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Best Romance Novels

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Rive_Cypher

  • 👁 232
  • 6.0
  • 📚 5

Novels

Book cover
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  • 👁 9
  • 5.0

Los latidos de mi corazón y mis pasos tambaleantes eran los únicos ruidos que se distinguían del rugiente fuego que había detrás de mí. Las lágrimas me corrían por la cara mientras me agarraba el brazo, cubierto de quemaduras recientes. Tosía entrecortadamente mientras mis pulmones, teñidos de humo, pedían aire a gritos. Mi loba gemía en lo más recóndito de mi mente. Su recién descubierta fuerza se vio mermada por el acónito inyectado en mis venas. Corrí hacia las sombras de mi manada, evitando a cualquiera que pudiera mientras buscaba mi única ayuda. Él tiene que ayudarla. Mis visiones comenzaron a desdibujarse mientras el fuego distante danzaba más alto en el cielo. Apreté los labios agrietados y solté un silbido agudo y distintivo. Mis piernas se desmoronaron bajo mí y caí al suelo con fuerza, golpeándome la cabeza contra una roca plana. Silbé un par de veces más mientras comenzaba a arrastrarme, astillando mis uñas quebradizas y ensangrentadas. "Ayúdala... Noah", grazné desde el suelo mientras mi mente comenzaba a nublarse. Un silbido único vino de mi derecha mientras luchaba en el suelo, mi ropa empapándose aún más con sangre fresca y carmesí. "Cal", gritó alguien cerca, pero mis sentidos estaban demasiado nublados para discernir la distancia. Silbé débilmente en respuesta mientras me arrastraba hacia el sonido. —Calista, ¿dónde...? ¡Oh, diosa mía! —gritó mientras corría hacia mí. Me dio la vuelta con cuidado y me ahuecó la cara. "¿Qué pasó?" preguntó con urgencia mientras sus ojos color ámbar examinaban mis heridas. —Por favor... mi mamá... fuego —insté mientras mi voz se quebraba y mi garganta ardía sin tregua. "M**rd*", maldijo mientras miraba a su alrededor. Me levantó apresuradamente mientras me mordía el labio para evitar que mis gritos revelaran nuestra ubicación. Corrió con el máximo cuidado posible mientras el olor a humo volvía a invadir mi nariz. Me tendió con cuidado en la sombra de una casa cercana antes de correr hacia mi hogar en llamas. Recé por su supervivencia mientras mi lobo aullaba lastimeramente en las sombras de mi mente. Mi visión se oscureció al tiempo que mi respiración me retumbaba en el pecho. —¡Mamá! —grité con voz entrecortada, apagada por el crepitar de las llamas. Después de unos momentos, oí el crujido de la hierba mientras alguien corría hacia mí. —Tenemos que irnos —dijo Noah mientras me levantaba suavemente. —Mamá —dije con la voz entrecortada y extendí la mano hacia él, temblorosa y ensangrentada. "Lo lamento." Hice lo mejor que pude para luchar contra él y poder ir a buscarla yo mismo en el fuego, pero mis fuerzas me estaban fallando. "Ya no queda nada aquí para nosotros", dijo mientras corría hacia el bosque. A través de la distorsión de mi visión, observé cómo las llamas destruían lo único que hacía que la vida valiera la pena. Mi corazón se rompió al perder la consciencia, y me desplomé en la oscuridad, saboreando un respiro del infierno.

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Book cover
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  • 👁 49
  • 7.5

El sonido de los neumáticos se detuvo, el automóvil se aparcó frente a la mansión, el conductor, bajándose camino hacia el lado contrario apresurado, el chico abrió la puerta trasera del auto, a los pocos segundos unos tacones negros fueron los primeros que se vieron. La dueña de los costosos tacones se bajo por completo, una castaña a la que muchos envidian y otros admiran, pero en su mayoría odian. Un aura imponente y elegante se creaba alrededor de ella, lentes de sol que cubría sus ojos de los intensos rayos de la gran bola de fuego, ella caminaba con impotencia, tras ella caminaba su chófer, quién sin disimulo observaba de una forma para nada ética a su jefa. La castaña ya cansada había decidido tomar medidas hacia el chófer. -Deje los paquetes en mi habitación - ordenó con un tono de superioridad haciendo que el chófer dejará de verle su cuerpo y se centrará en abrirle la puerta principal de la mansión Kim. En cuanto entró fue recibida por las chicas que le servían únicamente a ella, pero a Jennie Kim le gustaba llamarlas sus "doncellas", o "esclavas" todo dependía de su humor, y por ordenes de la castaña ambas vestían como si de unas secretarias se tratará, algo que ya ella le caracteriza es la elegancia constante. En total eran solo dos chicas, que le servían y velaban porque que nada le faltará a la hija del señor Kim, el millonario empresario. -Gusel, prepárame un baño de burbujas - ordeno Jennie mientras la otra chica le retiraba su abrigo -. Y tú Kerina prepárame un té de manzanilla. -Enseguida señorita, y es Giselle, señorita - corrigo la chica cabizbaja para luego perderse dentro de la casa. -¿Kerina dónde está Kai? - preguntó buscando con la mirada a su mascota al no verlo llegar emocionado a su encuentro. -La nueva empleada lo está aseando, señorita -informó -. Y perdón si la corrigo señorita pero mi nombre es Karina - cabizbaja hablo por miedo a que Jennie le mirará con esos ojos que arden en llamas. -¿Tengo cara de que me importa? -la chica guardo silencio incapaz de mirar a la castaña, poco acostumbrada del carácter de Kim -. Y apúrate con mi té - la chica con temor asintió -. Oye, espera - Karina se giró hacia su jefa aún cabizbaja - ¿Mis padres dónde se encuentran? -El señor Kim regreso a la oficina ya que le surgió algo urgente, y la señora Kim está en la cocina preparando todo para está noche. -Ok -de la boca de Jennie Kim desde hace un largo tiempo jamás ha salido un "gracias" o "un por favor". Los empleados más antiguos fueron testigos del cambio de la castaña, una chica que por cuestiones del destino se transformó. El chófer bajaba las escaleras con rapidez, luego de dejar todas las bolsas de compras en la habitación de Kim, Jennie continuando su camino, a los pocos pasos fue interceptada por el chófer.

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Book cover
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  • 👁 72
  • 7.5

Hablemos de los humanos, los seré humanos han evolucionado de una manera sin precedentes a través de la historia, antes dormían en cuevas, ahora duermen en formidables edificaciones que amenazan con alcanzar los cielos, seres cuya vida han dejado en manos de deidades, dioses, espíritus, etc Eso aún sigue en la actualidad, con la diferencia que han disminuido y ahora son esclavos de la ciencia y la razón, ya no hay cabida para las supersticiones ni la magia, pero lo chistoso es que hay historias sobre ellos, hay una palabra japonesa que se adapta bien a estos seres, Yōkai. Los Yōkai son todos los seres sobrenaturales asistentes, caminan entre nosotros, jamás te darías cuenta que es uno de ellos a menos que se revele, y en estos tiempos ningún yōkai se expone a menos que sea maligno o muy bondadoso. ¿Acaso hay alguien con demasiada suerte para cruzarse con un yōkai maligno por primera vez? La respuesta es si, la hay, y esa es nada más ni nada menos que Valentina Anderson. En un bar cerca de la universidad de Seúl, una tailandesa bebía como si no hubiera un mañana, está noche no le importaba si sufría de un coma etílico, estaba muy feliz , e merecía celebrar porque aprobó un examen que mas de la mitad de la clase suspendió, habia salvado su beca. — ¡'Oy u-una p*t* 'enia...lenia, genial! — Terminó el l vaso de soju mezclado con cerveza. — ¡Cállate, 'tupida! — Mía le pegó en el brazo — ¡Moles... t*t*s a todos! — T*t*s? ¿'Onde? — Valentina giró a todos lados. — Me pueden decir por qué seguimos siendo sus amigas? — Habló Lucía cambiando el licor por agua sin que se den cuenta. — Por la anécdota. — Contestó Ava riendo y comiendo un pedazo de carne — Son muy chistosas. — Estoy e acuerdo, sin ellas mi vida universitaria sería un verdadero infierno. — Habló Isabella recordando que su carrera no era nada fácil. — Ni lo menciones, a este paso le diré a Valentina que me haga la eutanasia. — Evelyn recargó su frente contra la mesa. — Me pueden decir por qué no me dieron un batazo en la cabeza cuando me decidí por mecánica automotriz? — Tal vez por qué es tu sueño? ¿Y no sería que mejor te lo haga Ava? Digo, ella estudia veterinaria y necesita animales enfermos, así como tú. — Emma notó las densas ojeras bajo sus ojos. Todas explotaron en risas incluyendo a las más ebrias del grupo, lo habían entendido. Las chicas eran muy unidas puesto que se conocieron en el colegio, juntas decidieron estudiar mucho para estar aunque sea en la misma universidad, y no era cualquiera universidad, claro que no, era la mejor del país y una de las más difíciles de ingreso, pero lo lograron. Ahora solo debían mantenerse y no rendirse por más difícil que sea, un paso a la vez y eso estaba bien, después de todo seguían avanzando más.

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