

—Yo... tengo que irme, gracias por la ayuda—intento disimular que lo acabo de detallar completo como una acosadora.

—No puedes irte, corres peligro—dice agarrándome del brazo impidiendo que me vaya— Deja que te lleve.

—No, para mí sigues siendo un desconocido.

—Bueno, mi nombre es Daniel, eso es suficiente para no ser un completo desconocido ¿No?

—Yo soy Lili —me presento con un poco de sonrojo en las mejillas.

—Bien, entonces ya no somos desconocidos, ya no hay nada que te impida que yo te lleve.— dice con una media sonrisa como si hubiera ganado algo.

—Está bien, pero sólo por lo que pasó, no creas que soy de esas chicas que se montan en cualquier vehíc*l* de cualquier chico— le dejo claro aceptando su propuesta, después de todo me ha salvado, no puede ser malo ¿O sí?

—Si, eso lo sé, no es la primera vez que me rechazas— toma mi mano y yo lo miro extrañada.

—No me mires así, es para que vayamos a mi auto y no te roben— dice con una excusa de lo más ridícula.

—Gracias pero yo puedo sola, te sigo— le dejo claro avanzando esperando que él me siga y me pase por delante.

— Una chica difícil, así me gustan más.

—Imbécil— susurro caminando detrás de él.

Caminamos en silencio hasta un auto de lujo color negro, pero diferente al que vi la otra vez, este es un Audi, igual al que suele aparecer en las revistas.

—¿Este es su auto?— pregunto sorprendida.

—Sí, esta es mi pequeña adquisición—dice como si valiera una pequeña cifra—Sube— dice abriendo la puerta del auto para que yo entre.

—Gracias— acepto entrando al auto.

Enciende el auto y maneja por las calles de la ciudad sin detenerse siquiera a preguntarme a donde debe de ir, y me deja sorprendida cuando después de un buen trayecto se estaciona frente a mi casa, dirección la cual nunca le di.

—Gracias— agradezco saliendo lo más rápido que puedo.

—Espero volver a verte— dice bajando el vidrio de la ventana del auto.

—La verdad espero que no, pero pues igual gracias por todo— le sonrió como agradecimiento y entro a mi casa.

—¿Quién te trajo?, escuché un auto— pregunta mi mamá cuando entro a mi habitación.

—Un cliente...

—¿Un cliente?—pregunta extrañada

—Mamá, este día fue de locos y no quiero hablar sobre esa persona, solo quédate con que me salvó de un secuestro.

—¡¿Qué?!—grita asustada—¿No te hicieron nada?— pregunta pero corrobora todo revisando mi cuerpo de arriba a abajo.

—Ese tipo me salvó mamá, no sabía ni quién era, pero cuando me acerqué a pedir ayuda y me escondí detrás de él fue como si los tipos se esfumaran, no los volví a ver.

—Si ese es el caso debemos estar muy agradecidas con ese muchacho— dice ya un poco relajada.

—Supongo que sí, pero igual *p*n*s lo conozco, es prácticamente un desconocido y no me da confianza.

—Lo habías visto antes ¿No?— pregunta y yo asiento— ¿Entonces por qué no te da confianza?

—Por nada— respondo recordando que me sentí protegida cuando me escondí detrás de él.

—Bueno mi niña, le diré a tu papá que ahora te preste el carro diario, no puede volver a sucederte esto—avisa rodeándome con sus brazos— Me moriría si algo te paLili — noto sus ojos aguadarse.

—Ya pasó mamá, y gracias— le doy palmadas en la espalda para que se relaje.

—Descansa mi niña, verás que mañana será un mejor día— se despide antes de cerrar la puerta de la habitación y marcharse mientras que yo no puedo dejar de pensar en ese extraño suceso, ni en el hombre.

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Un abrazo especial ty

Capitulo 2 "General Corrupto"

"General corrupto"

Una semana ha pasado desde mi intento de secuestro en el cual salí ilesa gracias a esa tal Daniel, la fiesta es el día de hoy y después de convencer a mi madre me ha dejado ir, claro que no ha sido fácil, de hecho sólo me deja ir por que me iré con Britani y Juan, de ahí en fuera me tiene sobreprotegida, siempre ha sido así pero ahora más, me acompaña a la tienda y a la escuela como si de una niña de 10 años se tratase, por lo tanto también evito salir, sólo lo hago cuando es necesario, o sea para ir a trabajar y a la escuela.

Y como dicha presencia ya mencioné, Britani no para de molestar con lo de arreglarme glamurosa por si hay chicos guapos, para que olvide la desgracia y sonría a la vida, ojalá fuera tan fácil como ella dice desde que le conté todo de ese día, incluyendo a cierto chico de ojos azules.

—Este es el ideal—dice mostrándome un vestido súper corto negro ceñido al cuerpo que ni idea tengo de donde lo sacó.

Heroes

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